Una ruta descubriendo los seres mitológicos de la Península
Tal vez parezca que la Península Ibérica no sea uno de esos lugares donde la mitología adquiere un papel importante, a pesar de que la religión siga siendo actualmente uno de los pilares fundamentales de la sociedad. Sin embargo, existen un buen número de criaturas que habitan en nuestros bosques, e incluso ciudades, esperando a aquellos insensatos que no crean en supersticiones.
A fin de cuentas, todos estos seres se han creado para asustar a los niños, ¿no?
Martinico
Un pequeño duende cuya existencia se presume en muchas regiones de la geografía española. Existe en la mitología de comunidades como Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Andalucía, y en todas ellas cuenta con las mismas características. Al contrario que la mayoría de seres mitológicos, este duende no es maligno; únicamente se dedica a gastar bromas a los inquilinos de las casas donde él habita, moviendo cosas de su lugar o haciendo ruido, aunque no dudará en ayudar a quienes se porten bien con él.
Cuegle
Ser monstruoso típico de la mitología cántabra. Su forma es similar a la de una persona, con dos patas con las que camina, brazos sin manos, piel negra, cinco filas de dientes, un cuerno y entre uno y tres ojos en la cabeza. Es una criatura que habitualmente ataca al ganado y roba a los bebés de las cunas. La única protección para los pequeños reside en colocar en la cuna madera de roble u hojas de acebo, como repelente del invasor.
Ojáncanu
Esta criatura es la personificación del mal, la crueldad y la brutalidad. Es originario de Cantabria, y se trata de un ser salvaje y fiero que habita en los lugares más recónditos de las grutas de montaña, oculto por grandes rocas y maleza. La cultura cuenta que los desfiladeros y barrancos de la zona se han formado a causa de la acción de estos singulares seres.
Nuberu
Estos seres cambian levemente de nombre dependiendo del lugar en el que nos encontremos. Son tradicionales de la mitología asturiana, cántabra y gallega, zonas en la que comparten historia. Son supuestamente seres que controlan el tiempo meteorológico y que se entretienen provocando tormentas, tempestades y granizo que arruinan las cosechas y asustan a los animales.
Herensuge
Originario de la mitología vasca, este ser con forma de dragón es un espíritu demoníaco que se alimenta de caballos y burros, cazando algunas veces a manjares más suculentos, como seres humanos. Tradicionalmente se dice que vuela dejando un rastro de fuego y haciendo un ruido siniestro, que indica que el fin está próximo.
Dip
Entre todas las criaturas mitológicas que pueblan la península, quizá sea éste el caso que más se vive en la actualidad. Y es que el dip es incluso el símbolo que aparece en el escudo de la localidad de Pratdip, en la provincia de Tarragona. Se trata de un serdemoníaco con forma de perro negro y peludo, cojo de una pata, que se alimenta con la sangre de los humanos.
Juancaballo
Se dice que este ser, mitad hombre, mitad caballo, habita en Sierra Mágina, en la provincia de Jaén. Es una criatura muy parecida a un centauro, ya que sigue sus características físicas, además de poseer fuerza, ferocidad y astucia. Normalmente se encuentra oculto en las cavernas de los cerros de Huelma y sierra del Natin, pero no dudará en defenderse y atacar a aquellos que lo molesten.
Mano Negra
Otro de los mitos más extendidos en el territorio español es de la Mano Negra. Un ser etéreo y sombrío con forma de inmensa mano negra, que dependiendo de la zona, se dedica a hacer el mal de una manera.
Destaca por ejemplo la creencia en Segovia, donde se dice que este ser ataca a las personas cuando están distraídas, para arrancar sus ojos cuando se giran a comprobar qué es lo que ocurre.
Alejados de esta idea, los vecinos de Torre de Juan Abad, un pueblo de Ciudad Real, aseguran que esta criatura es un ente femenino ataviado con ropas y unas negras. Según la tradición, habitaría en charcas y pozos, donde arrastraría a los niños que raptaba para matarlos.
El Coco
Sin duda el ser más característico de todo pueblo y ciudad de España. El Coco es por excelencia la criatura a quien más temen los pequeños, y a veces también los mayores. Ese ser con apariencia humana, que en ocasiones cubre su rostro con una máscara agujereada, y que rapta a los niños para comérselos. Quizá incluso viva bajo la cama, por eso es mejor dormir sin mirar nunca abajo, lejos de la protección de las sábanas.
El Gamusino
Y si el anterior era el más terrorífico, este ser es el más simpático de todos los imaginados por la creencia popular. Este mito está igualmente extendido por la mayor parte de la península, aunque destaca en tierras castellanas, extremeñas, gallegas o catalanas.
El Gamusino es la criatura a la que se refieren los habitantes de las zonas más rurales, para engañar a los forasteros de las ciudades, los más inexpertos y crédulos. Se trataría de un animalillo con forma similar a la de un ratón o conejo, ágil y rápido, que únicamente se deja ver durante la noche, si es que los cazadores son lo bastante avispados.