el poder de los arcontes los hilos del destinoel poder de los arcontes los hilos del destino

EL PODER DE LOS ARCONTES
LOS HILOS DEL DESTINO.

Los hilos del destino han sido entendidos como una fuerza que modela y controla el devenir humano, una influjo invisible a la que no es posible sustraerse. Varios, asumen que es algo al igual que un guion escrito al que nuestras vidas se ven sometidas incluso el final de nuestros días.

Diferentes, más escépticos opinan que no hay tal cosa y que según son las obras del hombre así se van desplegando ante el las consecuencias de sus acciones.

El comienzo de provoca y efecto, conocido además como la ley de causalidad rige completamente en toda la creación y es el principal axioma encima del que se sostiene el edificio de las ciencias y la lógica humana.

Así, como postula este comienzo, cada provoca generada tendrá sin dudas un efecto correspondiente.

Los dispositivos de la causalidad han sido comprendidos y utilizados demasiado anteriormente que los entes humanos lo comprendieran por algunas seres que en demasiados sucesos distan demasiado de ser favorables a la sociedad, causando interferencias indeseables en el plan y propósito del cosmos.

Estamos hablando de los llamados Arcontes del Destino o Regentes del Destino, toda una jerarquía de oscuros entes que tienen el conocimiento y poder necesario para generar más allá de toda probabilidad deformaciones y sincronicidades que manejan y perturban de forma significativa el destino humano.

Los Regentes del Destino.

Estos seres constituyen una parte de la jerarquía oscura que como su nombre señala, están implicados muy en serio en el control de los destinos de la sociedad.

En astrología, han sido identificados con diferentes nombres y ideas tales como Decanos, genios planetarios, regentes de las horas, entre diferentes.

El plan general a partir de estos ideas y denominaciones es la existencia de determinados entes que, por medio de la influjo astral, ejercen un detallado y estricto control sobre las pautas energéticas que regulan las corrientes causales de nuestra matrix.

Una de las formas más eficientes de emitir su influjo en nuestro planeta es a través del fino tejido cuántico-causal que compone la realidad del universo, varios lo han denominado la matrix y para diferentes es inclusive equiparable en algunas de sus propiedades al éter de las creencias alquímicas.

Como quiera que se considere este concepto, el plan subyacente es que estos entes difunden su influjo intensa desde el soporte o sustrato que compone la realidad misma, es decir, sus flujos de influjo energética están actuando al más bajo nivel en la manifestación material y se constituyen en una fuerza preponderante en el control de la causalidad de este planeta.

Actualmente bien, debemos considerar que esta acción es ejecutada por un sinnúmero de entes de diferentes rangos en la jerarquía arcóntica y que por supuesto en el tope de la pirámide de llegar solo se localizan unos escasos regentes del destino, que tienen el control total de toda esta manipulación.

Estos seres actúan como un solo organismo, un sistema de entes ordenados y eficientes. De esto puede deducirse que, para alterar las manifestaciones de ciertos acontecimientos, es necesario luchar contra un orden impuesto por todo un sistema de control erigido según un formidable diseño; concebido por entes que al menos en nuestra etapa actual de desenvolvimiento nos llevan mucha ventaja en términos de evolución de consciencia.

En este trabajo nos enfocaremos fundamentalmente en la acción que estos entes efectúan a partir de lo que se ha denominado la influjo astrológica, es decir, la influjo que por medio de las diversas corrientes de energías planetarias se ejerce sobre cada ser humano en este mundo.

Influjo de las corrientes de fuerza planetaria.

No es mi objetivo realizar un ensayo detallado de todas las particularidades de la acción de los mundos, estrellas y diferentes cuerpos cósmicos que sin dudas ejercen una influjo ponderable en el psiquismo humano y en la naturaleza de los animales y tambien en el reino vegetal y mineral de nuestro mundo, ese ensayo corresponde por supuesto al objetivo de la astrología clásica, a la cual remito al lector interesado; haciendo la observación que aunque los adeptos de la astrología insisten en la precision científica de esta disciplina, en el estado actual de conocimientos y a pesar de todo su soporte matemático y astronómico es aun en gran medida un arte, más que una ciencia exacta; si bien, es posible por medio de sus procedimientos obtener ciertas informaciones de gran utilidad, los principios en que se basa esta disciplina deben tomar en cuenta la influjo de la libre voluntad humana y no se corresponden únicamente con la obvia influjo que ejercen los cuerpos del cosmos cósmico, sino además a factores ultra e hiperdimensionales que solo actualmente estamos comenzando a entender.

en cambio, sí es necesario decir que estos llamados ángeles estelares se localizan en dominio de porciones del hiperespacio conectado a nuestro sistema solar y que cada una de estas porciones se corresponde a un canal o banda de frecuencias desde donde se regula por medio de un código de vibraciones bien moduladas cada detalle vinculado a su esfera de influencias.

Estos entes podríamos visualizarlos como ejerciendo su dominio desde determinadas esferas o anillos de influjo dinámicos, conectados en nuestro plano físico con las orbitas de los mundos y demás cuerpos cósmicos, cada uno de estos cuerpos se corresponde con un patrón de códigos bien establecidos que se componen con patrones de secuencias numéricas, cromáticas y sonoras correspondientes a la naturaleza propia del cuerpo cósmico desde donde se emiten y que llegan incluso los equipos de generación de vibraciones astrales del cuerpo energético humano, los cuales por resonancia generan en la matrix las circunstancias para manifestar las sincronicidades que nos afectan. De esta figura los cuerpos cósmicos son utilizados como canalizadores de la energía de los regentes del destino.

Cada ser humano posee en su estructura corporal un resonador natural, la molécula de ADN, la cual desde la formación de las primeras células embrionarias han sido irradiadas con la influjo de las vibraciones terrestres del área geográfica relacionada con el instante de la fecundación, y posteriormente, durante el embarazo y alumbramiento son conectados con la configuración energética de los cuerpos celestes que proyectan encima del cuerpo en formación sus patrones de energía.

igualmente, el cuerpo astral es irradiado continuamente por estas mismas influencias que lo predisponen a emitir y recibir con preferencia determinados patrones de frecuencias o notas que moldearan su devenir en este planeta, haciéndolo más sensible a las irradiaciones selectivas de las ondas planetarias e hiperdimensionales que se emiten en determinados instantes del día o del año.

Todo esto conduce a la generación de la retícula causal o matriz energética que rodea a los entes humanos y por medio de la acción de esta con las radiaciones astrales de los cuerpos cósmicos son los inductores de las manifestaciones de ciertos comportamientos reactivos y subconscientes que condicionan las decisiones y predisponen el matiz de los acontecimientos que de figura natural o programada se manifestaran en la línea temporal de los individuos, generando determinados automatismos conductuales y encerrándolos en algunas ocasiones en un bucle de relaciones de acontecimientos sincrónicos.

El control hiperdimensional de los Arcontes garantiza que esta influjo sea ejercida desde un nivel cuántico y tambien, quizá subcuántico, es decir perteneciente a la naturaleza cuántica de otro plano o dimensión.

Cada ser humano posee una marca energética que como un número de identificación permite obtener su firma vibratoria y condiciona su línea de comunicación con la matrix: por lo tanto su canal personal queda especificado de esta forma. Desde aquí es posible para los regentes del destino enviar influencias individuales que moldean y reconfiguran el destino de las personas que victimizan y manejan.

Los cuerpos cósmicos de nuestro sistema solar y tambien los extrasolares están dirigidos en su totalidad por estos seres que los usan entre diferentes cosas para emitir por medio de su influjo en el cosmos e hiperespacio vibraciones constantes sobre todo el sector del cosmos que se encuentra bajo su dominio y garantizan con esto que literalmente todo el cosmos conocido se encuentre bajo el efecto de la influjo Arcontica.

Tan siniestro y fatalista como esto parece, es en cambio cuestión de tiempo y crecimiento personal de cada individuo de este mundo decida seguir las directivas de los impulsos energéticos que por medio de las manipulaciones de los oscuros se ejercen silenciosamente sobre la sociedad, pues como dicen los astrólogos: “los astros inclinan, pero no determinan…”

Esta máxima expresa muy bien el núcleo de la actual condición humana, nosotros como especie somos el rebaño de un cumulo de entes que sin piedad nos manejan y exprimen para su supervivencia y quién sabe para cuantos propósitos más; pero, en cambio, su mayor poder sobre nosotros consiste en nuestra ignorancia y subdesarrollo espiritual.

Los hilos del destino son manipulados tras bastidores por seres que se sirven de una tecnología de un nivel extraordinario, pero a pesar de todo no es invulnerable, posee un notable defecto: no es aprueba del poder del alma humano.

Todos los equipos predictivos y de represión arcóntica, deben incluir en su ecuación el causa humano, nuestro libre albedrio no es un don que se nos ha otorgado tal como normalmente se piensa, es la consecuencia natural de nuestro origen divino, somos copias del Infinito, pero aun sin haber manifestado nuestra innata deidad.

Es por esto que ningún sistema predictivo puede definir todo el abanico de posibles futuros que como diversos autopistas que conducen al infinito, nos llevan muy cerca o muy lejos (de nosotros depende) de las garras del dominio de estos seres y del “destino” que nos han programado.

El dominio de las influencias de estos Ángeles Estelares se extiende sobre toda la creación, aunque considerando de figura más exacta, los Arcontes no son verdaderos señores del destino, pues ellos mismos están sujetos al destino general del Universo como totalidad, pues a pesar de su afán no pueden ni podrán sustraerse al cumplimiento del propósito del cosmos.

Todo esto nos remite al ensayo del último tópico de este trabajo.

Los niveles de causalidad.

De figura natural cuando se habla del destino se sobreentiende que se corresponde con una única fuerza que irrumpe en nuestra vida ejerciendo su control, obligándonos a cumplir con cierto proyecto o libreto que debemos ejecutar.
Ya hemos hablado con anterioridad del conocido concepto del libre albedrio humano, en cambio, lo que casi jamás se trae a coalición en los debates relacionados con estos temas es que esta manifestación natural de nuestra soberanía como hijos de lo divino es como casi todo en este cosmos, una cualidad en despliegue, es decir, ningún ser humano ha actualizado aun la totalidad de este poder o de otra figura ya seriamos los dueños de nuestros caminos y libres de la influjo de los “Señores del destino”. Una cualidad que se posee pero que no se sabe utilizar de forma adecuada es casi como si no existiera.

Los arcontes, por medio de su conocimiento superior, son conscientes de leyes del cosmos que les permiten actuar como regentes indeseados de toda criatura que no reclame por ignorancia o por algún otro motivo su plena soberanía. Esto por supuesto no esta basado en el solo conocimiento de este comienzo, sino en la necesaria adquisición del poder espiritual para someter por medio de la fuerza el dominio de los oscuros e imponer el derecho a gobernar nuestra línea temporal.

Los arcontes son los señores de un nivel de causalidad que varios han denominado el “Hado” llamado en lengua sumeria NAM TAR, puede ser traducido como los acontecimientos predeterminados que potencialmente pueden ser alterados o cambiados, son las tendencias generadas por la intervención de entes o acontecimientos naturales que se despliegan y nos afectan pero que por diversas causas no podemos reconfigurar.

El destino, denominado sencillamente NAM, es una fuerza inalterable que no puede ser sometida al poder del libre albedrio de ninguna criatura y es un nivel de causalidad encima del que nadie puede ejercer dominio pues se encuentra resguardado en la naturaleza íntima del Infinito; por medio el cual se resguarda el orden natural de los sucesos que se corresponden al propósito final de la creación.

Somos en verdad sometidos a un hado creado por los malvados arcontes, no al destino. Nuestro futuro no es propiedad de ningún ser creado.

El destino de la creación es lograr la plena manifestación y el despliegue total de todas las potencialidades de la naturaleza divina de la cual se nos ha hecho participes.

La entrada EL PODER DE LOS ARCONTES LOS HILOS DEL DESTINO. se publicó primero en Mundo oculto.

Por Sandra