El mal nos asusta y nos atrae, por eso las mejores historias de terror son las que Cuentan malvados ensayos. Pero en la historia actual de la sociedad la realidad supera la ficción en lo referente a evidencias médicas crueles y macabras. Hemos reunido en una relación los ensayos más malvados a los que el ser humano ha sometido a sus congéneres, sobre todo los más indefensos y desfavorecidos. 1. Experimento Tuskegee En 1932 médicos subvencionados por el Gobierno de EE.UU. iniciaron en Tuskegee, Alabama, un experimento que poseía como objetivo investigar la progresión natural de la sífilis sin la auxilio de tratamiento. En el transcurso de 40 años, 399 pacientes sifilíticos, la mayor parte de ellos pobres, negros y aparceros analfabetos, pensaron que se les se encontraba proporcionando asistencia médica estatal gratuita, mientras que en verdad no recibían tratamiento alguno y ni siquiera sabían que poseían sífilis. Simultáneamente, los médicos seguían controlando su estado de salud para ver si se daba algún suceso de autocuración de la dolencia. Al final del ensayo, solo 74 personas de los enfermos seguían con vida. 28 pacientes murieron directamente a causa de la sífilis, 100 murieron a causa de complicaciones vinculadas con la dolencia, 40 esposas de los pacientes fueron infectadas y 19 niños nacieron con sífilis congénita.
 2. El Plan Aversión (Aversion Project) Con la auxilio de psiquiatras del Ejército y capellanes militares, el régimen del ‘apartheid’ de Sudáfrica se libraba de los homosexuales en las fuerzas armadas del país. Tras confesar su orientación sexual eran enviados a un hospital militar en las proximidades de Pretoria, a un sitio denominado ‘la Sala 22′. Allí, entre 1971 y 1989, múltiples de las víctimas fueron sometidas a castraciones químicas y a descargas eléctricas con el fin, teóricamente, de curarlas de su “condición” homosexual. 900 hombres fueron sometidos a cirugías forzadas de “reasignación sexual”. Los hombres fueron convertidos quirúrgicamente en mujeres en contra de su voluntad y devueltos a la vida civil sin los medios para costear las caras hormonas necesarias para preservar su nueva identidad sexual.
3. Ensayo STD de Guatemala En 1947, cuando se reveló que la penicilina era útil para sanar la sífilis, el Gobierno de Estados Unidos tomó la decisión de mandar prostitutas sifilíticas a los presos, enfermos mentales y soldados de Guatemala, ninguno de los cuales dio su consentimiento para participar en un experimento. Si un hombre lograba eludir la infección, la dolencia le era inoculada. Una vez infectadas, algunas víctimas eran tratadas con penicilina y diferentes no para investigar las diferencias de reacción. En torno de un tercio de las mas o menos 1.500 víctimas no recibió penicilina. Más de 80 ‘participantes’ en el experimento murieron.
4. Ensayos con agente naranja De 1965 a 1966, el medico Albert Kligman, financiado por Dow Chemical, Johnson & Johnson y el Ejército de Estados Unidos, llevó a cabo lo que se estimaba “un estudio dermatológica” de mas o menos 75 prisioneros, en el marco de la cual estudió los efectos del herbicida conocido como ‘agente naranja’ en los entes humanos. A los prisioneros se les inyectó dioxina (un subproducto tóxico del agente naranja) en una cantidad 468 veces mayor a la originalmente requerida por el ensayo. Como resultado, los presos desarrollaron cloracné (acné severo combinado con espinillas, quistes, pústulas) en la rostro, las axilas y las ingles. Mucho tiempo mas tarde de que terminaran los ensayos los presos continuaron sufriendo los efectos.
5. Cáncer negro Desde 1960 hasta 1971, Eugene Saenger, radiólogo de la Universidad de Cincinnati, condujo un experimento para el que expuso a 88 pacientes con cáncer, pobres y en su mayoría negros, a radiaciones en todo el cuerpo. Las víctimas no firmaron ningún formulario de consentimiento, ni fueron informados de que el Pentágono financiaba el ensayo. Sencillamente les dijeron que recibirían un tratamiento que les podría auxiliar. En una hora recibieron el similar a en las proximidades de 20.000 radiografías, como resultado de lo cual sufrieron náuseas, vómitos, dolor de estómago severo, pérdida del apetito y desconcierto mental. Un reporte de 1972 apuntó que hasta una cuarta porción de los pacientes murieron a causa de la radiación.
6. Ensayos en esclavos El hombre considerado el padre de la ginecología moderna, James Marion Sims, llevó a cabo cuantiosos ensayos en esclavas en EE.UU. entre 1845 y 1849. Mujeres con fístulas vaginales y desgarros entre la vagina y la vejiga fueron sometidas a tareas sin anestesia. Como eran esclavos no poseían voz para protestar. Algunas pasaron un máximo de 30 tareas.
7. Segunda Guerra Mundial: auge de ensayos malvados a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, en 1942 los alemanes de la Luftwaffe sumergían a prisioneros desnudos en agua con hielo durante un máximo de tres horas para investigar los efectos de las bajas temperaturas sobre los entes humanos y para idear maneras para conseguir que una persona con hipotermia volviera a entrar en calor. Diferentes prisioneros fueron sometidos a estreptococos, tétanos y mionecrosis o les ataban los vasos sanguíneos para concebir heridas artificiales “como las del campo de batalla” y les introducían partículas de vidrio en las heridas para agravarlas. El objetivo era probar la eficacia de la sulfonamida, un agente antibacteriano. El conocido medico nazi Josef Mengele inyectó varias compuestos químicos en gemelos, y tambien juntó a dos cosiéndolos para concebir gemelos siameses.  Los ensayos japoneses son ejemplo de atrocidades incluso mayores: extremidades del cuerpo fueron amputadas y después cosidas en diferentes partes del cuerpo. Las extremidades de las víctimas fueron congeladas y volvieron a descongelarse, resultando en gangrena. Diferentes bacterias y dolencias se inyectaron en prisioneros para investigar sus efectos. La Unidad 731, al mando del comandante Shiro Ishii, llevó a cabo estos ensayos en el nombre de el estudio biológica. El general estadounidense Douglas MacArthur concedió a Ishii la inmunidad a cambio de información bacteriológica conseguida por medio estos ensayos macabros.
8. Plan 4.1 El Plan 4.1 fue un ensayo doctor hecho en los originarios de las islas Marshall, que en 1952 fueron expuestos a lluvia radioactiva tras una evidencia nuclear en el atolón de Bikini. En vez de comunicar a los habitantes de la isla de su exposición y de tratarlos mientras eran estudiadas, EE.UU. prefirió sencillamente esperar y ver los resultados de la exposición. Posteriormente de la primera década, el numero de los niños con cáncer de tiroides creció significativamente por encima de los índices normales. En 1974, casi un tercio de los isleños habían desarrollado tumores.

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Por Alejandro

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