Un investigador ha erigido, usando células humanas, el primer cuerpo modular del cual es un “ser vivo” que no está vivo. El raro desarrollo es como un LEGO de piezas biológicas que se pueden juntar entre ellos y son impulsadas por la tecnología.
El biólogo Cornelis Vlasman concibe el cuerpo humano como un sistema de LEGO biológico. Y su sistema clicable de órganos humanos intercambiables está cobrando vida… si se está dispuesto a definir la vida de forma bastante laxa. Y si estás dispuesto a suspender un poco la realidad.
En un experimento (ficticio), Vlasman creó OSCAR, una criatura vivo y orgánico formado a partir de sus propias células, si bien funciona con auxilio de la tecnología. Y si tener un sistema humano de bolsillo fabricado a partir de material orgánico no fuera lo bastante fascinante, OSCAR es completamente modular -aquí es donde puedes empezar a pensar en planetas como el de LEGO-, con cada pieza intercambiable para concebir disposiciones únicas.
Si bien se trata de un experimento de ciencia ficción, podría tener pies (y brazos).
En el vídeo de hace unos años, hace poco recuperado por Andrei Tapalaga de Newsbreak, Vlasman muestra cómo su módulo cerebral, que es un mecanismo completamente eléctrico, se conecta a su módulo pulmonar. Los dos empiezan a interactuar inmediatamente. Añade un módulo renal y, a continuación, conecta dos módulos de extremidades distintas que “empiezan a accionar el organismo para que se desplace”. Al tiempo que la materia orgánica empieza a deslizarse por la mesa, uno empieza a preocuparse así pues OSCAR está tramando, y así pues es verdaderamente factible en el futuro.

Cuerpo modular. Cortesía: Youtube
Vlasman asevera que este prototipo, con un torrente sanguíneo y señales nerviosas transmitidas por medio de los conectores, hace que el cuerpo humano pase de ser un sistema cerrado a un sistema abierto.
Vlasman manifestó:
“Si un órgano enferma, se puede sustituir fácilmente por otro reciente. El cuerpo modular será alterable y adaptable a toda clase de situaciones”.
asimismo propone que se podría actualizar el cuerpo con un módulo de extremidad extra, si se desea.
El experimento prueba la capacidad de el estudio con células mamá para convertirse en tejido humano, al tiempo que pone de relieve la interacción entre la tecnología y el cuerpo humano. Para que OSCAR funcione, se precisa mucho más que células, dado que los módulos del experimento de Vlasman requieren un cerebro eléctrico para funcionar. En vez de imprimir órganos con el objetivo de obtener copias idénticas para piezas de repuesto, quizá hagamos algo completamente diferente. Quizás convirtamos la ciencia ficción en verdad.