Contenidos
ocultar
Este hombre construye una réplica de la antigua Gran Pirámide de Egipto y aprovecha una energía misteriosa
Cuando Jim Onan se encontró con una investigación universitaria sobre las pirámides construidas por las posibles propiedades de aumento de energía de los antiguos egipcios, se interesó lo suficiente como para poner a prueba las afirmaciones del informe.
Nunca podría haber predicho el viaje extraño y asombroso que estaba a punto de emprender cuando comenzó sus experimentos de aficionado.
Para poner a prueba la hipótesis, Onan construyó una serie de pirámides en miniatura y las colocó estratégicamente alrededor de su casa. Los visitantes y familiares inmediatamente sintieron una sensación extraña cuando colocaron sus manos sobre las pequeñas estructuras, lo que implica que las pirámides pueden estar irradiando electricidad.
El interés de Onan se despertó, por lo que decidió llevar su experimento al siguiente nivel. Erigió una pirámide de trece pies de altura en su jardín e invitó a su hijo, un botánico, a plantar algunas plantas. Sorprendentemente, descubrieron que las plantas colocadas dentro de la pirámide crecieron tres veces más que las plantadas fuera de la estructura.
Onan quedó tan desconcertado por el poder que parecían poseer estas estructuras que decidió remodelar la casa de su familia en forma de pirámide. La casa fue construida desde cero para replicar completamente la arquitectura de la Gran Pirámide de Giza, reducida a una décima parte de su tamaño original.
Otro evento notable ocurrió mientras la construcción estaba en curso. Dentro de la casa, el centro del piso comenzó a dar paso a una burbuja de agua de manantial que fluía continuamente. Esto fue especialmente impactante porque los planificadores no habían dado ninguna pista de que tal cosa pudiera suceder, lo que llevó a Onan a creer que el agua se había materializado debido a la construcción de la pirámide.
Peor aún, uno de los empleados de la construcción del sitio se encargó de recolectar y consumir parte del agua de manantial que emergía mágicamente. Informó que notó una reducción considerable en su presión arterial después de beber el agua.
Onan pensó que valía la pena investigarlo, así que animó a otros a tomar agua del manantial y consumirla. Regresaron, afirmando haber sido sanados de una variedad de enfermedades, para su sorpresa.
Si bien algunos han rechazado la afirmación como un efecto placebo, la experiencia de Onan con los edificios piramidales es fascinante. Debido a que la mayoría de las personas hoy en día desconocen la narrativa completa detrás de las pirámides construidas por los antiguos egipcios, los intentos fortuitos de Onan pueden servir como precursores de los descubrimientos espectaculares que los egiptólogos pueden hacer en el futuro.