Conocimiento del Universo: sepulturas antiguos alineadas con los astros
Desde tiempos antiguos, el ser humano parece haber estado muy interesado en los sucesos celestes guardando, en bastantes sucesos, registros más precisos de lo que cabría pensar de los cuerpos observables y sus movimientos, reproduciéndolos asimismo en los zonas más asombrosas.
Uno de estos emplazamientos es particularmente una sepulcro situada en una población japonesa llamada Asuka que presenta una decoración muy particular vinculada con el firmamento.
Túmulos funerarios
«Kofun» es el nombre que obtienen unas construcciones funerarias propias de esta nación que comúnmente son túmulos megalíticos presentándose en diversos tamaños y distintas formas, los más conocidos quizás sean los que poseen forma de ojo de cerradura, si bien además los hay rectangulares, circulares y cuadrados. Cumplían la función de sitio de enterramiento de personas consideradas en un alto nivel social.
Uno de estos túmulos es el conocido como «Sepulcro Kitora» que habría sido erigido entre el s. VII y el s. VIII pero que no sería desvelado hasta 1983 en cuyo interior se encuentra una reducida cámara de roca de no más de un metro de alto mas o menos y poco más de dos metros de una pared a otra pero estos muros sirven como lienzo de unas imágenes que se han convertido en un tesoro nacional de Japón.
Los cuatro símbolos
Sucede que las cuatro paredes de la cámara están alineadas con los puntos cardinales estando además decoradas con fascinantes murales:
- La tortuga negra, además llamada «el guerrero negro», «Genbu» o «Xuanwu» en chino, que se encuentra en el muro norte. Este signo representaba particularmente el norte y la estación invernal.
- El dragón azul o Seiryu, relacionado con el agua y la primavera y el este, justo la pared en la que se emplaza.
- El fénix rojo, guardián del sur se encuentra en la pared alineada con este mismo punto cardinal, además es conocido como «Suzaku», simboliza el fuego y el verano.
- El tigre blanco se halla en la pared oeste, quien, además denominado «Byakko» simboliza el otoño.
Estas cuatro bestias, son figuras mitológicas originarios de las constelaciones chinas conocidos como «Cuatro símbolos», criaturas mitológicas que representarían una estación y guardarían uno de los puntos cardinales. En el sistema astronómico chino, varias constelaciones entraban en el interior de alguno de estos símbolos.
Pero, esto no es lo único que se ha representado en las paredes de la sepulcro…
Murales
En estas mismas paredes, además de los cuatro guardianes, se han representado diferentes figuras: en cada uno de los muros aparecen tres signos del zodíaco chino, hasta completar los doce, cada uno situado según su posición en el cielo. Cada uno de los signos es representado por un animal pero en el suceso de estos frescos, se trata de las cabezas de cada uno con cuerpos humanos.
Pero tal vez el fresco más fascinante se ubique hacia arriba…
Mapa astronómico
Particularmente en el techo de la estancia se trabajó otro fresco continuando con las referencias celestes, pero este quizás sea el más determinado.
No se reveló hasta 1998 una imagen compuesta por tres círculos rojos concéntricos y uno que los cruzar representando la eclíptica, vocablo que alude al movimiento del Sol contemplado desde la Tierra. En color dorado figuran además 28 constelaciones pero varios investigaciones insinúan que en origen, esta pieza debió de representar en torno de 350 cuerpos celestes y 68 constelaciones, de los cuales, más de la mitad han podido ser confirmados.
Toda una sepulcro de los astros que nos enseña la gran importancia de estos elementos en las sociedades antiguas.