El que el nombre de Judas sea acompañado por ‘Iscariote’ es de suma importancia. Iscariote no es solo un apellido, o el nombre de un ‘clan’, sino que marca a su portador como un sicario. Este nombre proviene de la sica, puñal o daga reducida, fácilmente ocultable en los pliegues de la toga o bajo la capa. Literalmente sicarius significa ‘hombre-daga’.
El término sicarius se aplicó, por analogía empleada por los invasores romanos, a los defensores judíos (o a los insurrectos) que procuraron expulsar a los romanos y a sus partidarios de Judea. El asociación de los sicarios era conocido por ser el más violento de entre los judíos, pues cometían e veces asesinatos y ataques contra las autoridades romanas.
El historiador Flavio Josefo, quien vivió en la primera mitad del siglo primero después de Cristo, escribió sobre de las tácticas sicarias. «Vistiendo largas togas y portando pequeñas dagas llamadas ‘sicas’, ellos esperaban incluso que un oficial romano caminara entre la multitud para escabullirse, acercarse y apuñalar al oficial, para despues perderse entre la gente y esconder el arma utilizada para el asesinato».
Esta orden de asesinos, signo de la resistencia a la ocupación, era muy exitosa en instalar el terror entre la población gobernante. Inclusive fueron tras los colaboradores locales que trabajaban para el régimen romano. en cambio, de acuerdo a los historiadores, no estuvieron en se cenit incluso el año 70 d.C. Por lo tanto, si el Judas bíblico representó un personaje histórico real, la noción que fuera un Iscariote se mantiene en las sombras de la hipotesis.
Demasiados eruditos apuntan a que el principal inconveniente de situar a Judas como miembro de los sicarios es que para por lo tanto (principios de la década de los 30’s) no existía mencionado movimiento como tal. El asociación de asesinos se formaría en la década de los 50’s o 60’s en periodos de Félix y Albinus. El probable origen de la etimología vendría del hebreo איש־קריות, Κ-Qrîyôth, ‘hombre de Kerioth’, que es el nombre una población de Judea.
El aceptar a Judas como un sicario, incluso si solo se trata de una figura literaria, le da cierto tinte político a su traición encima del nazareno. No solo estaría traicionando a su amigo, sino además a su gente y reforzando la autoridad romana. Por el contrario, diferentes —y siempre manteniéndonos en el campo teórico— sostienen que Jesús habría decepcionado a Judas en su papel de Mesías guerrero que se levantaría en armas y expulsaría a los romanos, y que esto lo habría llevado a traicionarlo para provocar alguna reacción violenta.
En el año 2006, una lectura menos agresiva y más positiva de Judas vio la luz cuando se publicó la transcripción del Evangelio de Judas, un texto gnóstico que data seguramente del siglo II. Según este texto, el propio Jesucristo pidió a Judas que lo traicionara y éste cumplió la orden como supremo acto de obediencia. Por lo tanto… ¿fue Judas en verdad una «víctima» de Jesús?
La entrada Jesús pudo no ser la única víctima de Judas se publicó primero en Mundo oculto.