En una revelación fascinante, el denunciante de ovnis David Grusch ha sacado a la luz una conexión sorprendente entre el velo de secreto del Proyecto Manhattan y el encubrimiento de ovnis en curso.

Sus revelaciones, basadas en un conocimiento íntimo y una extensa investigación, sugieren una conspiración profundamente arraigada que involucra a entidades gubernamentales y corporativas, intrincadamente entretejida en el tejido de la historia estadounidense.
David Grusch dice que el encubrimiento de ovnis fue iniciado por el mismo personal y elementos corporativos que supervisaron el Proyecto Manhattan.
El Proyecto Manhattan, una operación clandestina que dio origen a la bomba atómica, estuvo marcada por un nivel de secretismo sin precedentes. Grusch afirma que esta misma estructura de ocultación fue adaptada posteriormente para enmascarar la verdad sobre los objetos voladores no identificados (OVNI). Destaca la participación tanto de centros de investigación financiados con fondos federales como de empresas privadas, intrínsecamente vinculadas al gobierno de Estados Unidos, en este elaborado encubrimiento.
Las ideas de Grusch son particularmente relevantes en el contexto de la Enmienda Schumer, una propuesta legislativa que busca aclarar secretos gubernamentales. Esta enmienda, que cita la Ley de Energía Atómica de 1954, sugiere la intrincada relación entre los secretos nucleares y la información ovni. Grusch sugiere que la referencia de la alteración a la información nuclear «transclasificada» (TFNI) no es una coincidencia. Este proceso, en el que un secreto nuclear extranjero es apropiado y reclasificado como un activo estadounidense, refleja las supuestas tácticas utilizadas para ocultar información sobre ovnis.
Además, el testimonio de Grusch no es el único. Proporcionó pruebas detalladas a los comités del Congreso y al Inspector General, incluidas instalaciones y direcciones específicas. Esta información se ve reforzada por informes de personas que tienen experiencia de primera mano con estos programas secretos.
A medida que profundizamos en las revelaciones de Grusch, nos enfrentamos a una narrativa desconcertante que desdibuja las líneas entre la seguridad nacional y el derecho del público a saber. Su narrativa no sólo plantea dudas sobre el alcance del secreto gubernamental, sino que también destaca el papel de las empresas privadas en la configuración de la narrativa OVNI.
En esencia, la exposición de David Grusch abre una ventana a un mundo oscuro donde el legado del Proyecto Manhattan se extiende mucho más allá de las armas nucleares, proyectando una larga sombra sobre uno de los temas más enigmáticos y debatidos de nuestro tiempo: los ovnis.