1. Las figuras Wangina del noroeste de Australia
Los aborígenes han transmitido historias sobre las figuras Wangina, retratándolas como grandes héroes y dioses del cielo que desempeñaron un papel fundamental en la configuración de su continente.
Estas narraciones de seres que ascienden a las estrellas y regresan con sabiduría están grabadas no solo en palabras sino también en vívidos arte rupestres, lo que proporciona un vínculo tangible con sus antiguas leyendas.
Lo que es particularmente sorprendente es cómo las figuras de Wangina guardan un extraño parecido con la imagen popular de extraterrestres grises, lo que suscita la intrigante pregunta: ¿Podrían estos petroglifos ser un registro genuino de encuentros extraterrestres presenciados por la gente de las Primeras Naciones de Australia?
2. El panel familiar de Nine Mile Canyon, este de Utah
En lo profundo de los acantilados de arenisca roja que bordean el Nine Mile Canyon de Utah, la galería de arte más larga del mundo, se encuentra una asombrosa variedad de más de diez mil petroglifos.
Si bien la mayoría representa escenas de caza y vida silvestre local, hay un panel que destaca por su apariencia de otro mundo: el Panel Familiar. Este panel muestra figuras humanoides luminosas que visten lo que parecen ser trajes espaciales, con cascos e incluso antenas.
Según los pueblos Navajo, Fremont y Ute que han habitado esta región durante siglos, estos petroglifos son antiguos y se remontan a miles de años. Creen que estas imágenes son un testimonio de seres que visitaron la Tierra hace mucho tiempo y que potencialmente impartieron conocimiento y sabiduría.
El aspecto intrigante es que estos seres comparten un extraño parecido con los astronautas, lo que nos lleva a reflexionar sobre qué inspiró estas representaciones inusuales. ¿Podría ser que representen visitantes celestiales que descendieron de las estrellas para ayudar a los pueblos nativos, como sugieren las leyendas de los nativos americanos?
3. El panel fantasma de Horseshoe Canyon, Utah
En Horseshoe Canyon, dentro del Parque Nacional Canyonlands de Utah, se encuentra el Ghost Panel, una colección de petroglifos que son tan desconcertantes como fascinantes.
Entre los intrincados diseños y figuras, lo que se destaca son seres humanoides altos vestidos con prendas peculiares que se asemejan a trajes espaciales, con túnicas y cascos. Estas figuras son sorprendentemente diferentes de los motivos habituales que se encuentran en el arte prehistórico.
De particular interés es la representación de la figura central, conocida como el Espíritu Santo. La presencia de dos ojos en el frente y un perfil lateral de la cabeza es un motivo único e inusual que no se ve en otras formas de arte prehistórico.
Esta característica distintiva ha llevado a algunos investigadores a especular que el Panel Fantasma representa un evento importante de la antigüedad. Los arqueólogos estiman que estos petroglifos datan de unos asombrosos diez mil años, lo que profundiza aún más el misterio.
El pueblo navajo, descendientes de quienes crearon estos petroglifos, se refieren a sí mismos como descendientes del Pueblo Santo. Según sus tradiciones orales, estos seres desempeñaron un papel vital a la hora de ayudarlos a emerger después de un evento catastrófico, una narrativa que resuena con la teoría de los antiguos astronautas, que postula que seres extraterrestres visitaron la Tierra para impartir conocimientos.
Conclusión
En conclusión, estos tres conjuntos de petroglifos están lejos de ser comunes; Sirven como testimonio de la conexión duradera entre la humanidad y los misterios del cosmos. Si bien es posible que nunca desvelemos por completo los secretos detrás de estas antiguas representaciones, son un testimonio del rico tapiz de la historia humana y de nuestra incesante curiosidad por el mundo más allá del nuestro.
Estos petroglifos, grabados en la estructura misma de nuestro planeta, continúan provocando asombro y asombro, recordándonos que el pasado es tan vasto y misterioso como el universo mismo.