el misterios de los cuerpos incorruptosel misterios de los cuerpos incorruptos

Se intentó aposta larápida destrucción de los cuerpos de tres santos poniendo cal en sus ataúdes: San Francisco Javier, San Juan de la Cruz y San Pascual Baylón. (La cal deja loshuesos limpios en escasos días.) En los dos primeros sucesos se intentó acelerar la descomposicióncon cal para que su traslado pudiera llevarse a cabo más conveniente, e higiénicamente, queriendo transportar solo sus huesos, en lugar de cuerpos medio podridos. . En los tres sucesos la preservación triunfó. De hecho, en el suceso de San Francisco Javier, a pesarde su tratamiento inicial, de varios traslados, de amputación de miembros, y el rudo trato de su cuerpo cuando fue forzado a entrar en una tumba muy reducida para su tamaño, estaba aun en buen estado de conservación, ciento cuarenta y dos años después (3).

La humedad en la bóveda de la tumba de San Carlos Borromeo, en la Catedral de Milán, fue tal, que ésta causó la corrosión y podredumbre de las dostapas de su ataúd, llegando la humedad al cuerpo, pero sin descomponerlo. Los remanentes de San Pacífico de San Severino fueron enterrados sin ataúd directamente en tierra por indicación de la regla de su orden, como en el suceso de Santa Catalina de Bologna. en cambio, ambos se mantuvieron en perfectas circunstancias.
Santa Catalina Labouré, cincuentay seis años después de su muerte, su cuerpo fue hallado perfectamente blanco y natural, aunque su triple ataúd estaba muy corroido. Fué tanta la humedad que penetró, que parte de su hábito se deshacía marchito hacia su mano, como observaron los médicos examinadores. El cuerpo de Santa Catalina de Siena además soportó los abusos de la humedad, pero fueencontrado inafectado tras haber sido colocado en un cementerio donde el Beato Raymundo de Capua manifestó que “estaba muy exibido a la lluvia”. La ropa sufrió severos deterioros.
San Charbel Makhlouf, fué enterrado sin ataúd, como está recomendado en la regla de su orden religiosa. Su cuerpo fué hallado flotando en barro en el interior de una tumba inundada, durante laexhumación llevada a cabo cuatro meses después de su muerte, tiempo bastante como para permitir al menos una destrucción parcial. Su cuerpo, que se ha preservado perfectamente como cuando estaba vivo, y flexible por más de setenta años, emite continuamente un bálsamo perfumado que ha sido reconocido como verdaderamente prodigioso.
La conservación del cuerpode San Coloman es gran cantidad notable debido a que su cuerpo permaneció suspendido de un árbol en el cual había sido colgado por un período tan largo que los pobladores lo hallaron francamente milagroso. (Un cuerpo exibido al aire se descompone ocho veces más rápido que los enterrados, por la actividad de los microorganismos del aire. )
San Andrés Bobola fuéparcialmente desollado vivo, sus manos fueron cortadas y su lengua fue arrancada. Tras horas de torturas y mutilaciones, lo mataron cercenando su cabeza con una espada. Su cuerpo fue velozmente enterrado por católicos en una bóveda bajo la iglesia jesuita de Pinsk, donde fue hallado cuarenta años después perfectamente preservado, a pesar de las heridas abiertas, quenormalmente favorecen y aceleran la corrupción. Aunque su tumba estaba húmeda, causando que sus vestimentas se pudrieran, y en la proximidad de diferentes cuerpos en descomposición, sus remanentes estaban perfectamente flexibles, su carne y músculos estaban suaves al tacto, y la sangre que cubría las numerosas heridas estaba como la sangre fresca que es congelada. La preservación fue reconocida oficialmente por la Congregación de Ritos en 1835. Su cuerpo permanece incorrupto, maravillosamente conservado después de trescientos años.
¿Cuáles son las razones de esta insolita preservación de la descomposición? ¿Quién puede aclarar por qué esas reliquias permanecen intactas? Aparte de los misteriosos perfumes…, la exudación de este extraño líquido, que es el fenómeno más frecuentemente denunciado. Para citar sólo unos escasos santos así favorecidos, son los sucesos de Santa María Magdalena de Pazzi (9), Santa Julia BilliartSan Hugo de Lincoln(10), Santa Inés de MontepulcianoSanta Teresa de ÁvilaSan Camilo de LellisSan Pascual Baylón.
Fenómenos que en demasiados sucesos acompañan a la INCORRUPTIBILIDAD.
El aceite que fluye cada cierto tiempo, durante siglos, del cuerpo del Beato Matías Nazzarei de Matelica, fallecido en 1320.
La fenomenal conservación de San Charbel Makhlouf desde su muerte en 1898.
En Toledo, España, el cuerpo de la Venerable Mamá María de Jesús, compañera de Santa Teresa de Ávila, exuda un perfume descrito como aroma de rosas y jazmines, y transpira un aceite que continua fluyendo en el presente. El cuerpo de San Juan de la Cruz estaba fragante demasiados años después de su muerte, y el cuerpo del Beato Angelo de Borgo San Sepolcro despedía incluso un dulce perfume ciento setenta y seis años después de su muerte. La enigmatica fragancia que se notó encima del cuerpo de Santa Teresa Margarita del Sagrado Corazón, se localizó además en todos los objetos que ella había usado durante su vida.
El “olor de santidad”, que fué percibido y atestiguado por personas de incuestionable integridad, es tan frecuentemente registrado como para poder garantizar su existencia EL misterios de los cuerpos incorruptos.. Los observadores presentes en la exhumación de San Alberto Magno, que se llevó a cabo doscientos años después de su muerte, quedaron asombrados por un perfume celestial procedente de las reliquias del Santo.
La dulzura del aroma encima del cuerpo de Santa Lucía de Narni se quedaba en todos los objetos con que reverentemente tocaron la reliquia durante su exposición durante cuatro años después de su muerte. El olor que frecuentemente se notaba alrededor de Santa Teresa durante su vida, fué notado además por las hermanas de su monasterio en Alba de Tormes durante la última exhumación de su cuerpo en 1914, más de trescientos años después de su muerte.
El cuerpo de Santa Rita de Cascia está además fragante después de más de quinientos años. El perfume que se sintió en el cuerpo de San Vicente Pallotti al instante de su muerte persistió por un mes en el cuarto en que falleció, a pesar de que estaba abierta la ventana. Similar es el suceso de San Juan de Dios, excepto que la fragancia que permaneció en el cuarto de su muerte por varios días, fue renovada allí durante demasiados años en cada sábado, el día en que ocurrió su fallecimiento.
En los cuerpos conservados por momificación, ya sea ésta natural, o artificialmente provocada no se observa este fenómeno. Son cuerpos duros y rígidos. La rigidización de los miembros comienza pocas horas después de la muerte. un gran numero de los incorruptibles no sufrieron esta rigidez, permaneciendo demasiados de ellos flexibles por varios siglos. Beato Alfonso de Orozco, cuyo cuerpo estaba flexible doce años después de su muerte; San Andrés Bobola, cuarenta años, y Sta. Catalina Labouré, cincuenta y siete años después de su muerte.
El cuerpo de Sta. Catalina de Bologna estaba tan flexible doce años después de su muerte que pudo ser colocado en posición sentada, figura en que incluso puede vérsela. El cuerpo de la Beata Eustoquia Calafatoademás fue colocado en la misma posición, ciento cincuenta años después de su muerte. El cuerpo de San Juan de la Cruz, muerto en 1591, aun está perfectamente suave.
Otra condición que desafía las explicaciones científicas es la emanación de sangre fresca que procede de una buena cantidad de estos cuerpos, demasiados años después de su muerte. Fue contemplado ochenta años después de la muerte de San Hugo de Lincoln, cuando se separó la cabeza del cuello. Nueve meses después de la muerte de San Juan de la Cruz, fluyó sangre fresca de la herida resultante de un dedo amputado.
Durante la exhibición del cuerpo de San Bernardino de Siena, que duró veintiséis días después de su muerte, una cantidad de reluciente sangre roja salió por su nariz durante el día veinticuatro, como vió y registróSan Juan Capistran. Durante el examen médico del cuerpo de San Francisco Javier un año y medio después de su muerte, uno de los médicos insertó su dedo en una herida del cuerpo y lo retiró con sangre, la cual, como declaró, estaba “fresca e impoluta”. La herida mortal sobre la frente de San Josafat sangró veintisiete años después de su muerte.
Cuarenta y tres años después del fallecimiento de San Germán de Pibrac, mientras unos trabajadores preparaban la tumba para otro ocupante, una herramienta que estaban utilizando se resbaló y dañó la nariz del santo, haciéndola sangrar (12). Y al final, cuarenta años después de la muerte de San Nicolás de Tolentino, un hermano lego separó secretamente los brazos de la reliquia. Fué hallado y seriamente reprendido cuando un copioso flujo de sangre delató el acto sacrílego.El hecho que fue aceptado como milagroso por el Papa Benedicto XIV.
Aunque no contribuyó en nada a la preservación de estas reliquias, la aparición de luz en los cuerpos y sepulturas de varios de estos santos señaló dónde estaban. La santidad de San Guthlac fue afirmada por demasiados declarantes que observaron la casa en que murió envuelta con una luz reluciente, la cual procedía desde allí y se dirigía hacia el firmamento (14). El perfume que procedía de la boca de San Luís Bertrand en su lecho de muerte fue acompañado por una intensa luz que iluminó su humilde celda por varios minutos. Demasiados diferentes santos fueron favorecidos con esta iluminación, incluyendo a San Juan de la CruzSan Antonio de Stroncone, y Santa Juana de Lestonnac.
Tal vez la manifestación más impresionante ocurrió en la tumba de San Charbel Makhlouf: La luz, que brilló fuertemente por cuarenta y cinco noches en su tumba, fue presenciada por demasiados pueblerinos y al final terminó en la exhumación de su cuerpo, destapando así los fenómenos anteriormente mencionados y que aun hoy pueden observarse.
Los incorruptibles no pueden ser catalogados en el interior de las diferentes momificaciones. La mayor parte de los incorruptibles jamás fueron embalsamados ni tratados en ninguna figura. El Papa Benedicto XIV, tomando todas las precauciones que la cautelosa Iglesia mantiene en estos sucesos, incluyó dos largos capítulos titulados “De Cadaverum Incorruptione” en su gran trabajo sobre la beatificación y canonización de los santos.
Las únicas preservaciones que él deseaba considerar como extraordinarias son aquellas que mantienen una flexibilidad, color y frescura semejantes a cuando los santos estaban vivos, sin intervención deliberada. Estos estrictos requerimientos son cumplidos por una enorme cantidad de santos incorruptos. En el suceso de San Andrés Bobola fue debatido por sucesivos Promotores de la Fe y de Postuladores de su Provoca en 1739 y 1830, la condición del cuerpo, que aunque estaba mutilado por las heridas infligidas durante su martirio, fue al final aceptado en su incorruptibilidad por la Congregación de Ritos como uno de los milagros requeridos para su beatificación.
Los católicos somos privilegiados, no sólo por tener estas reliquias únicas, sino, sobre todo, por sabernos incondicionalmente guiados y acompañados por un Dios que no se mantiene ajeno a nuestras vidas, sino que continuamente nos llama a su lado, deseando para nosotros el mayor de los bienes existentes que es Él mismo. La presencia o ausencia de fe determinará indudablemente la aceptación o negación de este fenómeno de incorruptibilidad.
Para aquéllos que habitualmente buscan una explicación socio-económica para todo, no hay argumentos que satisfagan sus dudas; por consiguiente, este material es presentado a quienes ante la rotundidad de los argumentos y de las imágenes, pueden ver con sus propios ojos una realidad expone. Para aquellos de nosotros que admiran y aman con fe a estos santos, es consolador conocer que ellos no sólo están en el reino celestial, sino además en sus cuerpos, los cuales algún día serán glorificados, permanecen entre nosotros.
NOTAS
(1) “… cuando los venerados remanentes de Santa Ángela Merici fueron sacados de la urna, el venerado cuerpo se presentaba admirablemente preservado e intacto, sin ningún tipo de químico…”. Esta cita fue tomada del Verbals of Recognition, que fue firmado por el Rev. Canciller y por Mons. Gaffuri y demasiados declarantes presenciales. Estos datos fue suministrada por la ‘Casa Santa Angela’ en Brescia.
(2) ‘El Santo de la Eucaristía’. L. A. de Porrentruy. 1905.
(3) ‘San Francisco Javier’. The Wicklow Press. Nueva York, 1952.
(5) La información obtenida fue tomada del material suministrado por el santuario de la santa, Monastero del Corpus Domini, Detto Della Santa, Bologna.
(6) ‘La vida de Santa Catalina de Siena’. Beato Raimundo de Capua. P.J. Kenedy & Sons. Nueva York.
(7) ‘San Charbel, la Hermita del Líbano de la Orden Maronita Libanesa’. Monasterio de San Marón. Annaya, Líbano.
(8) ‘La vida de San Andrés Bobola de la Sociedad de Jesús, Mártir’. Cesare Moreschini. Bruce Humphries, Inc. Boston. 1939.
(9) ‘Serafín entre ángeles. La vida de Santa María Magdalena de Pazzi’. Sor María Mínima. La Prensa Carmelita. Chicago. 1958.
(10) ‘La vida de San Hugo de Lincoln’ . Herbert Thurston, S.J. Bensinger Brothers, Nueva York, 1898.
(12) ‘Annales de Sainte-Germaine de Pibrac’. Redaction et Administration: M. le Curé. Pibrac. Junio y Octubre de 1968.
(13) El monasterio agustino y los ficheros del Obispo de Camarino tienen cuantiosos documentos confiables y autorizados sobre las reliquias de San Nicolás de Tolentino, y los fenómenos relativos a iguales.
(14) ‘Héroes y Santos Anglosajones’. Clinton Albertson, S.J. Fordham University Press. Nueva York. 1967.
Santa Cecilia de Roma

Fue una noble romana, convertida al cristianismo, que (según la tradición) fue martirizada por su fe. La Iglesia Católica y la Ortodoxa conmemoran su muerte el 22 de noviembre. Es patrona de la música, de los ciegos, de los poetas, de Albi (Francia) y de Ómaha (estado de Nebraska, EE. UU.).
Según una antigua tradición, la santa pertenecía a una de las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad. Sus padres la comprometieron en matrimonio con un adolescente llamado Valeriano, pero Cecilia le manifestó a éste que ella había hecho voto de virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue bautizado. Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la guarda.
Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos los cadáveres de cristianos que encontraban. Por eso fueron arrestados. Llevados ante el alcalde, éste les pidió que declararan que adoraban a Júpiter. Ellos, defendieron su fe y murieron mártires. En seguida la policía arrestó a Cecilia y le exigió que renunciara a la religión de Cristo. Ella declaró que prefería la muerte anteriormente que renegar de la autentica religión. Por lo tanto fue llevada al lado a un horno caliente para tratar de sofocarle con los terribles gases que salían de allí, pero en vez de asfixiarse ella cantaba gozosa.
Llaman al lictor que la degüelle: le da tres tajos (vacilante quizá de miedo la espada) y, como la ley no permitía un golpe más, la dejaron por muerta.
Incluso vivió tres días, y al fin expiró con sonrisa angelical, con las manos enlazadas de forma que una mostrara el índice, tres dedos la otra, confesando la unidad de Dios y trinidad de personas.
En 1599 permitieron al escultor Maderna ver el “Cuerpo Incorrupto” de la santa y él fabricó una estatua en blanquísimo mármol de Carrara, una guapisima estatua yacente de la basílica transtiberina. Que se conserva en la iglesia de Santa Cecilia en Roma.
EL suceso de Padre Pío

El Padre Pío nació en el seno de una humilde y religiosa familia de agricultores, el 25 de mayo de 1887, en una reducida aldea del sur de Italia, llamada Pietrelcina. Recibió su primera instrucción de un maestro privado y a la edad de 15 años hizo su ingreso en el Noviciado de los Padres Capuchinos en la ciudad de Morcone. De débil salud, pero de excepcional fuerza de voluntad, pudo completar sus investigaciones y debido a una continua asistencia divina tuvo la ansiada ordenación sacerdotal.
El 10 de agosto de 1910 celebró su primera Misa, en la Catedral de Benevento. Ocho años más tarde, el 20 de septiembre de 1918, aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y costado izquierdo del pecho, haciendo del Padre Pío, el primer sacerdote estigmatizado en la cronica de la Iglesia (recuerden que San Francisco no era sacerdote).
Fue heroico en su apostolado sacerdotal, que duró 58 años. Grandes multitudes, de todas las nacionalidades pasaron por su confesionario. Las conversiones fueron innumerables. Diariamente recibía centenares de cartas de fieles, que pedían su consejo iluminado y su dirección espiritual, la cual ha concepto siempre un retorno a la serenidad, a la paz espiritual y al coloquio con Dios. Toda su vida no ha sido otra cosa que una continua oración y penitencia, lo cual no impedía que sembrase a su alrededor felicidad y gran alegría entre aquellos que escuchaban sus palabras, que eran llenas de sabiduría o de un extraordinario sentido del humor.
A través de sus cartas al Confesor, se descubren tremendos e insospechables sufrimientos espirituales y físicos, seguidos de dicha inefable, derivada de su íntima y continua unión con Dios, que fomentaba su ardiente amor por la Eucaristía y por la Santísima Virgen.

El Papa Juan Pablo II lo conoció personalmente en 1947, poco después de su ordenación sacerdotal. Según rumores, el Padre Pío profetizó que aquel adolescente sacerdote sería un día Papa. El Señor lo llamó a recibir el premio celestial el 23 de septiembre de 1968. Poseía 81 años. Durante cuatro días su cuerpo fue exibido ante millares de personas que formaban una enorme columna que no conoció interrupción incluso el instante del funeral, al cual asistieron más de cien mil personas.
Millones visitan su tumba en la villa de San Giovanni Rotondo, Italia. Entre ellos el Papa Juan Pablo II. El Padre Pío está sepultado en la cripta del Santuario de Nuestra Señora de las Gracias. San Giovanni Rotondo es visitado por un número siempre creciente de peregrinos de todo el planeta.
Los preliminares de su Provoca de Beatificación y Canonización se iniciaron en noviembre de 1969. Declarado Venerable el 18 de diciembre de 1997 y Beato, el 2 de mayo de 1999. Será declarado Santo el 16 de junio de 2002, en la Plaza de San Pedro en Roma, por S.S. Juan Pablo II.
El 24 de abril de 2008, se veneró en San Giovanni Rotondo (Italia) el cuerpo incorrupto del Padre Pío.
“La última noche la pasé malísimamente. Desde las diez, hora en que me acosté, incluso las cinco de la mañana, cuando me levanté, el malhechor no hizo otra cosa que molestarme continuamente con pensamientos de desesperación y de falta de confianza en Dios. A ratos me aparentaba que iba a perder la cabeza y que esta noche iba a ser la última de mi vida. Pero bendito sea Jesús que ninguna de esas cosas ha sucedido. A las cinco de la mañana cuando el malhechor se alejó empecé a sentir un terrible frío por todo el cuerpo y esto me duró unas dos horas. Terminé echando sangre por la boca”.
El 18 de enero de 1913 escribía:
“Anoche los impuros adversarios de Dios me atacaron con ruidos endiablados y presentándose en figuras horribles. Cuando observaron que a sus tentaciones les contestaba con oraciones y que sus ataques resultaban vanos, se me lanzaron encima, me golpearon, lanzaron al suelo los libros y voltearon los muebles, lanzando gritos desesperados”.
El 13 de febrero escribe:
“Llevo ya 22 días en los que Jesús permite a estas bestias feroces desahogar su ira contra mí. Tengo el cuerpo completamente golpeado a provoca de los golpes que ellos me han propinado. En este tiempo tan frío, con varios grados bajo cero, me quitan las cobijas y me tengo que quedar así por varias horas porque pierdo las fuerzas y no soy capaz de moverme… El demonio hace cuanto puede por alejarme de Jesús pero no lo logra conseguir. Hay instantes en los que me siento desfallecer por tantos ataques. Oh, Padre mío, cuántas lágrimas, cuántos suspiros dirijo al firmamento para verme libre y vencedor de tan terribles ataques. Pero en todo esto brilla una luz de esperanza: después de tan horrendas horas de apariciones y tentaciones, siento las dulzuras maravillosas que Jesucristo hace gozar a quienes se mantienen fieles a su santa amistad”.
Una de sus recomendaciones más frecuente era ésta:
“Amen, amen a todos, amen demasiado. Basta apartar el corazón de todo aquello que sea desorden y que sea pecado. Amemos siempre, pero sobre todo amemos a Dios, que es el supremo y mayor bien que hay. Al lado con Dios hay que amar además a las criaturas que Él ha creado. El amor lo colocó Nuestro Señor en el corazón para que amemos. Con tal de no amar a las criaturas más que a Dios o lo mismo que a Dios, amemos a todos, que el verdadero amor viene de Dios. Amemos todo lo bueno que hay en el planeta. Todo esto es creación del buen Dios, y los inventos los ha inspirado Él para nuestro bien. Toda la creación es obra del amor de Dios y nosotros debemos amar a esta creación que Él ama tanto además”.

La entrada EL misterios de los cuerpos incorruptos. se publicó primero en Mundo oculto.

Por Sandra