Leyendas, esos relatos que contienen hechos sobrenaturales y fantásticos que forman parte de la costumbre de cada región de un país. Esas narraciones simbolizan un rico contenido cultural que se transmiten de generación a generación ofreciendo una enseñanza y lección a sus audioescuchas y situándose entre el mito y alguna situación real. Costa Rica es un país rico en índices ambientales, democráticos, de seguridad, igualdad, salud y educación, que cuenta con leyendas típicas que se clasifican en tres grupos: las leyendas de la religión; que cuentan historias con fuerte influjo religiosa, las leyendas de la tierra; que Cuentan hechos que acontecieron en varios zonas, y las leyenda de la magia; que se centran en las manifestaciones de espantos. Ésta entrada se enfocara particularmente en las leyendas de la magia más conocidas de Costa Rica.

La Cegua

igualmente conocida como Segua, es un ser espectral materializada con figura de atractiva doncella. se dice que es morena, con cara ovalado, ojos grandes y de color negro, cabello largo y rizado de color castaño, labios gruesos y rojos, busto grande, con voz delicada y cuerpo con curvas pronunciadas. Su vestimenta varía según la oportunidad, siendo un vestido negro normalmente, los días festivos se aparece con un vestido blanco o con un vestido rosado cuando hay algún baile o fiesta en las villas cercanos. se dice que todos los vestidos son transparentes, dejando ver su cuerpo semi desnudo.

Se aparece por las noches en los caminos solitarios a los hombres infieles, mujeriegos, que tienen malas intenciones o aquello que abandonan a su familia para beber licor, aunque además suele espantar a viajeros, por lo general turistas, que transitan por veredas despobladas.

Al tropezarse con un hombre y éste, al enseñar interés en ella y querer besarla, la atractiva muchacha da la rostro, mostrando una horrible transformación, su rostro a cambiado siendo actualmente una calavera putrefacta de caballo, con ojos amarillos, un hocico cavernoso lleno de enormes dientes torcidos, un aliento podrido y pechos grandes colgando incluso las rodillas. El espectro se abalanza sobre su víctima mordiéndolo, relinchandole en la oreja o enseñando su rostro para volverlo loco o matarlo de un susto.

se comenta que en la era colonial, era una hermosa doncella proveniente de la ciudad de Cartago, capital de Cantón, que lo que tenia de atractiva y hermosa lo poseía de orgullosa y desobediente. Ella no valoraba el esfuerzo de sus padres y los desobedecía y trataba muy mal por el hecho de ser pobres. Un día, un acaudalado mozo español transitó el área e invito a la doncella a un baile en su casa que se realizaría a los días siguientes. Su mamá se opuso completamente ya que el mozo poseía mala fama con el trato hacia las jóvenes, ante la negativa de su mamá, la doncella llena de rabia blasfemó contra ella y lleno de ofensas e insultos su humilde hogar, incluso llegar al punto de querer golpearla. 

La leyenda dice que desde las profundidades de la tierra una voz gruesa y profunda hablo y calmo la situación mencionando «Estarás maldita por el resto de los siglos por querer lastimar a quien te dio la vida mala doncella. Desde hoy todos los hombres se acercaran a ti pero huirán cuando vean el horrible ser en el que te convertirás». se dice que la doncella empezó a temblar de dolor y dar gritos parecidas al de un caballo, cuyas manos se convirtieron en cascos y su cabeza se transformo en la de un caballo, escapando rumbo al monte y no dejándose ver más por su mamá.

El singular modo de huir de ella es mostrarle o arrojarle semillas de mostaza, ya que estas semillas son sagradas según el Evangelio de San Mateo (13:31-32). La Cegua dejara de perseguir a su víctima para detenerse a recoger y comer las semillas, pero como sus manos se convirtieron en cascos de caballo, debe de pasar el efecto de la transformación para hacerlo, lo cual dará el tiempo bastante a la víctima para huir.

El Cadejo

Es un mítico, espectral y enorme perro negro con ojos rojos que se expone para indicar o avisar que se ha realizado un pacto con el Diablo. En los tiempos de la Colonia, gran cantidad plantaciones de las villas iban directo a la quiebra pero algunas, de la noche a la mañana, prosperaban en cultivo y producción. se comenta que el dueño y patrón de estas plantaciones habría ofrecido como sacrificio alguno de sus peones para realizar un pacto con el fin de que su propiedad tuviera éxito. Como resultado, El Cadejo aparecería para devorar el sacrificio ofrecido, culminando así el pacto de forma exitosa.

Luego, aparecería de vez en cuando en las plantaciones para verificar como va el producto del pacto o sencillamente para devorar algún otro tributo ofrecido. En la era actual, se dice que se le aparece a aquellos que deambulan a altas horas de la noche, esos hombres inmorales o infieles.

se comenta que hay una contraparte de él, El Cadejo Blanco, un perro benigno de ojos azules que, al tropezarse con el negro, tienen encarnizados enfrentamientos. La gente cuenta que El Cadejo Blanco es un ente bueno que protege a las personas del El Cadejo Negro, además de combatir a los malos espíritus en el aire.

El Sacerdote sin Cabeza 

Es conocido además bajo los títulos El Padre, El Cura o El Monje sin Cabeza. Es el espectro de un sacerdote católico vestido con su habitual hábito y sotana pero sin cabeza, que suele aparecerce en los caminos cercanos de las iglesias en las noches, causando el pánico y el terror a aquellos que lo ven. 

se dice que era un Padre de la era de la evangelización colonial que poseía malas costumbres, siendo mujeriego, avaro y descarado. Inició una relación con una doncella casada y tuvieron relaciones en el interior de una iglesia. se comenta que además robo bienes ajenos y desenterro tesoros indígenas de las regiones de Perú y que lo alcanzó una maldición. A donde quiera que iba siempre lo perseguía situaciones misteriosas y paranormales, por lo que fue acusado de ser un brujo, por lo que lo colgaron en una plaza local y despues el mismo pueblo decapitó.

Su aparición es debido a que aun continua buscando su cabeza. Dicen quienes lo han observado que se aparece en la oscuridad y comienza a dar un sermón, ejecutando el rito religioso de espaldas y al instante de dar la eucaristía, el cura se da la vuelta, dejando ver que le falta la cabeza. Éstos sermones mayormente lo obtienen los pecadores. 

La Tulevieja

Es un fantasma femenino que es llamada así por llevar un enorme sombrero viejo llamado Tule, que t
iene figura de plátano y hecho con las hojas de éste. Es descrita como una doncella robusta de baja estatura,cabello despeinado y descuidado, con prendas desgastadas y rotas enseñando sus enormes y erectos pechos tan cargados de leche materna que se desbordan, por lo que frecuentemente deja un rastro que siguen un gran numero de hormigas. Se le agregan propiedades de aves de rapiña, ya que posee pequeñas pero poderosas alas de ave y, en lugar de extremidades inferiores, posee patas con garras de águila en figura invertida, de modo que, al dejar marca, no puedan seguirla.

Se alimenta de carbones y ceniza de las fogatas recién apagadas de las fiestas en las villas o de las realizadas a mitad de los bosques. 

La leyenda cuenta que era la hija más adolescente del patrón de una finca y Constanza Mora era su nombre. José era un peón de la finca y hubo amor a primera vista, siendo José de mayor edad que ella. Constanza poseía 15 años y José 21. Las fiestas patronales decembrinas elevaron el romance de ambos jóvenes, quienes se veían a escondidas en los alrededores de la villa de San Juan. En uno de los largos viajes del padre de la chica, Aureliano Mora, al viejo continente, nueve meses después el amor de ambos dio frutos. El capataz reveló la relación de ambos jóvenes e informo a Don Aureliano al regresar de su viaje.Decepcionado del adolescente ayudante al que había colocado su confianza, lo mando a azotar, maldijo a su hija y a la criatura recién nacida, que era idéntico a él, y los desterró de sus tierras.

A merced de la suerte, José se hizo con una humilde y reducida hectárea a las afueras de la villa de San Juan que quedaba a las orillas del río Virilla, cerca de una zona llamada La Vuelta del Mono. José empezó a sembrar en su parcela cacao y maíz, cuidando además a su doncella y su retoño. Empezó luego a trabajar para un adinerado conocido por sus hábitos de buen jugador conocido como Don Asunsión. Le ayudaba con los animales de su finca y la siembra en sus parcelas.

Constanza se dedicaba a cuidar al recién nacido pero su gran depresión no la dejaban amamantar al bebé, quien lloraba día y noche. Trataba de alimentarlo con leche de vaca pero no era el mejor alimento para el retoño, por lo que sus senos empezaron a hincharse y a provocarle dolor. Al ser de baja estatura y tener ese sobrepeso, Constanza comenzo a jorobarse. Ya no era ni la sombra de la doncella elegante que era, actualmente poseía el cabello descuidado y alborotado, su ropa ya no era de lino ni seda sino eran harapos sucios y llenos de remanentes del fogón.

José ya había perdido el interés en ella y ya no la buscaba para satisfacer las necesidades maritales. Él actualmente prefería quedarse en la finca con sus labores o quedarse bebiendo con diferentes peones en la villa de San Juan.  

Un día, cansada de su situación y deprimida, Constanza como acostumbraba hacer esos días, se dirigió al río para lavar la ropa de su esposo e hijo, a quien metió en una canasta. Mientras lavaba y pensaba distraida, el agua del río subió y se llevo de la orilla la canasta con el bebé dentro. Al darse cuenta, Constanza corrio para rescatar la canasta pero ésta se alejo con rapidez por el río. Desesperada salio despavorida en busca de auxilio pero no había nadie cerca, gritaba pero nadie la escuchaba. 

Desconsolada se arrodillo al lado al río, donde la consiguio su padre, Don Aureliano quien le manifestó que venia de visita para ver a su nieto pero al no encontrarlo y escuchar por parte de su hija lo ocurrido, le reclamo que no pudo cargar con esa gran responsabilidad. Constanza lo maldijo y lo culpo de todas sus desgracias pero de él solo recibió una bofetada como contestación y éstas palabras «Tendrás la agilidad de una ave para rastrear a tu hijo y la dicha de llegar alimentarlo, más Dios te ha quitado este privilegio y yo mi bendición».

José hambriento y cansado llego a la casa en la noche encontrando a su doncella, quien le contó todo lo ocurrido. Ambos salieron en búsqueda de su hijo sin conocer cual había sido su destino. Llegaron al pueblo vecino en donde el río se parte en dos pero nadie sabía sobre una canasta con un bebé dentro. El amanecer los sorprendió sin poder localizar alguna pista encima del recién nacido. La pareja triste se dispuso a regresar a su hogar sin más que hacer por el instante. A los escasos días, José abandono su hogar y a su doncella.

La poca cordura que le quedaba a Constanza la hizo irse al bosque a vivir como ermitaña, lejos de todos. se dice que durante las noches se empezaron a producir cambios en ella, desde el miedo por estar sola en el bosque, aturdida por el abandono, el dolor fuerte de sus pechos duros al no poder amamantar y la horrible perdida de su hijo. Sus pezones empezaron a emanar leche espesa, con grumos y un poco de sangre, con un color amarillento como la pus.

Cada noche era peor incluso que su cara se deformo por sus facciones acostumbradas a llorar, sus extremidades inferiores se convirtieron en patas con garras de águila, creciendole plumas en su espalda jorobada y un par de alas. El dolor de su pecho, entre el dolor de sus pezones y la perdida de su hijo hizo que se hiciera trizas la ropa. Cumpliendose así la maldición se  su padre. Poco después se conoció que en algún pueblo vecino del norte, se localizó una canasta con un bebé dentro sin vida que poseía su pequeño cara desfigurado con graves arañazos de un animal grande.

Por las noches, en el presente, se dice que se escuchan graznidos espantosos y aleteos montaña adentro que afirman que pertenecen a La Tulevieja desesperada por localizar a su hijo y que aun lleva en su alma el dolor de sus inflamados pechos chorreantes de leche. Convertida en un alma en pena, persigue y asusta además a los hombres lujuriosos que son atraídos por sus voluminosos pechos. El sonido del llanto de los niños la a llevado a atravesar el bosque y llegar a las ciudades, visitando en la oscuridad de las noches las viviendas en donde habite algún infante para ver si es su hijo desaparecido y poder alimentarlo.

Para liberarse de un encuentro con ella, se debe de rezar la oración Alabado sea el Santísimo, ya que al escucharla, La Tulevieja abriría sus alas y alzaría su vuelo perdiéndose entre la oscuridad.


Source: Mundooculto.es

Por Sandra