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Desde tiempos lejanos los seres humanos han cruzado fronteras, los resultados de sus exploraciones fueron transformados en mapas y establecieron los límites del planeta. Si bien algo imperfectos en un inicio, los mapas se transformaron en una valiosa fuente de información que reescribieron la historia de la sociedad.

Posteriormente de viajar por el planeta, los antiguos sintieron la necesidad de poner su conocimiento en una visión general sencillo. La Cartografía se inició en la antigua Grecia por la labor de Anaximandro, que enseñó imágenes del territorio con detalle de los que contenía. Primero buscaron las fronteras del planeta habitado y lo describieron como una isla circular en medio de un océano exterior según el concepto homérico que sobrevivió dos milenios hasta la Edad Media. Se entiende que Anaximandro de Mileto fue el primero en diseñar un mapa del planeta en torno del 550 a. Le siguió Hecateo, además de Mileto.

Mapa del planeta elaborado en 1467 siguiendo antiguas indicaciones de Ptolomeo. Cortesía: eldefinido.cl

Eratóstenes, considerado como el padre de la Geografía y uno de los autores más reconocidos, hizo el cálculo del tamaño de la Tierra que se transformó en un vasto aporte para la cartografía. Ptolomeo además hizo grandes aportes basados en sus conocimientos en astronomía y matemáticas. Introdujo la ciencia de la trigonometría en los mapas y las ideas de Latitud y Longitud.

Si bien jamás se localizaron los mapas confeccionados por Ptolomeo, su manuscrito Geographia redescubierto por el año 1300 contenía múltiples referencias sobre diferentes partes del viejo planeta e inclusive coordenadas de varias de ellas.

Eratóstenes. Cortesía: arcgis.com

El Mapa más antiguo

Comparando las sociedades organizadas con las primeras culturas, es indiscutible la transformación de la sociedad con el desarrollo de la cartografía. Los primeros mapas se realizaban con componentes rústicos como piedras talladas a mano, madera, etc.

El mapa más antiguo hallado hasta el día de hoy es una tablilla babilónica que data del siglo VI a. C. Se trata de un gráfico que combina el mapa esquemático central con la representación de siete islas míticas en medio del océano enlazando la tierra con el firmamento. El mapa muestra de esta forma la conexión entre el planeta mítico de los antiguos babilonios, expresado en redacción cuneiforme.

La tabla fue localizada en 1899 en el yacimiento de Sippar, 30 kilómetros al suroeste de Bagdad y 60 kilómetros al norte de Babilonia, en el río Éufrates. Se simboliza al planeta rodeado por los mares, de forma parecido al mapa de Anaximandro; con la desigualdad de que Babilonia ocupaba el centro del mapa.

Cortesía: arcgis.com

El Planeta según los romanos

Posteriormente de la era de los griegos fueron los romanos los que tomaron la posta interpretando el planeta según su concepción. Ellos construyeron una compleja red de caminos que unían todo el imperio hacia la capital. Fue sobre todo durante el período del emperador Augusto que se creó el denominado cursus publicus (vía pública), un sistema de transporte que usaba vehículos tirados por caballos para desplazarse por la red de caminos equipados con estaciones intermedias.

Los romanos crearon la Tabula Peutingeriana, un mapa que muestra este la compleja red de caminos que unia con el Mare Nostrum (denominaban “Mar Nuestro” al Mediterráneo). Si bien el mapa original es del siglo IV, la copia que se conserva sobre once pergaminos fue trazada ocho siglos mas tarde.

Cortesía: redhistoria.com

Con la caída del Imperio Romano, la cartografía perdió precision y se transformó en una representación de carácter religioso. A fines del siglo XIII aparecen los portulanos, unas cartas náuticas diseñadas para la navegación por el Mar Mediterráneo con detalles de las costas con sus puertos y accidentes geográficos, rosas de los vientos y las rutas que debían seguir las embarcaciones.

La cartografía ingresa a un tipo de estilo ornamental a mitad del siglo XVI. A causa de la carencia de información geográfica sobre algunas zonas, los cartógrafos incluyeron en los mapas viñetas, figuras fantásticas o mitológicas y elementos decorativos. A finales del siglo XVI la cartografía es más precisa y detallada debido a los hallazgos geográficos por factores como la ampliación territorial de las potencias europeas, la evolución en los instrumentos de medición, el avance en las técnicas de navegación. La imprenta y las nuevas técnicas de grabado favorecieron la publicación de gran numero de copias de mapas.

Cortesía: sge.org

El Planeta al revés

En 1154, el geógrafo árabe Muhammad al-Idrisi trazó uno de los mapas más avanzados del planeta medieval para el soberano Roger II de Sicilia. El mapa bautizado como La Tabula Rogeriana, que se traduce como “el texto de viajes placenteros a tierras lejanas”, se encontraba más adelantado si se compara con sus contemporáneos porque aprovechó los datos de los viajeros y comerciantes. Lo única de este mapa era que se encontraba orientado hacia el sur, así pues las representaciones modernas lo exponen al revés para orientar el norte hacia la parte superior.

Cortesía: weforum.org

¿Primer mapa de América?

Podría tratarse del primer mapa en donde aparece América aparentemente hecho por los vikingos a un territorio al que denominaban como “Vinlandia“.

Se presume que el mapa es una copia del siglo XV de un original del siglo XIII. Presenta una masa de tierra en el Atlántico que fue visitada en el siglo XI. Las dudas sobre su autenticidad se deben sobre todo al tipo de tinta empleada empezó a sintetizarse en 1923 y es muy complicado de encontrarla en el siglo XI. Otra de las razones es la precisión con la que es representada Groenlandia, teniendo en narra que recién en el siglo XIX comenzó a explorarse en profundidad.

(Wikimedia Commons)

El cartógrafo alemán Martin Waldseemüller, representó por vez primera al Reciente Planeta en 1507 usando el nombre de “América”, en honor a Américo Vespucio, quien habría sido el primero en identificarlas como un continente aparte. Si bien en su mapa no es más que una delgada y amorfa franja delgada hacia occidente, por medio de esta representación aparece por vez primera nuestro continente.

En una era de constantes cambios, donde todos los meses llegaban noticias de modernos hallazgos realizados por exploradores; Waldseemüller se dedicó a cartografiar lo que conocían hasta el instante, tomando en cuenta todas las observaciones recientes realizadas por españoles y portugueses, por más inexactas que fuesen.

El mapa tiene multiples méritos además del haber bautizado al reciente continente: diferenció nitidamente ambas masas continentales, registrar la presencia del Océano Pacífico y ser el primero salido de una imprenta.

(Wikimedia Commons)

El Primer Atlas de la Historia

Los modernos hallazgos de los españoles y los portugueses fueron plasmados en pergaminos individuales. Poseían bordes ornamentados e incluían hechos escudos, pero no eran prácticos. Para utilizarlos se poseían que enrollar y desenrollar cada vez, lo que los hacía verdaderamente incómodos y poco prácticos. Varios mapas portugueses se habían cosidos en tomos, pero no se podían considerar como un atlas porque no poseían escrito o no estaban integrados con la imagen.

Abraham Ortelius. (Wikimedia Commons)

En 1570, Abraham Ortelius dio a conocer el primer atlas moderno denominado Theatrum Orbis Terrarum (Teatro del Planeta).  Es considerado como la primera colección sistemática de mapas de formato uniforme.

Abraham Ortelius, nacido en Amberes, fue además conocido como el «Ptolomeo del siglo XVI». En 1575, fue nombrado geógrafo de Felipe II, lo que le dejó el acceso a los hallazgos de los exploradores portugueses y españoles. se comenta que Felipe II continuamente poseía su propio ejemplar del Theatrum Orbis Terrarum, tal vez buscando modernos territorios que conquistar o para conocer mejor sus extensos dominios que le pertenecían pero que nunca pudo conocer en persona.

El atlas no contenía mapas hechos por Ortelius, sino 53 mapas trazados por diferentes autores, citados en la publicación como origen de la fuente. El atlas de Ortelius presentaba todos los mapas en folios de unos 30 x 50 cms. Estaban ordenados por continentes, zona y estado, acompañados de leyendas descriptivas en el reverso. Después Ortelius trabajó en una nueva recopilación de mapas grabados con xilografía y coloreados manualmente, incluyendo en el reverso de cada folio información notable como el clima, costumbres, gastronomía, etc.

(Wikimedia Commons)

La totalidad del conocimiento geográfico del planeta occidental fue reunido por vez primera en un único texto por Ortelius. En la bibliografía se reconoce el trabajo de los 33 cartógrafos cuyos mapas se utilizaron en el atlas. En el presente, todo esta fuente de conocimiento antiguo continua siendo valorado por los coleccionistas. En una subasta hecha en 2017, se puso a la venta una edición de 1579 del Theatrum Orbis Terrarum por nada menos que £60.000 ($75.000).

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¿Nos queda territorio sin explorar?

Es notable precisar que la mayor parte de los mapas mencionados proceden de una perspectiva europea, pero no es posible dejar de citar a La Edad de Oro islámica, que además tiene un registro cartográfico impresionante sobre todo durante el siglo XI debido a Muhammad al-Idrisi.

Por otra parte, mas tarde de la invención de la brújula, los antiguos imperios chinos además tuvieron una edad de oro en la cartografía, expandiendo y demarcando sus extensos territorios con la auxilio de este aparato.

Mapa 3d interactivo. Cortesía: ovacen.com

Es factible que, en el presente, con todos los avances tecnológicos como el GPS o la imagen satelital, creamos que ya no se encuentren territorios por explorar. De ninguna forma. Si bien conocemos mucho sobre nuestras masas terrestres, las profundidades submarinas siguen siendo un enigma. En realidad, hemos explorado más el cosmos exterior que el 95% de nuestros propios océanos.

Por Alejandro