Foto de : Nasa
La epopeya de siete años con el envío de muestras extraterrestres desde el espacio exterior a nuestro planeta ha terminado.
Una sonda de la NASA llamada OSIRIS-REx, lanzada hace siete años, envió una cápsula a la Tierra con muestras de suelo antiguo del asteroide Bennu. Los científicos esperan que su estudio pueda dar respuestas a preguntas sobre el origen de la vida en nuestro planeta y marcar el inicio de los viajes al espacio profundo. Bueno, Bennu también está siendo monitoreado de cerca, ya que podría representar una amenaza potencial para toda la humanidad.
Se supone que el asteroide contiene muestras de materia formada mucho antes de la aparición de la Tierra y, probablemente, incluso antes de la formación del Sistema Solar. El análisis del suelo de Bennu debería ayudar a los científicos a comprender mejor el papel de los asteroides en el transporte de compuestos que forman vida a nuestro planeta.
Gracias a investigaciones realizadas con telescopios terrestres y espaciales, se estableció que Bennu puede ser rico en moléculas orgánicas, que consisten en cadenas de carbono unidas a átomos de oxígeno, hidrógeno y otros elementos. Esta es la receta química mediante la cual nacen todos los seres vivos conocidos por la ciencia. Los científicos sugieren que en las primeras etapas del desarrollo de la Tierra, cometas y asteroides chocaron contra ella, liberando agua y compuestos orgánicos. El análisis de muestras de Bennu podría ayudarles a probar esta teoría.
Una muestra de asteroide recolectada por la NASA aterrizó en la Tierra, brindando a los científicos la oportunidad de aprender más sobre los orígenes del sistema solar y capturar un trozo de roca espacial masiva que podría colisionar con nuestro planeta en el futuro.
La cápsula de descenso, por supuesto, estaba carbonizada, pero aun así arrojó muestras peligrosas a la superficie del planeta.
Podremos descubrir qué hay en estas muestras muy pronto. Además, la NASA quiere compartirlos con el mundo entero. Pero si en las muestras de esta sustancia meteorítica hay virus extraterrestres, entonces habrá una forma de vida completamente desconocida e impredeciblemente fatal. O no un virus, sino una especie de moho cósmico, o más bien sus esporas.
El equipo científico recogió muestras del lugar de aterrizaje, incluidas partículas de aire, polvo y suciedad.
Al parecer, la NASA todavía teme la contaminación espacial en el lugar de aterrizaje.
Ahora sería el momento de introducir una cuarentena mundial contra Estados Unidos para proteger al máximo al resto de la población del planeta de la posible amenaza de estas muestras.
La curadora de astromateriales Frances McCubbin y el investigador principal de OSIRIS-REx de la Universidad de Arizona, Dante Lauretta (desde la izquierda), recolectaron partículas de aire y tierra y tomaron imágenes poco después de que la cápsula aterrizara.
Un helicóptero especial entregó la cápsula con la muestra a una sala de laboratorio, no lejos del lugar de aterrizaje. Para evitar la inundación de muestras del asteroide, la sala donde se realizó la disección fue purgada con nitrógeno para desplazar todos los elementos y microorganismos terrestres. La cápsula en sí se purgó con especial cuidado.
El equipo preparará un contenedor de muestras para transportarlo en un avión C-17 al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
Los científicos planean quitar la tapa de esta cápsula, que por cierto no tiene un aspecto muy fiable, para poder ver la muestra por primera vez el martes. Y aquí está el verdadero peligro, cómo se comportarán las esporas o microbios de origen extraterrestre en las muestras, por supuesto, si están allí. ¿Qué pasa si hay oxígeno y provoca en ellos una violenta reacción de reproducción y el mundo se sumerge en un apocalipsis zombie en cuestión de horas?
El equipo de recuperación también evaluará todas las imágenes capturadas durante el descenso para determinar si el paracaídas, que se utilizó inicialmente para estabilizar la cápsula, se desplegó a tiempo. En el momento de la publicación, el equipo no pudo ver evidencia visual. El paracaídas principal, responsable de frenar la cápsula hasta una velocidad de aterrizaje segura, también se desplegó prematuramente.
Los científicos analizarán las rocas y el suelo durante los próximos dos años en una sala limpia especial en el Centro Espacial Johnson. La muestra también se separará y enviará a laboratorios de todo el mundo, incluidos los socios de la misión OSIRIS-REx de la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. Alrededor del 70% de las muestras permanecerán intactas durante el almacenamiento, por lo que las generaciones futuras con mejor tecnología podrán aprender incluso más de lo que es posible ahora.
Nos preguntamos si un particular puede comprarse un traje de protección biológica para uso personal.
Como vemos en la captura de pantalla del vídeo del laboratorio secreto, todos los miembros del equipo llevan trajes de protección biológica.
¿Cuánto tiempo crees que pasará hasta que estalle una nueva pandemia en el laboratorio de la NASA? ¿Y estamos todos preparados para ello?
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