Un críptido es un animal “oculto”, un ser cuya existencia la ciencia no ha podido probar y de estos misteriosos animales se ocupa una pseudociencia llamada criptozoología. “Cripto” significa oculto, “zoos” animal y “logos” ciencia. Esta disciplina busca a esos animales que se consideran extintos o simplemente desconocidos y tiene poca consideración por parte de los científicos que cree que sus búsquedas se basan en leyendas o en el folclore. En Mundooculto hemos visto algunos críptidos como estas 7 criaturas de pesadillas de los nativos americanos y en esta ocasión queremos conocer el caso de la Bestia de Gévaudan, un críptido devorador de hombres.
La Bestia de Gévaudan, la devoradora de hombres
Durante tres años la Bestia de Gévaudan sembró el terror en el sur de Francia. Entre 1764 y 1767 se registraron 210 ataques de los que más de un centenar tuvieron un resultado de muerte. La Bestia fue descrita como un animal mezcla de lobo y perro gigante del tamaño de una vaca, con grandes colmillos y una cola larga y rizada como de león. Una de sus habilidades era saltar distancias superiores a los 10 metros. Las víctimas solían aparecer con las gargantas destrozadas y parcialmente devoradas. El rey de Francia, ante el temor que se apoderó de los lugareños, mando tropas para acabar con la Bestia de Gévaudan, pero sin éxito.
El primer ataque descrito fue en el 30 de junio de 1764 y murió una chica de 14 años llamada Jeanne Boulet que vivía en el pueblo de Hubacs. Antes de este es posible que hubieran habido otros encuentros y muertes con la bestia, pero no quedaron recogidos. Durante ese verano fueron asesinadas varias personas más y el rey envió un regimiento de dragones para acabar con el monstruo que empezó a conocerse como la Bestia de Gévaudan. Los ataques se sucedieron durante el otoño y el invierno causando varias víctimas más y en una ocasión unos cazadores consiguieron alcanzarle con sus disparos pero la bestia se levantó y huyó.
Se ofrecieron recompensas, se rezaron oraciones y los clérigos del lugar hablaron de que la Bestia era un castigo a los hombres de la región por sus pecados. Muchas de las víctimas de los ataques eran niños que hacían de pastores en las montañas, por lo que a partir de entonces salían en grupo para estar más protegidos, lo que no fue impedimento para que la Bestia mordiera e intentara llevarse a algunos de ellos, siendo salvados por sus compañeros. Los dragones no consiguieron cazar a la Bestia de Gévaudan y fueron contratados cazadores profesionales para matarla, pero sin ningún éxito. Las muertes y las hazañas de valor en el rescate de víctimas del animal se fueron sucediendo durante 3 años.
Se barajó la posibilidad de que fuera un hombre lobo o un asesino en serie el causante de los ataques. Sin embargo, cuando Jean Chastel, un vecino de la zona, el 19 de junio de 1767, acabó con un gran animal mitad lobo mitad perro, nadie más fue atacado por la llamada Bestia de Gévaudan. Todo hace suponer que ese era el culpable, ¿o no?