El maestro explorador Sonny DesVergers fue quemado por un OVNI, encuentro recordado por el testigo Chuck Stevens

Es una historia que podría extraerse directamente de las páginas de una novela de ciencia ficción: un jefe de exploradores, un platillo volador iluminado y un encubrimiento que se extiende a lo largo de décadas. Sin embargo, lo que sucedió la noche del 19 de agosto de 1952 en West Palm Beach, Florida, al jefe de tropa Sonny DesVergers y su tropa está lejos de ser ficción. Es un misterio de la vida real que ha desconcertado a ufólogos, escépticos e investigadores durante más de 70 años. Y todo comenzó con un viaje a casa que tomó un giro inesperado.

La noche fatídica

Chuck Stevens tenía sólo 12 años cuando se convirtió en testigo ocular de un evento que daría forma a la historia de los ovnis. El jefe de tropa DesVergers estaba llevando a Stevens y sus compañeros exploradores a casa después de su reunión semanal cuando una luz extraña apareció en el cielo sobre una tierra de cultivo desierta. Despertado la curiosidad, DesVergers se detuvo y les dijo a los niños que esperaran en el auto mientras investigaba lo que inicialmente pensó que podría ser un accidente aéreo.

Con la promesa de regresar en 15 minutos, DesVergers desapareció en el bosque. Sin que los jóvenes exploradores lo supieran, su líder surgiría más tarde con una historia que sonaría más a un guión de Hollywood que a una realidad.

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El encuentro

Cuando DesVergers reapareció, era un hombre diferente. Su uniforme estaba carbonizado, su cara y brazos mostraban signos de quemaduras, pero el objeto volador no identificado que supuestamente lo había atacado no estaba a la vista. La única prueba tangible, además de sus heridas físicas, eran ramas rotas y vegetación marchita, que parecía haber sufrido un intenso calor.

Las secuelas: informes oficiales y tragedia personal

Un ayudante del sheriff fue llamado al lugar y tomó nota de la apariencia quemada de DesVergers, pero el escepticismo era grande. Chuck Stevens recuerda vívidamente la escena, recordando la evidencia que vio esa noche: árboles con ramas rotas, savia rezumando de ellos, y el suelo, significativamente más cálido que la tierra circundante, que indica alguna forma de calor intenso.

Sin embargo, en lugar de conducir a una investigación oficial, el incidente provocó una ruina personal para DesVergers. Lo despidieron de su trabajo, lo expulsaron de la comunidad y lo tildaron de mentiroso. Desapareció de la vida pública, desconociéndose hasta el día de hoy su paradero.

Las preguntas persistentes

La postura del gobierno sobre el caso siempre ha sido enigmática. Los archivos alguna vez secretos del Libro Azul (una serie de estudios sobre ovnis realizados por la Fuerza Aérea de EE. UU.) revelan que la Fuerza Aérea, de hecho, recopiló evidencia física del sitio. Sin embargo, no se han sacado conclusiones públicamente. ¿Por qué este caso no es tan famoso como el de Roswell? ¿Es porque se consideró que DesVergers no era confiable?

Lyman Bradford, otro testigo que tenía siete años en ese momento, proporciona más pruebas de apoyo. Su padre, que trabajaba en una base local de la Fuerza Aérea, incluso logró capturar fotografías de un objeto no identificado similar. Estas fotografías, sin embargo, fueron confiscadas y nunca han sido devueltas, añadiendo otra capa de misterio a un caso ya complejo.

¿Qué pasó con la evidencia?

El aspecto más desconcertante de todo el acontecimiento sigue siendo la falta de pruebas definitivas. Si bien los archivos del Libro Azul reconocen la recolección de muestras físicas, incluidos suelo y vegetación, se desconoce su paradero actual. De manera similar, la película capturada por el padre de Lyman Bradford sigue desaparecida, lo que lleva a muchos a especular que el gobierno puede estar reteniendo más de lo que han revelado públicamente.

El legado del incidente del Scoutmaster

El caso ovni Scoutmaster sigue siendo un capítulo abierto en el libro de fenómenos inexplicables. Testigos como Chuck Stevens y Lyman Bradford continúan contando sus experiencias, manteniendo viva la historia, aunque sólo sea en susurros y foros de Internet.

Si bien el propio DesVergers puede haber desaparecido, el enigma de lo que sucedió en esa húmeda noche de agosto de 1952 continúa desconcertando, intrigando y planteando la pregunta: cuando se trata de ovnis, ¿cuánto sabemos realmente y cuánto se oculta cuidadosamente? ¿vista pública?

Al final, la historia de Sonny DesVergers sirve como un testimonio sombrío del alto costo de encontrar lo desconocido. Es una historia que permanece inacabada, con más preguntas que respuestas y un legado que parece destinado a flotar para siempre en el reino de lo inexplicable.