Según ella, el fenómeno de los sueños proféticos está determinado por el trabajo del cerebro durante la fase de sueño REM.

En los humanos, durante este período, está involucrada la corteza prefrontal, que es responsable de la lógica y la planificación.

Durante el sueño, intenta construir cadenas lógicas y de eventos para predecir el futuro.

Por ejemplo, en base a los datos recibidos durante el día, el cerebro calcula en un sueño lo que hará una persona durante una emergencia.

A veces, estas situaciones surgen en la realidad y una persona se comporta exactamente como el cerebro pensaba anteriormente. Por lo tanto, el sueño parece ser profético.

Llewellyn también explicó que el entorno que vemos en los sueños proféticos solo parece desconocido.

“De hecho, en nuestros sueños vemos personas, eventos, lugares familiares, pero debido al trabajo de la corteza prefrontal, casi nunca los percibimos de esa manera.

Como resultado, lo familiar se vuelve desconocido para nosotros”, aclaró.