La leyenda bíblica sobre la Torre de Babel cuenta cómo el orgullo humano llevó a que la gente olvidara un solo idioma y cada nacionalidad desarrollara su propio dialecto. Esta historia ha atraído durante mucho tiempo la atención de historiadores y lingüistas, ya que constantemente se encontraban en el mundo nuevas pruebas de la existencia de una protolengua universal.
Cada año se descubren muchos marcadores de roca en todo el mundo. No siempre se trata de dibujos simples. A menudo, los investigadores se topan con textos completos. La mayoría de ellos pertenecen a una época y, además, como se supo recientemente, las inscripciones están escritas en el mismo idioma en los cinco continentes. Por ejemplo, extraños escritos descubiertos en el desierto de Negev en Israel y que datan aproximadamente del 1700 a.C.
El primer intento científico serio de establecer la realidad de la monogénesis lo realizó Alfredo Trombetti en su libro L’unità d’origine del linguaggio, publicado en 1905. Trombetti estimó que el ancestro común de las lenguas existentes se habló entre 100.000 y 200.000 años. atrás. En el año 3500 a.C. ya existía la escritura sumeria. En 2600: egipcio y una docena de idiomas más antiguos que estas pinturas rupestres.
Los investigadores han estado luchando con este misterio durante muchos años, pero para obtener respuestas, primero tuvieron que descifrar el idioma antiguo. El lingüista Dr. James Harris lo consiguió. Un investigador posterior afirmó que el texto descubierto se basó en el alfabeto protocananeo e incluía palabras del idioma hebreo.
Poco antes de la publicación del trabajo del lingüista, el ingeniero de la NASA William McGlone tropezó casi accidentalmente con petroglifos similares en rocas de Colorado. McGlone, un arqueólogo aficionado desde hace mucho tiempo, caminaba regularmente por el terreno rocoso cerca del pueblo de La Junta en busca de restos de antiguos asentamientos y campamentos.
Su hallazgo resultó ser sorprendentemente similar a los encontrados anteriormente en Israel. Además, se refiere al mismo período de tiempo.
Las fotografías del ingeniero publicadas en el sitio llamaron mucho la atención y paralelamente, seguidores de todo el mundo comenzaron a enviarle sus observaciones. Sorprendentemente, muchas de sus fotografías resultaron ser casi idénticas a las estadounidenses.
El trabajo de los aficionados dio como resultado todo un proyecto científico, al que se unieron arqueólogos, historiadores e investigadores de lenguas antiguas profesionales. Se recogió mucho material.
En ese momento apareció la técnica de decodificación del Dr. Harrison, que nos ayudó a comprender, aunque no textos completos, sino frases individuales. Según los científicos, fueron suficientes para determinar con gran certeza el significado de los mensajes antiguos. Al final, resultó bastante aterrador.
«En primer lugar, los mensajes del pasado llaman a orar a un solo dios, seguido de una historia sobre algún tipo de catástrofe global asociada con el Sol».
Vale la pena señalar que los petroglifos datan aproximadamente del año 1700 a.C. Son idénticos en los lugares más distantes entre sí y hablan de la misma catástrofe.
La conclusión es simple, pero de ninguna manera consistente con las ideas históricas modernas sobre esa época. Parece que nuestros antepasados tuvieron la oportunidad de moverse por el planeta con libertad y rapidez. Además, pertenecían al mismo pueblo, o en aquellos días había una única lengua en la Tierra. Ambos contradicen todos los cánones generalmente aceptados.
La descripción del desastre merece especial atención. Al principio, los historiadores creían que lo más probable era que se tratara simplemente de un eclipse solar, pero una decodificación más detallada de los textos descartó esta versión. Hoy en día, los científicos no niegan que se ha descrito una observación más rara: la liberación de una enorme dosis de radiación gamma desde la superficie del Sol o un número extremadamente grande de “manchas solares”.
El trabajo con los textos continúa y quizás el mensaje antiguo sea sobre algo completamente diferente. Además, como es habitual, hay algunos problemas con la cronología. Hoy en día nadie sabe la hora exacta de aquellos textos antiguos y sería lógico suponer que nuestros antepasados hablaron así de lo que ya había sucedido, pero existe la opinión de que estamos ante una advertencia.
Varios investigadores han registrado frases que permiten pensar que los petroglifos antiguos contienen una profecía sobre el futuro. Si esto resulta ser cierto, entonces la ciencia enfrentará preguntas aún más difíciles.
De una forma u otra, el hecho de la existencia sigue siendo un hecho y los historiadores aún tendrán que buscar una explicación para los petroglifos encontrados.