comienza la ruleta rusa del evento miyake el sol entra en periodo de maxima actividadcomienza la ruleta rusa del evento miyake el sol entra en periodo de maxima actividad

Nuestra estrella madre comienza ahora su periodo de máxima actividad, cuando las tormentas se hacen más virulentas y nos arriesgamos a un evento Carrington o, peor, un Miyake

, salió violentamente de nuestra estrella. “No fue la más grande de la historia de ninguna manera”, afirma Berger, “pero fue una llamadara significativa”. Como afirman los expertos, sin embargo, en este periodo podemos esperar una mayor frecuencia y fuerza de este tipo de llamaradas, así como de eyecciones de materia coronaria y tormentas de radiación.

El evento Miyake

Que la actividad solar extrema es un peligro para la civilización humana no es algo nuevo. Muchos artículos han hablado sobre el tema, demoledores informes de instituciones como la Academia Nacional de las Ciencias de los EEUU y el Pentágono, así como estudios científicos y hasta películas y series de televisión de serie B que han especulado sobre las consecuencias de un evento Carrington, la tormenta solar que impactó la Tierra en 1859 destruyendo redes telegráficas de todo el planeta.



Sin embargo, como vimos en el primer episodio del documental de nuestra nueva serie Control Z — va más allá y une todos los hilos para formar un tapiz de las consecuencias interconectadas en una imagen general sin precendentes. Sobrecogedora y desoladora, pero con un mensaje optimista: la ciencia dice que, si actuamos, podremos evitar los gravísimos efectos de un fenómeno que es inevitable.

 

Los efectos de los eventos solares extremos están documentados. La Dra. Holly Gilbert —que fue directora de la división de ciencia heliofísica del centro de investigación NASA Goddard y ahora encabeza el High Altitude Observatory del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de los Estados Unidos— nos explicó que hay tres niveles de impacto. El primero es la erupción de una radiación de alta energía —rayos X y de ultravioleta extremo— que puede afectar a nuestra ionosfera en ocho minutos porque viaja a la velocidad de la luz. Las partículas también causan corrientes porque son partículas cargadas y, finalmente, las eyecciones de masa coronal, con decenas de miles de millones de toneladas de plasma y el campo magnético del Sol.

Crónica de una tormenta anunciada

Según nos contó por videoconferencia la Dra. Sangeetha Abdu Jyothi, profesora adjunta de Computación en la Universidad de California, Irvine, que estudió el efecto devastador que un evento como el Carrington tendría en la red de cables de internet submarinos, destruyendo sus centros repetidores por la falta de protección e inutilizando las conexiones de internet globales —esta combinación de efectos no solo derribaría la red internet, sino que nos devolvería al medievo—. De hecho, “ni siquiera la Edad Media, diría que incluso antes”, remacha Abdu Jyothi.

. “Si no tenemos eso, básicamente volveremos a la Edad de Piedra. Especialmente con el tipo de densidad de población que tenemos en las grandes ciudades. Ni siquiera puedo imaginar lo que pasaría si ocurriera un evento a gran escala”.

 

John Kappenman, un ingeniero estadounidense con décadas de experiencia en la industria eléctrica norteamericana, sí lo imagina. Lleva toda la vida estudiando estos fenómenos y su impacto en las redes de alta y media tensión: “Sí, claramente habría desastres de salud pública, desastres de servicios públicos, desastres en la cadena de distribución de alimentos, desastres de la industria farmaceútica, inutilización de los hospitales, de los sistemas de pago… Todo caerá una vez que sufres un impacto en la más importante de todas la infraestructura, la red eléctrica”, nos dice en entrevista telefónica.

— ha seguido de cerca la situación de la red eléctrica mundial y el peligro que el tiempo solar extremo representa para la supervivencia de la civilización. Según Siegel, el evento de 1859 no es nada comparado con un evento Miyake.
, la erupción acelera los protones presentes en el viento solar de la heliosfera —el área de influencia del Sol, donde se encuentran la Tierra y el resto de planetas— a la velocidad de la luz. Estos protones se convierten así en partículas de alta energía que también son un peligro para los seres humanos y la civilización.
en la Tierra, causando daños irreparables en ficheros de datos y causando errores en chips cuando el incremento de partículas de alta energía llegara a la superficie terrestre. “Con un evento Carrington, nuestros teléfonos móviles, torres de telefonía móvil, servidores de portátiles y centros de datos, estarían en su mayoría seguros siempre y cuando tengan protección contra el voltaje transitorio del suministro eléctrico”, dice, “pero con un evento [como el Miyake] que es dos órdenes de magnitud más fuerte, si tenemos partículas cargadas que golpean la superficie de la Tierra, entonces esto podría corromper nuestro almacenamiento de datos”.
 —como tu información bancaria, registros de salud, casi todos los datos que tenemos hoy en día— podrían corromperse. “Hoy ya sabemos que hay pequeñas cantidades de partículas de carga que logran llegar a la superficie de la Tierra, penetrando a través de nuestra atmósfera y causando corrupción en los datos almacenados en los centros de datos”, asegura. “En tiempos normales, es una tasa de corrupción muy pequeña. Pero con un evento a gran escala, podría ser mucho más alta. Podríamos perder todos los datos en todo el mundo y eso podría ser un evento devastador”.

Una escala imposible de comprender

Pero la pérdida de datos no tendría importancia con lo que vendría inmediatamente después.

El informe de la Academia Nacional de las Ciencias de los EEUU también es claro. “Debido a la interconexión de las infraestructuras críticas en la sociedad moderna, el impacto puede ir más allá de la interrupción de los sistemas técnicos existentes y conducir a interrupciones socioeconómicas colaterales a corto y a largo plazo”, afirma su Comité de Estudios, de la División de Ingeniería y Ciencias Físicas.

 se dispararía globalmente por la falta de hospitales modernos y el colapso de la industria farmacéutica. En los primeros días, todas las personas cuya superviviencia dependiera de respiración asistida o cualquier otro sistema eléctrico morirían sin remedio. Solo durante los primeros meses, cientos de millones de urbanitas morirían por infecciones y hambrunas regionales debido a la falta de distribución de medicinas, alimentos y agua potable causada por el colapso en cascada de absolutamente todo gracias a la destrucción de la red eléctrica.
una de las grandes productoras a nivel global. “Me preocuparía la situación geopolítica. En un escenario en el que se han producido muchos daños en todo el mundo, ¿permitirían los gobiernos que los grandes transformadores se exporten fuera de ese país mientras todavía están tratando de recuperarse de los daños?”. La respuesta es obvia.
 provocado por la falta total de electricidad: dos años desde el momento del pedido a la entrega. “El desafío del suministro global es preocupante”, afirma Kappenman, “el tipo correcto de cobre para los núcleos magnéticos de un transformador no se produce en todos los países. Tiene que adquirirse con años de antelación para mantener el suministro”. Y sin la red eléctrica en funcionamiento, “la capacidad de fabricar, enviar y suministrar todos estos componentes puede no ser factible”. Los tiempos de recuperación serían mucho más largos, “si es que podemos recuperarnos de este escenario”.
, el país más rico de la tierra, están legalmente obligadas a no priorizar esas cosas”. Siegel se refiere a los estatutos que atan a los directivos al beneficio de sus empresas.
. Lo bueno es que hay soluciones técnicas: tres acciones que podrían prevenir que la humanidad cayera a los infiernos de la era preindustrial y la pérdida de millones de vidas.

Un plan de tres puntos

Siegel afirma que una de ellas es organizar la infraestructura eléctrica para que sea más resiliente, creando redes locales y regionales que puedan actuar de forma independiente cuando sea necesario, con fuentes energéticas más pequeñas y sistemas de almacenamiento debidamente protegidos.

Kappenman afirma que la protección de los transformadores es fundamental, pero que la solución técnica es sencilla: “Se pueden utilizar condensadores en serie o neutros. Los últimos son, con mucho, la solución más barata”. Estos dispositivos son de voltaje relativamente bajo, “una especie de aislamiento nominal de 100 KV, lo que es relativamente modesto en términos de las clasificaciones de aislamiento que se necesitan”. Estos son dispositivos que fueron inventados y probados a principios de la década de los noventa. Kappenman trabajó en estos condensadores, que no están patentados: son diseños abiertos de libre uso, así que nadie los controla. “Basándonos en algunos de los proveedores que han entrado en el mercado en los últimos años”, afirma, “implementarlos costaría alrededor de 1.000 millones de dólares en todos los EEUU”. El coste, dice, sería similar en Europa o en otros lugares del mundo. De nuevo, solo el coste en la Costa Este americana sería de uno a dos billones de dólares anuales durante un periodo de hasta una década.

 que puedan predecir cada paso del Sol con bastante antelación. “Viendo lo bien y cuánto han progresado los modelos solo en los últimos 10 años, creo, y esto es pura especulación, realmente creo que en 20 años vamos a ser muy buenos prediciendo”, asegura. “Puede ser un poco demasiado optimista, pero creo que estamos dando grandes pasos para conocer la hora de llegada de algunas de estas eyecciones coronales masivas”. Pero, para ello, dice, necesitamos más datos y cubrir el Sol desde todos los ángulos posibles con múltiples satélites, muchos más de los que tenemos ahora. Y con redundancia. “No tenemos una visión completa del Sol en este momento porque es muy caro enviar tantos satélites al espacio”.
La única manera de prevenir esta catástrofe inevitable es que el mundo acuerde tomar las medidas adecuadas.

Al final, como concluye Siegel, está claro que la solución está en todos nosotros: en la presión que podamos hacer sobre los políticos, exigiendo la protección de una infraestructura que ya no es solo un bien público sino una fuerza imprescindible para soportar el tejido social y económico que nos permite sobrevivir. El coste de todo esto es ridículo comparado con los efectos que podréis ver en el documental. “Podemos unificarnos como planeta para crear la legislación adecuada, hacer cumplirla y hacer que todas estas ciudades de todo el mundo estén seguras y puedan resistir estos eventos”, afirma Siegel. “Entonces, tal vez, no tendremos un desastre de varios trillones de dólares cuando ocurra lo inevitable. Esto depende de todos nosotros”.

La entrada Comienza la ruleta rusa del evento Miyake: el Sol entra en periodo de máxima actividad se publicó primero en Mundo oculto.
Conoces nuestra App para Android (Misterios y conspiraciones) descarga desde nuestra web.
Síguenos en Telegram: @misteriosyconspiraciones

Por Alejandro