* Se transformó en la voz más fuerte en el argumento contra la cronología aceptada del desarrollo de la raza humana.

El Sr. Hancock propuso múltiples hipotesis alternativas que podrían no complacer a los arqueólogos de la rama principal. Como ejemplo, manifestó que algunas construcciones antiguas como la “Gran Esfinge” eran en verdad remanentes de una etapa mucho más antigua de la raza humana que existió antes del final de la última Edad de Hielo.
Basó su hipotesis en la correlación de acontecimientos culturales y geológicos entre distintas sitios tan distantes como Indonesia, Turquía, Egipto, México e India.
Estos mostraria que una raza humana vivió mucho antes de lo que confirman los investigadores.
En diferentes palabras, la sociedad había desarrollado culturas avanzadas mucho antes del surgimiento de las culturas mesopotámica y egipcia que la arqueología convencional piensa que fueron los comienzos de la raza humana.
En realidad, el Sr. Hancock propuso que culturas antiguas como la egipcia, la maya y la mesopotámica solo habían heredado el conocimiento de una civilización mucho más avanzada que les precedió seguramente en 6000 años o más y que fue destruida por un vasto desastre. El mismo desastre que puso fin a la última Edad de Hielo en torno del año 12000 A.C.
Magos de las deidades
En su texto ” Magos de las deidades “, el Sr. Hancock citó viajar a distintas partes del planeta, reuniendo prueba de una civilización “ancestral” perdida, que en su opinión, se esfumó durante una agitación catastrófica al final de la última Edad de Hielo a causa de un encuentro con los pedazos rotos de un cometa masivo.
Propuso que este cometa viajó con la famosa lluvia de meteoros Táuridas que llega a finales de junio a comienzos de julio.
Argumentó que esta lluvia de meteoritos en concreto está repleta de remanentes masivos de un vasto cometa que se quebró por alguna razón sin identificar hace mas o menos 20,000 años, cuyos pedazos, varios de hasta 2 km de circunferencia chocaron con el hielo de América del Norte y Europa; provocan la fase apocalíptica “Younger Dryas” (en torno de 12.900 a 11.700 años AP) de la Edad de Hielo.
Hancock anotó:
“Los impactos, de pedazos de cometas de una milla de ancho que se acercaban a más de 60,000 millas por hora, generaron colosales cantidades de calor que repentinamente licuaron millones de kilómetros cuadrados de hielo, desestabilizando la corteza terrestre y provocando el Diluvio global que es recordado en las leyendas de todo el planeta».
Una segunda serie de impactos, igualmente devastadores, que provocaron más inundaciones cataclísmicas, sucedió hace 11.600 años, la fecha exacta que da Platón para la destrucción y el sumergimiento de la Atlántida.
La prueba revelada en este texto muestra más allá de toda duda razonable que una civilización superior que floreció durante la Edad de Hielo fue destruida en los cataclismos globales entre hace 12.800 y 11.600 años.
Según el Sr. Hancock, este resurgimiento repentino del frío se debió a un cometa que impactó en los casquetes polares, causando mareas gigantescas y cubriendo la atmósfera con polvo durante más de 1000 años.
El experto colaboró en distintas exploraciones, visitando zonas tan enigmáticos como el lugar divino de Gunung Padang en Indonesia. Allí localizó remanentes de basalto columnar que, en su opinión, pertenecía a una pirámide que databa del año 22.000 a.C. o inclusive antes.
En su opinión, los que lograron sobrevivir (conocidos en las sociedades antiguas como ‘los Sabios’, ‘los Magos’, ‘los Brillantes’ y ‘los Enigmáticos Maestros del Firmamento’) los cataclismos viajaron por el planeta en sus naves para preservar las señales de la civilización moribunda.
Se establecieron en Gobekli Tepe en Turquía, Baalbek en el Líbano, Giza en Egipto, la antigua Sumer, México, Perú e Indonesia.
Según los investigadores, Göbekli Tepe en Turquía tiene más de 9.600 años y es la mayor prueba de los efectos de un escenario devastador.
Según Hancock, la zona sirvió a los supervivientes del desastre para conservar, por lo menos, algún conocimiento de la civilización que fue aniquilada con la pretensión de transmitirlo a las nuevas generaciones.
Tallas de roca localizadas en el santuario de Göbekli Tepe exponen un cometa golpeando la Tierra
Los expertos insinúan que no es azar que los primeros rastros del resurgimiento de la civilización, en forma de la arquitectura megalítica más antigua conocida, además del conocimiento agrícola, ocurrieron en Göbekli Tepe hace 11.000 años. Esta fecha coincide totalmente con el Younger Dryas y el regreso de un entorno global más agradable.
“Magos de las deidades” además presenta prueba de que pedazos del cometa además arribaron al antiguo Egipto.
Allí, un antiguo culto en Heliópolis desarrolló una forma de conservar el conocimiento histórico en provecho de las nuevas generaciones en forma de esquemas astronómicos y arquitectura monumental.
¿Llegará de reciente el cometa?
En 2015, el Sr. Hancock avaló en su publicación, difundido en el Daily Mail, que un cometa destructor de la Tierra se dirigía a la Tierra en 20 años, es decir, en el interior de 13 años. Anotó:
“Estos magos nos cedieron un mensaje, no un mensaje espiritual metafórico, sino un aviso directa y urgente. Lo que estuvo antes puede volver a pasar; lo que destruyó su planeta puede destruir el nuestro”.
Advirtió que el impacto del cometa será mil veces peor que la detonación de todas las armas nucleares del mundo: una colisión con los remanentes de un cometa lo bastante grande como para terminar con toda la vida tal como la sabemos.