Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1942, en las montañas boscosas de Nagano, el ejército japonés construyó bases militares y erigió un laboratorio químico para las necesidades del ejército. Fue entonces cuando capturaron a tsuchinoko (ツチノコ), una extraña criatura.
Los científicos del laboratorio se interesaron por él y, con el permiso de sus superiores, lo colocaron en un compartimento especial para observación, donde vivió el misterioso animal durante un año.
Se descubrió que tsuchinoko está activo por la noche y duerme por la mañana y durante el día. Se alimenta de insectos, lombrices y ranas. Es venenoso, su veneno es similar al de una víbora y también provoca alucinaciones.
Se describe como una serpiente de 20 a 30 pulgadas de largo, con una cabeza grande y un cuerpo grueso. Los japoneses llaman a esta misteriosa criatura «tsuchinoko» («niño de la tierra»).
Después de un tiempo, el laboratorio militar dejó de existir y muchos papeles y fotografías fueron destruidos. Pero los científicos que trabajaron allí pudieron conservar algunos documentos sobre la inusual criatura, a partir de los cuales se publicó un libro; que todavía se puede encontrar en la biblioteca de Fukuoka.
¿Qué es el tsuchinoko?
Se dice que este animal no identificado fue encontrado en Japón hace mucho tiempo, y en aquel entonces la gente se encontraba con una serpiente con un cuerpo grueso similar a un “yokozuchi” (martillo de madera).
Ahora tsuchinoko aparece a menudo en juegos, anime y es familiar para todos los japoneses desde la infancia.
El animal fue descrito por primera vez en una colección iconográfica japonesa en 1886.
Decía que parecía una serpiente, pero al mismo tiempo no del todo. En comparación con las serpientes comunes, la parte central del cuerpo del tsuchinoko es redonda y gruesa, y puede hincharse si el animal está enojado. A diferencia de las serpientes normales, los tsuchinoko tienen párpados.
La misteriosa criatura es increíblemente saltarina: puede saltar 16 pies hacia adelante y 7 pies de altura. Se mueve muy rápido, dobla y estira fácilmente su cuerpo y puede rodar como un tronco. También emite un sonido extraño: “¡Chiiii!” y a veces “ronca”.
Se dice que a esta «serpiente gorda» le gustan los olores a miso, surum (calamar seco) y pelo quemado.
La misteriosa criatura tiene diferentes nombres, hay alrededor de 40 en todo Japón, por ejemplo, en la región de Tohoku se la llama «serpiente abeja».
También se encuentran menciones de la serpiente críptica en las crónicas japonesas de 1712 y 1779; también apareció representado en cerámica del período Jomon (del 13.000 a. C. al 300 a. C.).
En los Kojiki (Registros de Asuntos Antiguos) y Nihonsoki (Crónicas de Japón) durante el período Nara está escrito que esta criatura sagrada es el señor de los campos.
Dicen que se le puede ver en la montaña, en el bosque cerca de las cascadas, a veces ataca a una persona e intenta morderle las piernas.
En 1972, la escritora Seiko Tanabe escribió una novela en la que el personaje principal está obsesionado con atrapar un tsuchinoko.
En 1973, Takao Yaguchi, un artista del que se dice que se encontró con el propio Tsuchinoko, publicó un manga sobre una “extraña serpiente fantasmal”. Esto provocó un boom en Japón y todos se apresuraron a encontrar al críptido.
Hay que decir que la criatura fue encontrada en diferentes lugares del país. Por ejemplo, el pueblo de Higashishirakawa (prefectura de Gifu) se considera el lugar donde se ve con mayor frecuencia a la misteriosa «bestia». Cada año, el 5 de mayo, se celebra allí un festival: Tsuchinoko Festa, y se otorga un premio por atrapar una «serpiente gorda».
El pueblo incluso tiene un museo y templo tsuchinoko, construido en el primer año de la era Heisei (1989).
La ciudad de Akaiwa también es famosa por los míticos “hijos de la tierra” que aparecen allí de vez en cuando.
Se formó una expedición en la región montañosa de Noko, en la ciudad de Itoigawa (prefectura de Niigata), y desde 2006 se realizan búsquedas todos los años.
En la ciudad de Ojiya (prefectura de Niigata) supuestamente se guarda la columna vertebral de un tsuchinoko; En la prefectura de Hyogo se descubrió un “hijo de la tierra” marchito.
En la misma prefectura de Hyogo se han registrado más de 50 casos de encuentros con la misteriosa “serpiente regordeta”. A menudo, entusiastas de diferentes ciudades de Japón forman grupos de búsqueda y van a las montañas en busca de tsuchinoko.
Tanto jóvenes como mayores sueñan con encontrar la misteriosa “bestia” y recibir una recompensa por su captura. Los premios son serios. Por ejemplo, en la prefectura de Okayama, donde se ha formado un equipo especial, las autoridades de la ciudad prometen un premio de 200 millones de yenes a quien atrape un tsuchinoko vivo.
En la ciudad de Shimotomachi (prefectura de Hiroshima), el fondo del premio es de 300 millones de yenes, y la Sociedad de Montañas y Valles otorga 10 millones de yenes en premios para fotografías ambientales de alta calidad.
Pero hasta ahora nadie ha podido atrapar un tsuchinoko vivo. En 2014, los restos de lo que se cree que es esta misteriosa serpiente fueron encontrados bajo el suelo de una antigua casa particular en la ciudad de Omihachiman (Prefectura de Shiga).
En la región de Kyushu existen muchas evidencias de encuentros con tsuchinoko, especialmente en las zonas montañosas de Oita y Kumamoto. Se cree que es una nueva especie de animal no identificado o una nueva especie de serpiente no revelada. Y algunos están seguros de que no se trata en absoluto de una serpiente, sino de un lagarto.
Tsuchinoko despierta la curiosidad de los japoneses de todas las edades; muchos han dedicado años a contraerlo.
Según las últimas descripciones, el tsuchinoko es de color oscuro (marrón o gris), tiene una cabeza y un cuello grandes. La serpiente se encuentra en los bosques desde la primavera hasta el otoño, se mueve rápidamente y rueda por las laderas de las montañas.
Salta muy alto, parpadea con sus ojos malvados y al mismo tiempo ronca. En general, el espectáculo no es para los débiles de corazón.
Aunque es una criatura no identificada, sus características están bien detalladas. Crea una extraña sensación de realidad y despierta la curiosidad de muchos japoneses.
Algunos agricultores colocan trampas para el “niño de la tierra”, pero dicen que hasta ahora sólo se capturan serpientes y animales pequeños. Equipos de aficionados peinan bosques y montañas desde la primavera hasta el otoño.
¿Podría haber un resurgimiento del boom del tsuchinoko en Japón?