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Dos experimentados investigadores rusos, Mijail Vasin y Alexander Sherbakov, de la Academia Soviética de Ciencias han elaborado una fascinante hipotesis que fue publicada en los años 60. En resumen, los investigadores confirman que la Luna no es un satélite natural, sino un enorme planetoide hueco, hecho por alguna civilización muy avanzada y técnicamente preparada, y colocado en órbita en torno de la Tierra hace bastantes siglos.

Si bien esta hipotesis parezca descabellada, la verdad es que aclara, mejor que ninguna, bastantes de los enigmas de la Luna. Expliquemos más detenidamente el plan de estos investigadores y después repasaremos de reciente los enigmas de la Luna bajo la óptica de esta hipotesis.

Para que la Luna aguante su combadura sin romperse confirman los investigadores, debe de estar mantenida por algunas propiedades internas poco corrientes, tales como una gigantesca fortaleza interior.

Para los dos investigadores, un satélite artificial sería comúnmente hueco y la resistencia de ese casco sería super-resistente para poder soportar las variaciones del cosmos exterior. Ellos la explican así:

“Quizá poseía una capa doble la base, un denso armazón blindado de un espesor de unos 30 Km, y sobre él una envoltura menos compacta, una capa más fina, de unos 4,5 Km” .

Como conocemos, la mayor parte de los proyectiles que entran en la atmósfera terrestre son destruidos por ella; no sucede así en la Luna. Esto nos aclara la abundancia de cráteres de la Luna en relación a la Tierra.

Si planteamos que la Luna ha viajado a lo largo del Universo cruzando bastantes equipos, cinturones de asteroides, etc, ocurrirá estado sujeta a choques más frecuentes incluso que los de nuestra Tierra.

Ya se refiera a cráteres causados por impactos de meteoros, ya por acción volcánica, lo que asombra a los investigadores es su uniforme falta de profundidad.

La hipotesis soviética opta por los impactos como causa y aclara los hechos así: “Cuando el meteorito choca contra la cubierta exterior de la Luna, ésta actúa como una capa amortiguadora de los golpes y el cuerpo raro tropieza con una impenetrable barrera esférica.

De este modo, sólo queda levemente “abollada” la capa de 30 kilómetros de planchas blindadas y la detonación se limita a proyectar pedazos de la cubierta por el cosmos, que recordemos, tendría unos 4,5 Km y que es la profundidad media de los cráteres”.

Los mares se han explicado como inmensos océanos de lava endurecida. Pero el asunto es: ¿de dónde vino esa lava?

Un interior lunar muy caliente es una probabilidad, pero bastantes investigadores mantienen que la Luna ha sido un cuerpo frío: que es muy reducida para producir el tipo de calor necesario para producir esos océanos de lava fundida.

Diferentes admiten que fue bombardeada por insolitos meteoritos, asteroides y cometas que explotaron con el impacto, arrojando grandes cantidades de lava líquida sobre la superficie, pero, ¿cómo justificamos el hecho de que la lava parece salir del interior del satélite?

Vasin y Sherbakov creen que la lava derretida si salía del interior de la Luna, pero no como consecuencia de una acción volcánica natural. Alguien, desde el interior preparaba ese material con apariencia de lava y compuesto a partir de rocas y materias del interior.

Esta pasta era utilizada a modo de cemento para reparar los daños causados por el impacto de meteoritos, produciendo colosales áreas oscuras y circulares que son los mares de la Luna.

Atendiendo a lo que nos proponen Vasin y Sherbakov encima del origen de los mares de la Luna, se aclara la presencia de esos mascones y las variaciones del campo gravitatorio como los remanentes del equipo técnico usado para la formación y bombeo de este cemento reparador de la superficie.

La concentración de su peso bajo los “mares” lunares sería bastante para aclarar la fuerza de gravedad extra de los mascones.

Bajo la óptica de esta hipotesis de los rusos podemos soñar a la Luna en su viaje por el cosmos donde podría haber recibido un gran numero de impactos súbitos en una sola rostro. Esto, en cambio, no aclara la inexistencia de “mares” en ese lado escondido.

Bastantes investigaciones apuntan a que nuestra Luna está hueca en gran parte, y los investigadores soviéticos van más allá y confirman que está, artificial, sino artificialmente hueca. Vasin y Sherbakov indican que la baja densidad del material lunar se puede aclarar por la estructura hueca de este astro, comparada con la de la Tierra.

En relación a la hipotesis de la creación de la Luna a partir de la misma nube de gases y hasta donde conocen los investigadores, no hay razón alguna que explique que el material más denso se acumule en el objeto más grande, la Tierra, y el material menos denso prefiera acumularse en el objeto más pequeño.

En relación a la hipotesis de la captura, los investigadores se preguntan cómo una luna tan grande pudo acercarse a la Tierra en el ángulo justo y a la velocidad adecuada para ser atrapada por la fuerza de gravedad y mantenerse girando a nuestro alrededor.

Más enigmatico aun es el hecho de que, una captura así tendría que haber dejado una órbita elíptica pronunciada y como ya hemos observado, la órbita de la Luna es casi circular.

La hipotesis de los investigadores rusos nos menciona que la Luna fue colocada en esa órbita artificialmente por una civilización altamente desarrollada, esto aclararia no su origen en última instancia, pero sí su peculiar tamaño y órbita.

Hay que apuntar que Vasin y Sherbakov no confirman que su hipotesis sea definitivamente correcta pero sí es cierto que hemos observado que con ella se pueden aclarar bastantes de los misterios lunares que en la actualidad los investigadores ortodoxos y dogmáticos no pueden aclarar y que, de esta forma, constituyen un freno para el desarrollo de la Ciencia.

«Escritos antiguos no citan la Luna»

Vasin y Sherbakov concluyen su hipotesis con las siguientes palabras: “Creemos que las cuestiones que hemos planteado en relación a nuestra Luna proporcionan base bastante para considerar seriamente el tema..

El resultado puede ser la clarificación de bastantes enigmas lunares. Actualmente, naturalmente, poseemos que esperar hasta localizar evidencias directas que apoyen nuestra hipotesis. O que la invaliden. Quizá no será una larga espera…

Desconozco si dichas evidencias a favor o en contra de esta hipotesis se han producido, lo que está claro es que la base de la misma es bastante para ser considerada en serio. Esta hipotesis fue enunciada hace bastantes años y en lo que sí se equivocaron fue en el tiempo de la espera dado que incluso hoy, en el siglo XXI, seguimos esperando.

Esta idea de la Luna como satélite artificial fue además señalada por el astrónomo Vladimir Koval que en 1981 en la revista “Juventud y Tecnología” dio a conocer una noticia que afirmaba que la Luna era el legado de una civilización alienigena antigua.

El astrónomo Vladimir Koval hacía mención a la semejanza de la Luna con diferentes satélites de Saturno y Júpiter y basándose en esta semejanza proponía situar el origen de la Luna en una órbita entre Marte y Júpiter en donde, conforme a la regla de Titus-Bode debería hallarse el “desaparecido” mundo Faetón.

Las circunstancias de creación de cuerpos celestes en dicha zona eran tales que todos ellos se habían formado como “hermanos gemelos” y asevera Koval que el surgimiento de la Luna tuvo influencias en la Tierra, causando cambios climáticos, inundaciones catastróficas, terremotos y insolitos desplazamientos de los polos magnéticos y geográficos.

Satélite es cualquier objeto que órbita en torno de un mundo, pueden ser naturales o artificiales. Es decir que su suelto un vasto objeto en el cosmos orbitaría en torno de la Tierra. De manera oficial el gran enigma es conocer como llegó la Luna al sitio donde estás.

De manera oficial se nos menciona que la Luna es un satélite natural quedó atrapada en nuestra órbita, cuando tiene un órbita casi inmejorable o que vino al mundo del choque de un mundo o como la Tierra de una nube de polvo y gas, en cambio es más antigua que la Tierra y tiene componentes distintos a la Tierra. El misterio de la Luna pervive hasta hoy en día.

ARISTOTÓTELES SE REFERÍA A LA TIERRA “CUANDO NO HABÍA LUNA”

Hay quien dice que es un satélite artificial, como los canalizadores Alex Collier y Barbara Marciniak.

El autor de enigmas Enmanuel Velikovsky y el arqueólogo Colin Rivas nos manifiestan que en los escritos más antiguos no había referencias a La Luna y y el divulgador de enigmas y culturas desaparecidas Doc Horlock cree asimismo que se trata de un satélite artificial, en una de sus historia nos relató un suceso de un maestro de universidad con visión remota, que que veía hombres desnudos haciendo trabajos en el interior de grutas de la Luna..

Aristótoteles habla en La Constitución de Tages de que la villa de los pelasgos habitaba la Tierra “antes de que la Luna apareciera en los cielos”. Los escritos tibetanos rezan que en el desaparecido continente de Gondwana (a donde perteneció Lemuria) no había Luna.

No estan solos: hay investigadores que piensan igual : los investigadores rusos Mijail Vasin y Alexander Sherbakov publicaron una noticia en la revista Sputnik en los años 60 donde citaban irregularidades de la Luna que permitía inferir que era un satélite artificial.

Estos investigadores afirman que se trata de un planetoide hueco colocado por una inteligencia muy avanzada hace miles de siglos. El dr. Fred Singer, asesor de Eisenhower ha sostenido que la Luna de Marte Phobos es además un satélite artificial.

Por Alejandro

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