La declaración fue hecha por Yuval Noah Harari, un historiador, escritor y profesor israelí conocido por su trabajo en el campo de la divulgación científica.
Harari se destacó por su capacidad para comunicar temas complejos de manera accesible y por su capacidad para analizar temas relacionados con la historia, la tecnología y la evolución humana. En este sentido, The Economist lo entrevistó recientemente sobre el futuro de la inteligencia artificial (IA). Y lo que dijo suena como una advertencia para nuestra especie.
El profesor respondió a los vertiginosos avances que se esperan de esta tecnología emergente en los próximos años:
“La IA es el fin de la historia humana. No el fin de la historia, sino el fin de la historia dominada por los humanos.
La historia continuará, pero con alguien más al mando”.
Para explicar esto, recurrió más tarde a una interesante analogía:
“Tiendo a pensar más en términos de una invasión extraterrestre. Como una flota de naves espaciales del planeta Zircon o como quieras llamarlo, con seres altamente inteligentes, que dentro de cinco años estarán aquí y conquistarán el planeta. Quizás eso sea algo bueno, con su inteligencia podrían resolver problemas como el cáncer o el cambio climático, pero no estamos seguros”.
Añadió:
«Eso es a lo que nos enfrentamos, excepto que los extraterrestres no vienen en naves espaciales del planeta Zircon, sino que vienen del laboratorio».
El historiador también destacó que estamos viviendo un momento sin precedentes en la historia de nuestra especie, en el que nos enfrentamos colectivamente a algo con capacidad de generar ideas y mejorarnos.
El dice:
“Sabemos que la IA se volverá muy inteligente y que tiene el potencial de adquirir conciencia y voluntad propias. Y esa es una mezcla peligrosa. Algo a lo que nunca antes nos habíamos enfrentado. Las bombas atómicas no tenían potencial para tener testamento, ni tampoco el primer impresor. Pero esto sí”.
Para evitar que las IA tomen el control sobre nosotros, Harari propone la creación de nuevas y confiables instituciones que las regulen estrictamente, ya que a estas alturas sólo las empresas detrás de esta tecnología saben realmente lo que está pasando y no los gobiernos.
Él concluyó:
“Así como se reguló la falsificación de dinero para evitar el caos financiero, se debe regular la falsificación humana mediante IA”.