Desde su creación en la década de 1950, la inteligencia artificial (IA) ha recorrido un largo camino y tiene un potencial muy interesante. La invención de mecanismos inteligentes que desafían la tecnología moderna se remonta a la antigua Grecia, donde apareció por primera vez.
Varios siglos antes de Cristo, se puede rastrear la fascinante historia de los autómatas en la antigua Grecia. La inventiva y la creatividad de los antiguos griegos son reconocidas y utilizaron autómatas como medio para aprender sobre mecánica y el mundo natural.
La leyenda de Talos, un gigante de bronce construido por Hefesto, el dios del fuego y la metalurgia, es uno de los primeros casos conocidos de un autómata en la antigua Grecia. Talos, según la leyenda, era un enorme autómata que vigilaba la isla de Creta. Ser móvil y capaz de arrojar piedras a los barcos que se acercaban lo convirtió en una figura fuerte y aterradora.
Los griegos crearon autómatas para propósitos más útiles además de crear mitos. Ctesibio, un ingeniero que vivió en el siglo III a.C., fue uno de los más conocidos de la antigua Grecia. C. considerado como el padre fundador de la neumática. Ctesibius creó una serie de autómatas, incluido un pájaro mecánico que usaba aire comprimido para mover sus alas y emitir sonidos.
El desarrollo de autómatas también se benefició del trabajo de otros ingenieros griegos, como Hero of Alexandria. Un autómata de teatro con movimientos y acciones preprogramados fue uno de los dispositivos innovadores que inventó Heron.
Los futuros avances en ingeniería y automatización fueron posibles gracias a estos autómatas griegos de la antigüedad. Los autómatas griegos mostraron la curiosidad y la aptitud de los antiguos griegos para explorar y comprender los principios mecánicos fundamentales, a pesar de que sus inventos no se parecían a las sofisticadas máquinas de la era moderna.
Dédalo
Dédalo de la mitología griega es una figura conocida por sus logros como inventor, escultor y arquitecto. Durante el reinado del rey Minos, se dice que Dédalo residió en la isla de Creta. Sus muchos inventos brillantes, que incluyen el desarrollo de autómatas, son ampliamente reconocidos.
El famoso laberinto de Creta, construido para contener al Minotauro, mitad toro, mitad hombre, es una de las creaciones más famosas de Dédalo. El laberinto era una red compleja de pasadizos y cámaras que era casi imposible de recorrer por tu cuenta. Según la leyenda, Dédalo construyó el laberinto de forma tan intrincada que incluso él tuvo problemas para recorrerlo una vez que estuvo terminado.
Además del laberinto, Dedalo es famoso por sus estatuas animadas y sus autómatas. Talos, un enorme autómata que custodiaba la isla de Creta, fue una de sus obras más conocidas. Talos era un guardián móvil que arrojaba piedras y perseguía implacablemente a las naves invasoras.
Otros desarrollos en los campos de la ingeniería y la construcción se atribuyen a Daedalus. Se dice que desarrolló métodos para construir bóvedas y arcos, así como para hacer esculturas realistas. Se le atribuyeron muchas obras maestras en Grecia y otras partes del mundo debido a su habilidad como inventor y constructor, que era bien conocida.
Aunque Dédalo es una figura de la mitología griega y la verdad de sus inventos es discutible, su historia y sus innovaciones con autómatas han capturado la imaginación de la gente durante siglos, y su legado perdura hasta el día de hoy. especialización en historia de la ingeniería y automatización.
Autómatas en otras culturas
Hay referencias a la existencia de «yanas» o «yantras», que son autómatas o seres mecánicos. En los escritos budistas conocidos como los Sutras, se mencionan estos autómatas.
Los relatos afirman que los yantras eran criaturas hechas por el hombre que se desarrollaron fusionando el conocimiento espiritual y el científico. Supuestamente fueron creados por mecánicos y artesanos expertos y eran capaces de realizar una variedad de tareas por sí mismos.
Según la leyenda, los yantras son seres mecánicos o de madera con una variedad de mecanismos internos y partes móviles. Se pensaba que algunos de ellos eran capaces de caminar, hablar e incluso realizar tareas difíciles. Los textos budistas mencionan el uso de yantras con fines prácticos, como tocar instrumentos musicales o hacer ofrendas en templos y monasterios.
Es crucial recordar que los autómatas solo se mencionan simbólica y metafóricamente en el budismo primitivo para transmitir lecciones espirituales y filosóficas. La naturaleza ilusoria de la realidad y la naturaleza fugaz de las cosas materiales están simbolizadas por los yantras.
En general, las referencias a los yantras en los textos budistas demuestran la fascinación y la exploración de la relación entre la ciencia, la tecnología y la espiritualidad en la antigüedad, aunque los autómatas no son un aspecto central o ampliamente discutido del budismo.
Los Inicios de la Inteligencia Artificial
Es un desafío determinar una fecha de inicio precisa para el campo de la inteligencia artificial (IA), que ha experimentado varios puntos de inflexión significativos a lo largo de la historia. Aunque a Alan Turing se le atribuyen las primeras referencias históricas, en general se acepta que la década de 1950 vio el comienzo de la investigación científica sobre cómo las máquinas podrían imitar el pensamiento y el razonamiento humanos. A John McCarthy (1927-2011), en la Conferencia de Dartmouth en 1956, se le atribuye haber acuñado la frase «inteligencia artificial», que se considera el comienzo oficial del estudio de la IA.
Alan Touring. Cortesía: thecrazyprogrammer.com
En las primeras etapas de la IA, los investigadores se concentraron en desarrollar programas y algoritmos capaces de realizar tareas que demandan la inteligencia humana, como jugar al ajedrez o resolver problemas matemáticos. El programa de ajedrez de IBM creado en la década de 1950 fue uno de los primeros éxitos notables.
Se han encontrado obstáculos significativos durante el desarrollo de la IA. Los sistemas expertos, que eran programas informáticos que utilizaban conocimientos y reglas específicos de un dominio para resolver problemas complejos, adquirieron importancia en las décadas de 1970 y 1980. Aunque estos sistemas tuvieron cierto éxito en campos de nicho, también tenían limitaciones porque era un desafío codificar todo el conocimiento humano en reglas explícitas.
Cortesía: thelogisticsworld.com
Debido a los desarrollos en campos como el aprendizaje automático y las redes neuronales en la década de 1990, la IA disfrutó de un renacimiento. En lugar de confiar solo en reglas predefinidas, el aprendizaje automático permitió que los sistemas aprendieran de la experiencia y mejoraran su rendimiento. Esto abrió la puerta a la creación de algoritmos de aprendizaje profundo y redes neuronales profundas, que han contribuido significativamente a muchos avances recientes en IA.
El reconocimiento de voz, la visión por computadora, la traducción automática, los asistentes virtuales y los sistemas de recomendación son solo algunas de las áreas en las que la IA ha logrado avances significativos en las últimas décadas. El desarrollo de la IA también se ha visto acelerado por el aumento de la capacidad de procesamiento informático y la enorme disponibilidad de datos.
La IA se utiliza actualmente en una variedad de industrias, incluido el análisis de datos, la robótica y los vehículos autónomos, además de la medicina y la robótica. En nuestra sociedad y en varias facetas de nuestras vidas, se prevé que la inteligencia artificial continúe desarrollándose y desempeñe un papel importante.
El Código de Ética
La ética de la IA es un tema que está recibiendo más atención y preocupación en la actualidad. Como se utiliza en una amplia gama de aplicaciones, incluidos asistentes virtuales, sistemas de recomendación, vehículos autónomos y diagnósticos médicos, la IA es cada vez más frecuente en nuestra sociedad. A medida que la IA se desarrolla en fuerza y autonomía, las preocupaciones morales sobre cómo afectará los derechos, la privacidad y las decisiones de las personas se vuelven más apremiantes.
Cortesía: elespanol.com
Las siguientes son algunas de las preocupaciones éticas más importantes en el campo de la IA que deben tenerse en cuenta.
Transparencia: puede ser un desafío comprender cómo la IA llega a sus conclusiones porque con frecuencia basa sus decisiones en algoritmos intrincados y redes neuronales profundas. Pueden surgir preguntas sobre la rendición de cuentas y la responsabilidad de los sistemas de IA debido a la falta de transparencia.
Los sesgos inherentes a los datos de entrenamiento pueden tener un impacto en los sistemas de IA, lo que puede resultar en decisiones discriminatorias o injustas. En el caso de identificar a miembros de grupos étnicos particulares, los sistemas de reconocimiento facial, por ejemplo, han demostrado tener una mayor tasa de error.
Privacidad y protección de datos: Para su funcionamiento y formación, la IA utiliza con frecuencia cantidades importantes de datos personales. Es crucial asegurarse de que la privacidad de las personas esté protegida y establecer salvaguardias adecuadas para evitar el uso indebido de datos.
Rendición de cuentas y toma de decisiones: a medida que la IA desarrolla su autonomía, aparecen preocupaciones sobre la responsabilidad por errores o daños. Además, cuando la IA toma decisiones cruciales, como en los vehículos autónomos, es necesario decidir cómo deben equilibrarse los valores éticos y la vida humana.
La IA tiene la capacidad de automatizar tareas y reemplazar puestos de trabajo, lo que podría tener un impacto significativo en la economía y la sociedad en su conjunto. Para garantizar una transición justa para los afectados, se deben tener en cuenta las ramificaciones éticas de estos cambios.
Para abordar estos problemas, la comunidad internacional está intentando crear marcos y estándares éticos. Para garantizar que la IA se cree y utilice de manera ética, responsable y en beneficio de la humanidad, es crucial promover un enfoque multidisciplinario que involucre a expertos en ética, derecho, ciencias sociales y tecnología.