
En una publicación de prensa en primera página del 5 de septiembre de 1908, titulado «Un Mensaje de Marte», informó que Willie McKinnon, el hijo de 14 años de Angus McKinnon, experimentó una experiencia sorprendente y tuvo una salida milagrosa de la muerte un jueves por la mañana, ya que casi fue alcanzado por una piedra proveniente del espacio que al parecer tenia grabados jeroglíficos en su superficie.

El meteoro se oyó durante varios minutos antes de que golpeara la tierra, pero el muchacho, pensando que era un tren que pasaba, no tomó aviso hasta que el visitante celestial golpeó la tierra, enviando a las rocas volando en todas direcciones y causando un efecto como un terremoto en esa vecindad. El chico estaba naturalmente muy alarmado por la ocurrencia y se precipitó a la casa para informar a sus padres sobre el extraño acontecimiento. Al visitar el lugar se encontró que el meteorito estaba intensamente caliente, y por más de media hora no podía ser cogido.

El meteoro o lo que fuera que cayó, era casi tan redondo como un mármol y la superficie estaba profundamente marcada con lo que parecía jeroglíficos.
El Sr. McKinnon paso la mayor parte del tiempo desde el incidente tratando de interpretar el significado de las marcas en la piedra, y pidiendo que si alguien que tiene un conocimiento de estas cosas, tratará de ayudarlo».