HITLER y el SANTO GRIAL: la ETERNA JUVENTUD era su META

Todos sabemos las ansias que tuvo el Führer por todo lo vinculado con la figura de Cristo, y en especial por esos objetos que según los nazis harían invencibles al Tercer Reich. Pero puede decirse que entre todas esas piezas sagradas hubo una que tuvo especial atracción para Adolf Hitler: El Santo Grial. Quizás por sus supuestos poderes como fuente de eterna juventud, o por representar a los hijos biológicos de Jesús, quién conoce lo que movía la mente de estos heraldos de la oscuridad que incluso hoy, llenan libros y libros de historia. Fueron múltiples las búsquedas y los viajes que hicieron los nazis con el fin de dar con el preciado Grial, y si bien no hay evidencias de que lo encontraran (o de sí existió verdaderamente), si hay testimonios gráficos y personales de esas singulares indagaciones.

La Ahnenerbe, sección ocultista de las SS

Puede que el argumento de esta búsqueda te recuerde de algún modo a las películas de “Indiana Jones”, y es que bastantes de los aspectos que allí se presentaban eran autenticos: La Deutsches Ahnenerbe, o «Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana» creada por Heinrich Himmler, tuvo como principal objetivo  rastrear el origen de la villa ario y sus consecuentes evidencias capaces de justificar la superioridad racial de la villa ario. Este única grupo se encontraba formado por antropólogos, arqueólogos, médicos, investigadores… teniendo su “cuartel de tareas” en el castillo de Wewelsburg, en Westfalia, ahí donde debían llevar todas las “preciadas antigüedades” que encontraran.

Lo curioso de todo esto es que asociaban el ascenso y liderazgo de Hitler a la magia, a artificios sobrenaturales capaces de erigir a ciertos hombres en la cima del poder, dejando así que la sombra de la “magia” estuviera continuamente en las bases de los seguidores de Adolf Hitler, siendo Himmler su principal admirador, ambos obsesionados  por el ocultismo y la astrología.

Pasos en la cruzada nazi

Himmler  se encontraba tan obsesionado por el Santo Grial como Hitler, esto originó que estudiara con secreta ofuscación al  alemán Otto Rahn, especializado en la sociedad cátara, quien había había indagado gran cantidad encima del asunto asociando al santo Grial con el movimiento cátaro.

Para realizar las cosas más fáciles el primer paso era sin duda realizar que Rahn entrara en las SS, de ese modo podía formar porción de la expedición que viajó a la zona francesa de Languedoc, origen de la herejía cátara y factible emplazamiento de los descendientes de Cristo.  ¿Localizó Hitler el Grial en mencionado emplazamiento? Evidentemente no, y peor incluso, Rahn murió congelado en la cuspide del Wilden Kaiser, en Austria, siguiendo lo que para bastantes fue un tipo de suicidio ritual que él asociaba a la sociedad cátara.

El segundo paso para Himmler y Hitler fue España, en particular Montserrat, en el valles occidental catalán, cumpliendo el mismo camino que Parsifal, en su búsqueda particular del Santo Grial y que además se narraba en la ópera de Wagner (el compositor favorito de Hitler).

Arribaron al castillo de Montsalvat esperando localizar la fuente de la eterna juventud. Pero, ¿Dieron con el preciado objeto? No. De reciente hubieron de asimilar otra empresa fallida, la interpretación de Wagner podía deberse tanto a Montserrat como a otro castillo con nombre algo semejante: Montségur , situado en Francia. Lo verdaderamente curioso de esta expedición es que, el abad de Montserrat, Antoni María Marcet, se negó a recibirlos sabiendo el desprecio que Hitler poseía a la Iglesia Católica. Manifestó no conocer alemán y con ello se evitó tener que estar presente en tan incómodoencuentro.

Si bien algunas fuentes arribaron a decir que los nazis se fueron de allí no muy decepcionados, pues entre sus maletas consiguieron llevarse alguna información relevante sobre la reliquia… ¿De qué trataban esos informes?Desgraciadamente lo desconocemos, lo único que conocemos es que más adelante, la búsqueda del Grial fue sustituida por otra empresa incluso más desafiante: localizar “La lanza de Longinos”.