Midiendo el horror: Comparación gráfica del poder destructivo de las armas nucleares modernas
El armamento nuclear ha cambiado mucho desde que fuera utilizado por primera (y, afortunadamente, única) vez en combate por EE.UU. al final de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando se trata de armas nucleares, no se puede negar que Estados Unidos y Rusia siguen siendo los únicos contendientes de peso pesado en el planeta. Aunque existe un total de nueve naciones que posean armamento nuclear, los arsenales acumulados por estas dos naciones durante la Guerra Fría las colocan en la cima de esta lista por encima del resto.
A pesar de que el número total de armas nucleares de Rusia sea superior, muchos expertos del país norteamericano estiman que la superioridad tecnológica estadounidense marca la diferencia. No es ese el caso, sin embargo, de Alex Hollings, un experto y exoficial de la Marina de EE.UU. que acaba de publicar un artículo en el portal de veteranos de las Fuerzas Armadas SOFREP.
Según Hollings, tanto Rusia como China han desarrollado en los últimos años nuevos portadores de armas nucleares, dejando a EE.UU. rezagado en esta área, ya que solo recientemente el Pentágono ha otorgado contratos destinados a producir un reemplazo adecuado para los misiles balísticos Minuteman III, veteranos de la Guerra Fría.
Es más, las nuevas armas chinas y rusas, además de su poder destructivo, representan una amenaza adicional, ya que han sido desarrolladas para poder superar a las defensas antimisiles estadounidenses.
Pero no solo eso: si comparamos la capacidad del armamento norteamericano con la de algunos de sus ‘colegas’ del llamado club nuclear, “nos quedamos con un nuevo tipo de comprensión: por abundantes y capaces que sean las armas nucleares de EE.UU., están absolutamente eclipsadas por los dos últimos integrantes rusos en el panteón de armas nucleares”, asegura el analista, que ha reflejado esta diferencia gráficamente.
Al comparar el rendimiento explosivo de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima o Nagasaki con el arma nuclear más poderosa de Rusia, el RS-28 Sarmat, se obtiene una mancha demasiado pequeña como para poder comparla en relación con el nuevo misil balístico ruso. La comparación entre el RS-28 y los misiles nucleares Trident, lanzados por submarinos estadounidenses, produce casi el mismo resultado, a pesar de que estos pueden multiplicar por seis el poder destructivo de la bomba lanzada sobre Hiroshima.
Hagamos ahora una comparación entre las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial, los actuales misiles nucleares estadounidenses de largo alcance y la primera detonación termonuclear realizada por Corea del Norte el año pasado. Las siguientes figuras muestran en kilotones de equivalente de trilita:
Ese gráfico parece indicar un aumento significativo en el rendimiento destructivo de estas armas desde su primer (y único) uso en combate hace más de setenta años. Sin embargo, el caballo de batalla estadounidense Minuteman III, activo desde 1970, aunque con ciertas actualizaciones, no puede ser comparado con los últimos portadores de cargas nucleares de China y Rusia (aunque EE.UU tiene un as guardado en la manga en forma de bomba nuclear extremadamente poderosa llamado B53).
“Claramente, el nuevo DF-31 de China es capaz de causar mucho más daño por arma que los misiles balísticos intercontinentales estadounidenses, aunque la bomba B53 de Estados Unidos (que estaría diseñada para ser lanzado por un Stratofortress B-52 o, más probablemente, por un sigiloso B-2 Spirit) es capaz de avergonzar al poderoso DF-31”, concluye Hollings.
El poder destructivo de 50 megatones del misil ruso RS-28 Sarmat y del DF-31 de China probablemente vendría en forma de ojivas de reentrada múltiple que se lanzarían junto con ojivas ficticias destinadas a confundir a los misiles interceptores. Rusia, en el momento del anunció del RS-28, describió su capacidad destructiva como capaz de destruir todo Texas o Francia con un solo lanzamiento.
Aunque el rendimiento de 50 megatones del RS-28 coincide con la detonación de prueba nuclear más poderosa jamás realizada, aún es pequeño si se compara con el sistema naval ruso Status-6, que los funcionarios de defensa estadounidenses han calificado como el “arma del Día del Juicio Final”.
A diferencia del resto de las armas en esta lista, el Status 6 es en realidad un dron sumergible equipado con una cabeza nuclear masiva de 100 megatones. Este vehículo tiene un alcance operacional de unos 10.000 kilómetros. La explosión resultante de la detonación de esta horrible de potencia de munición causaría, además de energía destructiva, una gigantesca ola en forma de tsunami, acompañada por una lluvia radioactiva.
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