¿Cómo tuvo su origen la vida en la Tierra? ¡Gran duda! y la contestación puede tener varias vertientes. Actualmente, un reciente ensayo propone que la vida habría aparecido de una mezcla única de sales sucedida en la Tierra primordial.
Ninguno de nosotros estaría presente si los organismos no hubieran cobrado vida hace miles de millones de años. El asunto de cómo apareció esa chispa sigue fascinando a los investigadores.
Un nuevo estudio que analiza cómo las circunstancias en la Tierra primordial podrían haber producido vida ha reseñado una combinación de sales que, mezcladas con los flujos de calor de la roca fundida, podrían haber contribuido eventualmente a la creación de biomoléculas autorreplicantes.
Esta autorreplicación es una parte clave de la teoría del «planeta del ARN»: el plan de que los ácidos ribonucleicos (ARN) pueden guardar información biológica y hacer el plegamiento de la estructura necesaria para que la vida crezca y evolucione hasta el estado actual.
En este suceso, los investigadores observaron la combinación de magnesio (Mg) y sodio (Na) como podría haber sido en la Tierra en sus primeros años: para que funcione el plegamiento del ARN, una concentración relativamente alta de iones de magnesio doblemente cargados y una concentración más baja de sodio cargado individualmente.
El equipo internacional de experto que hicieron el ensayo, escribieron:
“En consecuencia, surge la duda de qué entornos en la Tierra primitiva podrían haber proporcionado circunstancias salinas adecuadas para tales procesos prebióticos. Un proceso geológicamente posible que produce entornos salinos es la lixiviación de sales del basalto. Como un derretimiento parcial primario del manto de la Tierra, el basalto es uno de los tipos de rocas más abundantes que se pueden esperar en la corteza temprana de la Tierra, al igual que en la corteza de diferentes mundos terrestres en nuestro Sistema Solar”.
El equipo sintetizó vidrio basáltico, que sucede naturalmente en la Tierra cuando el basalto derretido se enfría velozmente (por contacto con el agua del océano, como ejemplo), y lo caracterizó en sus diferentes formas, incluidas roca y vidrio.
El vidrio basáltico se produce cuando el basalto derretido se enfría velozmente, como ejemplo, cuando penetra en contacto con el agua del océano. (Public domain)
Un examen de el numero de magnesio y sodio extraído del vidrio, bajo una diversidad de temperaturas y con una diversidad de tamaños de grano, continuamente enseñó significativamente más sodio que magnesio.
asimismo, los niveles de magnesio continuamente fueron significativamente más bajos de lo requerido para que el plegamiento del ARN prebiótico funcione correctamente. Los expertos desvelaron que la parte que faltaba en el proceso eran los flujos convectivos de calor.
Christof Mast, biofísico de la Ludwig Maximilians University, manifestó en una declaración:
“Esta situación cambió notablemente cuando se agregaron corrientes de calor, que es muy posible que hayan estado actuales a causa de los elevados niveles de actividad geológica esperados en ambientes prebióticos. Hemos comprobado que una mezcla de rocas basálticas y corrientes de convección sencillos pueden dar sitio a la relación óptima entre los iones Mg y Na en circunstancias naturales”.
Los gradientes de temperatura que se presentan en las estrechas grietas y poros del vidrio basáltico crean los flujos convectivos imprescindibles para la optimización de la sal y además mueven más iones contra la corriente, creando lo que se conoce como termoforesis.
Juntas, la convección y la termoforesis aumentan el numero de iones de magnesio en la mezcla, creando circunstancias en las que puede ocurrir el ARN autorreplicante, muestra el ensayo. El mismo tipo de reacciones químicas puede haber sucedido en la Tierra hace 4 mil millones de años.
Esta lixiviación de sales del basalto, que se localiza en abundancia en el manto de la Tierra, se ajusta a la plantilla para que funcione la teoría del planeta del ARN, muestra el estudio. asimismo, amplía las posibilidades en términos de mezclas de sal que pueden haber ayudado a encender la vida.
Los expertos escribieron en su publicación:
“El comienzo comprobado aquí es aplicable a una amplia gama de concentraciones y composiciones de sal y, como tal, es muy relevante para diversos escenarios del origen de la vida”.
Los descubrimientos de el estudio han sido publicados en Nature Chemistry.