La edad de cuantiosos fósiles que simbolizan la especie humana conocida como los «Homo Sapiens» ha sido totalmente sin identificar a lo largo de miles de años. Pero una gran erupción volcánica sucedida en Etiopía dejó desvelar que los humanos modernos son mucho más antiguos de lo que se pensaba.
Los remanentes del Omo I
Se le conoce como «Omo I» a los remanentes de un humano hallado bajo las cenizas volcánicas de Etiopía. El descubrimiento sucedió a finales de la década de 1960, desde ese por lo tanto, los investigadores han tratado de revelar su origen por medio de procedimientos innumerables.
Datación de una antigua ceniza volcánica
Después de minuciosas investigaciones a una gran capa de ceniza se llegó a la deducción de que esta era muy antigua, data de hace 230.000 años. En este sitio donde erupcionó el volcán además se hallaron remanentes de un esqueleto humano. Lo que representa que nuestra especie habitaba África docenas de milenios anteriormente de lo que se creyó en un principio.
Reevaluación de la edad del Omo I
Para poder datar con precision este esqueleto se han necesitado bastantes investigadores y diferentes investigaciones recurrentes. Al inicio del hallazgo, se llegó a la deducción de que se trataba de un antiguo humano de hace 200.000 años. Pero debido a investigaciones recientes, por fin pudo descubrirse que es mucho más antiguo.
Según la nueva estimación, se ha establecido que los remanentes óseos localizados en Etiopía serían como mínimo 36.000 años más antiguos de lo que se afirmaba, si bien el margen de error de esta reciente valoración es relevante, de mas o menos 22.000 años.
Una zona de abundante actividad volcánica
El descubrimiento se provocó en el este de Etiopía, en un sitio denominado Omo Kibish. Esta zona ha sido caracterizada por tener una alta actividad de volcanes. Por este causa en concreto continuamente había existido cierta inquietud sobre el fechado de los remanentes humanos localizados.
La Formación Kibish (Etiopía), presenta depósitos en capas que han conservado múltiples herramientas y fósiles humanos antiguos. Crédito: Wikimedia commons.
La incógnita que envolvía aquel encuentro poseía que ver con el frecuente estallido de los volcanes en aquel sitio. en cambio, mas tarde de unos años, la experta Céline Vidal, hizo mención a que cada erupción sucedida tiene su composición geoquímica muy particular.
«Cada erupción tiene un tipo de huella digital que podemos utilizar para intentar de averiguar exactamente qué erupción habría creado una capa de ceniza volcánica», explicó Vidal.
Para poder definir la edad de la actividad volcánica los investigadores debían investigar minuciosamente la composición geoquímica de las cenizas que estaban sobre los viejos fósiles.
Dado que el volcán Shala, situado a unos 350 kilómetros de separación, fue reseñado como la fuente de esta capa, el espesor de las cenizas apuntaba a que en el sitio hubo una ancestral erupción gigantesca.
Examen y comparación de muestras en el sitio
Para obtener un resultado mas certero, los investigadores recolectaron muestras de roca pómez del volcán Shala y las trituraron hasta que poseían menos de un milímetro de tamaño.
Después, compararon un examen químico de la roca pómez localizada en el volcán con la capa de ceniza en el sedimento sobre donde se localizaron los fósiles, así los expertos pudieron afirmar que ambos compartían la misma composición química y, por lo tanto, procedían del misma erupción, lo que representa que los fósiles de Omo I que se localizan debajo de la ceniza poseen por lo menos la misma edad o más.
Detalles de los esqueletos encontrados
Al ver las particulares propiedades de los remanentes, los expertos se dieron cuenta de que se trataba de un tipo de Homo Sapiens gran cantidad moderna. La rostro del cráneo era plana, su frente alta y el mentón voluminoso, a causa de estas particularidades aparentaba uno más de nuestra actual apariencia.
Reconstrucción del cráneo de Omo I desvelado en 1967. Crédito: Museo de Historia Natural.
¿Por qué una especie antigua poseía rasgos modernos?
Por mucho tiempo se ha intentado dar contestación a esta incógnita que resulta un tanto enigmatica y que a todos nos encantaría conocer. Los expertos han considerado que seguramente, a causa de la catastrófica era de actividades volcánicas sucedida hace 360.000 años, los humanos se observaron obligados a desplazarse.
Ilustración artística. El estudio propone que el Omo I es en verdad docenas de miles de años más antiguo.
La teoría que sugieren los investigadores no es tan descabellada, al final creen que, para subsistir, los antiguos Homos se mezclaron con diferentes razas de humanos. A causa de este movimiento, pudieron intercambiar genes y tambien tecnología, lo que dio paso a una evolución de los humanos.
Debido a esta antigua actividad de los volcanes ha sido factible revelar elementos que pertenecen a un registro de lo que sucedió en aquellos tiempos turbulentos. Este ha sido un descubrimiento extremadamente notable para rastrear los cambios que ha tenido la evolución.
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Los resultados de el estudio se publicaron en la revista científica Nature.