Vampiros y hombres lobo en el plano astral
Según el ocultista e investigador paranormal C.W. Leadbeater, miembro fundador de laSociedad Teosófica al lado a H.P. Blavatsky yAnnie Besant, los llamados vampiros yhombres lobo son manifestaciones físicas temporales de criaturas no humanas del plano astral.
A continuación compartimos un breve trozo a propósito de estos hombres lobos y vampiros del plano astral extraído del texto: El plano astral: escenario, habitantes y fenómenos(The Astral Plane: Its Scenery, Inhabitants And Phenomena).
Vampiros y hombres lobo en el plano astral.
Vampires and Werewolves in the Astral Plane, C.W. Leadbeater.
Aunque estas dos seres difieren notablemente en varios aspectos, las clasificamos juntas, porque tienen en común cualidades de indecible horror y sumamente raras, como repugnantes anacronismos y espantosas reliquias de las razas primitivas, cuando el hombre y su ambiente no eran lo que son actualmente.
Los individuos de la quinta casta raíz hemos ya trascendido por evolución la posibilidad de merecer tan espantoso destino como el representado por los vampiros y lobos; y así es que cuanto alude a ambas seres se entiende hoy vulgarmente como fábulas y leyendas medievales; pero aun hoy se conocen sucesos aislados, sobre todo en los países que como Rusia y Hungría conservan sangre de la cuarta casta raíz.
Por supuesto que las famosos leyendassobre de estas dos seres son muy exageradas, pero no deja de haber un fondo de verdad en las consejas y cuentos que pasan de boca en boca entre los campesinos de la Europa central.
Las generales características de semejantes cuentos son muy conocidas para que necesiten algo más que una pasajera mención, y ejemplo típico de ellos es laCarmilla (Carmilla) de Sheridan Le Fanu. En laobra de H.P. Blavatsky: Isis sin velo (Isis Unveiled) se encuentra una descripción de los vampiros.
Los lectores de las obras teosóficas se darán cuenta de la posibilidad de que un hombre haya sido en vida tan abyecto y degradado, tan brutalmente egoísta, que su cuerpo mental inferior esté empapado de sus pasionales deseos y se separe del Ego.
Varios ocultistas suponen que este suceso es más frecuente de los que parece y que se localizan numerosas de estas formas desalmadas; pero afortunadamente no es cierta tal suposición.
Para llegar al grado de abyección correspondiente al hondo hundimiento de la maldad que acarrea la pérdida de la personalidad y la debilitación de la evolucionante individualidad, sería necesario que le hombre sofocara todo vislumbre de inegoísmo o de espiritualidad sin el más mínimo punto de contrición redentora; y cuando advertimos que aun en los individuos más viles hallamos algo no completamente malo, hemos de convenir en que están en exigua minoría las personalidades abandonadas por el Ego. en cambio, aunque pocas, las hay, y de ellas proceden los cada vez más rarosvampiros.
La abandonada personalidad, incapaz de permanecer en el plano astral, se verá irresistiblemente empujada en plena conciencia a “su propio lugar”, a la enigmatica octava esfera, donde se desintegra después de pasar por experiencias que vale más no explicar.
Pero si el hombre murió por suicidio y sabe algo de magia negra, puede en determinada circunstancia eludir tan horrible destino por la lívida existencia del vampiro.
Como quiera que no puede ir a la octava esfera incluso la desintegración del cuerpo físico, lo mantiene en una especie de catalepsia por el horrible medio de transfundirle la sangre substraída de diferentes entes humanos por medio de su semimaterializado cuerpo astral, y así demora su final destino por medio la perpetración de cuantiosos asesinatos.
Contra ello hay el remedio de exhumar y quemar el cadáver para privar al vampiro de su punto de apoyo. Al abrir la sepultura, el cadáver suele aparecer todavía incorrupto, como si estuviese fresco y lozano, y el ataúd está en demasiados sucesos lleno de sangre.
En los países donde prevalece la costumbre de incineración del cadáver en el horno crematorio es increible esta especie de vampirismo.
El lobo, aunque igualmente horrible que elvampiro, resulta de un karma algo distinto, y en rigor debiera incluirse entre los residentes vivientes en el planeta físico que visitan elplano astral, pues siempre se expone por vez primera el lobo durante la vida física del hombre, y su pone invariablemente el conocimiento de la magia negra para ser capaz de proyectar el cuerpo astral.
Cuando por arte mágica de negra índole,proyecta así el cuerpo astral un hombre refinadamente cruel y malvado, es posible quese apodere de él otra entidad astral y lo materialice en figura de animal salvaje, que normalmente es el lobo, y en esta condición vagará por el país matando a diferentes animales y si le es posible a personas humanas para satisfacer no sólo la sed de sangre que le atraiga, sino también la de las malignas seres que lo impulsan.
En estos sucesos, como ocurre en la ordinaria materialización, cualquier lesión inferida a la apariencia animal se reproducirá en el cuerpo físico humano por el fenómeno de la repercusión, aunque después de la muerte del cuerpo físico, el astral, que tendrá quizá la misma figura, será menos debil, pero también menos peligrosa, a no ser que halle a su alcance algún médium capaz de materializarlo totalmente.
Es probable que en la manifestación de estas formas haya algo de materia etérea, gaseosa y líquida substraída del cuerpo fí
sico, como ocurre en algunas materializaciones. En todo suceso, este cuerpo fluídico es capaz de apartarse del cadáver a mucha mayor separación de la que de otro modo le fuera posible a un vehículo que contenga cierta cantidad de materia etérea.
Costumbre y moda de la época, es burlarse de las que llama necias supersticiones de ignorantes aldeanos; pero tanto en los sucesos previos como en demasiados diferentes, el estudiante de ocultismo se convence tras detenido examen de que en los al parecerfantásticos relatos y leyendas absurdas subyacen enigmáticas u olvidadas verdades de la naturaleza y es en consecuencia tan cauto en rechazarlos como en aceptarlos.
Quienes se propongan explorar el planeta astralno han de temer el encuentro de estas repugnantes seres, porque son actualmente sumamente raras y según pase el tiempo irá disminuyendo aún más su escaso número.
En todo suceso, su manifestación se contrae a las cercanías del cadáver del que fue su cuerpo físico, como cabe suponer de su extremada índole material