Los científicos han encontrado la primera evidencia fósil de un entorno que podría haber albergado vida en Marte hace miles de millones de años. La evidencia consiste en patrones hexagonales en el antiguo lodo marciano que indican un clima cíclico con estaciones húmedas y secas.
El descubrimiento fue realizado por un equipo de investigadores de Francia, Estados Unidos y Canadá, utilizando datos del rover Curiosity de la NASA. El rover ha estado explorando una región de Marte llamada Gale Crater desde 2012, donde ha detectado moléculas orgánicas simples que podrían ser componentes básicos de la vida.
Sin embargo, para confirmar la posibilidad de vida en Marte, los científicos también necesitaban encontrar evidencia de un entorno adecuado para que estas moléculas se formaran y persistieran. Ahí es donde entran los patrones hexagonales.
Los patrones están formados por depósitos de sal en capas de sedimentos que datan de hace entre 3.600 y 3.800 millones de años. Se asemejan a las grietas de lodo que se forman en la Tierra cuando el suelo húmedo se seca y se contrae, creando formas poligonales.
Los investigadores dicen que la presencia de estas grietas en Marte sugiere que el planeta alguna vez tuvo un clima con cambios estacionales, similar al de la Tierra.
“Este es un descubrimiento importante, porque muestra que Marte no siempre fue un desierto frío y seco, sino que tuvo períodos de humedad y calor que podrían haber favorecido el surgimiento de la vida”, dijo William Rapin, autor principal del estudio y miembro del equipo. investigador del Institut de Recherche en Astrophysique et Planétologie de Francia.
El estudio, publicado en la revista Nature , también sugiere que Marte tenía una atmósfera más espesa en el pasado, lo que podría haberlo protegido de la radiación dañina y permitido que existiera agua líquida en su superficie.
Los investigadores esperan que sus hallazgos ayuden a arrojar luz sobre el origen y la evolución de la vida en Marte, así como en la Tierra y otros planetas.
“Esta es una oportunidad única para estudiar la historia de un mundo antiguo que pudo haber sido habitable en algún momento, y compararlo con el nuestro”, dijo Rapin.
El estudio se basa en datos de los instrumentos Mastcam y ChemCam de Curiosity, que pueden capturar imágenes y analizar la composición química de las rocas y los suelos de Marte.