Cuando hablamos de ahondar en el enigma de los Registros Akáshicos, bastantes investigadores alegan su presencia se remonta a miles de años. sin embargo, fue a fines del siglo XIX que, por medio de varios místicos teosóficos, el asunto empezó a instalarse en el imaginario social.
La probabilidad de una memoria global perdurable en el tiempo, como una huella personal e intransferible distinguiendo a cada ser humano, es eje de una controversia interminable, donde ciencia y espiritualidad enfrentan una batalla sin fin.
En esta noticia hacemos un repaso por su derrotero. Ajusten sus cinturones, se avecina un viaje movido.
Crónicas de Akasha
“Desde tiempos lejanos, son bastantes los escritos que se hacen eco de la presencia de un sitio donde toda nuestra memoria queda almacenada. Un tipo de biblioteca que acoge no sólo nuestros pensamientos, acciones o vivencias, sino además la de todos los zonas y entes del mundo. Todo queda energéticamente grabado, como si fuera un banco de memoria cósmica, donde se hallan todas nuestras vidas pasadas, actuales y futuras”. Ikigai Healer. Historia de los Registros Akáshicos.
Para comprender esta historia debemos ahondar en el Akasha. De origen sánscrito, el vocablo alude a la presencia de un quinto elemento no admitido por la ciencia, conocido como el éter. Estamos ante una energía invisible y no detectada, que estaría rodeando a todo ser vivo, y por ende al mundo.
Pero el Akasha además vincula a diferentes apelativos, como son el alma, cosmos, atmósfera, sustancia, y hasta fuerza vital, dando cuenta de su inmenso versatilidad. Buceando en algunas crónicas pasadas, poseemos que en la Biblia el concepto de memorias espirituales trata de un Texto de la Vida, como un tipo de registro kármico, donde aparecen compiladas todas nuestras acciones.
En la teología islámica, se lo conoce como La Tableta Preservada, registro divino enumerando el devenir futuro. En el interior de la convicción budista el Akasha es la memoria universal. Para Egipto serán las Tablas de Thot. en cambio, será la tradición hindú quién más tributará el Akasha, reconocido como un causa preponderante. observemos.
Chitragupta dios hindú y registrador de las acciones humanas, al igual que del karma. Cortesía: bansansuk.com
Chitragupta Maharaj. El Dios que custodia los misterios
“El Señor Brahma entró en meditación durante 11.000 años y cuando abrió los ojos vio a un hombre que sostenía un bolígrafo y un tintero en sus manos y una espada ceñida a su cintura. El Señor Brahma habló: “Tú has sido creado de mi cuerpo (Kaya), por lo tanto, tu progenie será conocida como Kayasthas. Has sido concebido en mi mente (Chitra) y en incognito (gupta), tu nombre además será Chitragupta. Brahma después le ordenó que impartiera justicia y castigara a quienes violaran el dharma (deberes)”. God Su Love. Dev Chitragupta ji.
Este dios de origen hindú, está considerada como el gran escriba que recoge las acciones de los hombres, teniendo además la potestad, seleccion sobre quién logra el traspaso al reino celeste, o infernal. En la descomposición de su nombre, Chitra, es una imagen almacenada en la mente subconsciente. Gupta, sin embargo, refiere a los misterios más ocultos de la misma.
Annie Bessant fue la primera ocultista en presentar el vocablo Registros Akáshicos. Cortesía: juanpebooks.com
Chitragupta lleva sus anotaciones, en un cuaderno conocido como Agra-sandhânî, y que sirve de lectura durante el juicio del alma. En su Doctrina Secreta I, Helena Petrovna Blavatsky presenta otra contraparte de este enigma al referirse a los Lipika, que además de escribientes son entes divinos vinculados con el karma y la retribución. Los Lipika son además Registradores o Cronistas que imprimen en las tablillas invisibles (para nosotros) de la Luz Astral.
Escribiendo estos registros:
“Son escritos fieles de cada acción, y de cada pensamiento del hombre, de todo cuanto era, es o será, en el Cosmos fenomenal. Un vasto museo de pinturas de la eternidad. Como se dice en Isis sin Velo, este lienzo divino e invisible es el Texto de la Vida“.
Annie Besant y los Registros Akáshicos
“El registro akáshico es como una gran película fotográfica, que registra todos los deseos y las experiencias terrestres de nuestro mundo. Aquellos que lo perciban verán una imagen en este sentido: las experiencias de vida de cada ser humano desde que empezó el tiempo, las reacciones a la experiencia de todo el reino animal, la agregación de las formas de pensamiento de naturaleza kármica (basadas en el deseo) de cada unidad humana. a lo largo del tiempo. Aquí yace el gran engaño de los registros. Solo un ocultista entrenado puede diferenciar entre la experiencia real y las imágenes astrales creadas por la imaginación y el deseo entusiasta”. Annie Bessant. La unión lograda y sus resultados (1927).
En 1898 la gran ocultista británica, y sucesora de Blavatsky en el interior del movimiento teosófico, Annie Besant, 1847-1933, publica una obra clave La Antigua Sabiduría. Allí por vez primera Bessant inaugura el concepto de Ficheros Akáshicos, que después alcanzaría gran importancia durante el movimiento Nueva Era. En esto escrito Besant defendía la presencia de una realidad incorpórea ignorada por la sociedad.
“Son escritos fieles de cada acción, y de cada pensamiento del hombre, de todo cuanto era, es o será, en el Cosmos fenomenal. Un vasto museo de pinturas de la eternidad. Como se dice en Isis sin Velo, este lienzo divino e invisible es el Texto de la Vida“.
Decía Besant:
“Aquellos que pueden acceder a estos registros serían personas con dones espirituales, tales como los chamanes u otro tipo de médiums, los cuales se diferenciarían unos de diferentes en cuanto al modo de ingreso en dichos registros, pudiendo ser por medio del sueño lúcido, la proyección astral u diferentes formas de «experiencias fuera del cuerpo”.
Rudolf Steiner, y la Crónica de Akash
“Los que han aprendido a leer ese escrito viviente, pueden volver la vista hacia el pasado mucho más remoto del cual nos simboliza la historia externa, y en base, a la percepción espiritual directa, pueden además explicar con mayor lealtad las cosas de que nos habla la historia”. Rudolf Steiner. La Crónica del Akasha, 1987.
Rudolf Steiner -1861-1925-, vino al mundo en Kraljevec (antiguo Imperio Austro Húngaro). Hijo de una familia humilde, cursó investigaciones en la Escuela Técnica Superior de Viena. A los 23 años se doctoró con el título de Filósofo en la Universidad Alemana de Rostock. Contaba además con diplomas en Química, Física y Biología, materias que dominaba a la perfección. Desde su temprana infancia fenómenos de clarividencias se manifestaron en el adolescente Rudolf.
Estos desarreglos paranormales lo obligaron a comenzar una búsqueda en el campo espiritual, con el objetivo de entender y dominar estos estados, que él estimaba un signo inequívoco de la naturaleza humana y de la que había que deshacerse para eludir la desconcierto que estos causaban en la psique del hombre. en cambio, su orientación futura en este campo se vio influenciada además por la presencia de un «Maestro desconocido», que a la edad de los 18 años, lo inició en la forma correcta de ver más allá del tiempo y del cosmos, y que además le apuntó la necesidad de que adquiriera un conocimiento hondo de la mentalidad científica, para poder rebatir de este modo el materialismo imperante. Sus capacidades psíquicas permitieron a Steiner hacer investigaciones muy profundos sobre campo astral, que dejó plasmado en diversos trabajos.
Edgar Cayce asombró a sus contemporáneos por sus dotes psíquicos, que inclusive le posibilitaban curar. Cortesía: globalakasha.com
Uno de ellos fue Memoria Cósmica, prehistoria de la tierra y el hombre, 1904, donde anotó lo siguiente:
“El hombre puede penetrar a los orígenes eternos de las cosas que se esfuman con en el tiempo. Un hombre amplía su poder de cognición de esta forma si no está restringido a la prueba externa donde el conocimiento del pasado se halla. Por lo tanto él puede ver en acontecimientos lo que no es perceptible a los sentidos, aquella parte que el tiempo no puede destruir. Él penetra de una historia transitada a una historia no transitada. Es un hecho que esta historia está escrita con diferentes propiedades que nuestra ordinaria historia del hoy no denota. En gnosis y en teosofía es llamada ‘El registro Akáshico’. Para aquellos no iniciados que no se han convencido aun así mismo de la realidad de un planeta espiritual separado por su propia experiencia, el comenzar al parecer una sencillo visión, si no es que algo peor. Aquél que haya adquirido la destreza de percibir en el planeta espiritual llega a conocer acontecimientos pasados en su personaje perpetuo. Ellos no están de pie anteriormente de él como el una declaración muerto de la historia, pero surgen en la vida llena. En un cierto sentido, lo que ha pasado no sucede anteriormente de él. Steiner dejó plasmado sus visiones de ese planeta astral, (que después buscaría prescindir, por considerar ese poder como un impedimento para su mejor evolución), en una sucesión de libros retratando ese cosmos invisible, siendo varios El Qui to Evangelio, Clarividencia Antigua y Moderna, Las Jerarquías Espirituales. Su Reflejo en el Planeta Moderno, y La Crónica del Akasha. La Vida en los Continentes Desaparecidos de Atlántida y Lemuria“.
La gran ocultista rusa Helena Petrovna Blavatsky avaló, El Texto de Dzyan recoge crónicas del Akasha, remontadas a miles de años.
Edgar Cayce. El Profeta Durmiente
“Cada fuerza, cada materia, es producida por una fuerza conocida como espiritual. Si bien el cuerpo está formado por elementos atómicos, supe atómicos, gaseosos, influencias que se combinan, todos ellos emanan su radiación, tanto en lo que corresponde a la reacción mental como a lo que hace el cuerpo-mente con esa reacción de esa fase. O manifestación en que la entidad es consciente en ese período. Y se registra en lo conocido o probado por la mente consciente como tiempo y cosmos. Y es posible leer como las crónicas de una página impresa. Por tanto, lo que ha sido el pensamiento, la actividad de la entidad durante toda la duración de su experiencia en la materia, en las fuerzas gaseosas, en las influencias atómicas, es parte integrante del ser de la entidad. Por tanto, somos la suma, la sustancia de lo que hacemos, poseemos o podemos pensar y realizar. Porque cada entidad tiene esa impronta de Energías Creativas o Fuerza Creativa que la convierten en una influencia que se ve, se conoce, se siente, de un extremo al otro del cosmos”. Extractos de las Lecturas de Edgar Cayce. Las Crónicas del Akasha y su Interpretación.
Uno de los místicos más relevantes que divulgó misterios encima del Akasha, fue el vidente norteamericano Edgar Cayce. Quién fuera conocido como el Profeta Durmiente, vino al mundo en Hopkinville, Kentucky el 18 de marzo de 1877.
Ya desde niño desplegó poderes de percepción, que parecían extenderse más allá de su alcance. A la edad de seis o siete años, aseguró a sus padres le era factible ver y hablar a veces, con parientes que habían difunto hace poco. Sus padres atribuyeron esto, a la imaginación muy activa de un niño solitario, influido por el dramático lenguaje de las reuniones religiosas famosos en ese sector del país. Años después, al dormir con la cabeza sobre sus libros escolares, desarrolló una forma de memoria fotográfica que le ayudó muchísimo a lograr un rápido avance en el colegio del sitio. en cambio, esto se esfumó y se esfumó con el tiempo, y Edgar estuvo únicamente en actitud de terminar el séptimo grado, anteriormente de tener que rastrear su propio sitio en el planeta.
En 1898, a la edad de veintiún años, se transformó en vendedor para una compañía papelera mayorista. Más o menos por esa era se le desarrolló fuertemente una parálisis gradual de los músculos de la garganta, que le amenazó con la pérdida de la voz. Cuando los médicos declararon su impotencia para revelar el motivo física de esta dolencia, se intentó la hipnosis, pero ésta dejó de producir efectos curativos permanentes.
Como último recurso, Edgar pidió a un amigo que le ayudara a volver a entrar en el mismo tipo de sueño hipnótico que le había permitido memorizar sus libros escolares cuando niño. Su amigo le hizo la sugestión necesaria y una vez que se localizó en trance auto inducido, Edgar pudo enfrentarse y examinar sus propios contratiempos. En esa ocasión se recomendó medicamentos y terapia manipulativa, cosa que le dejó recuperar con todo éxito su voz, y curar las molestias de la garganta.
Un grupo de físicos de Hopkinville y Bowling Green, Kentucky, aprovecharon su excepcional talento para diagnosticar a sus pacientes y pronto desvelaron que lo único que Cayce necesitaba era el que se dieran el nombre y dirección del paciente y por lo tanto se sintonizaba mediante telepatia con la mente y cuerpo de esa persona, donde quiera que ésta estuviera, con tanta facilidad como si ambos se hallaban en la misma habitación. No le era necesaria, ni se le proporcionaba, ninguna otra información en relación con algún paciente.
Cayce murió el 3 de enero de 1945 en Virginia Beach, legando más de catorce mil registros estenográficos totalmente documentados, de las comunicaciones telepáticas y de clarividencia, que había transmitido a más de ocho mil personas distintas durante un lapso de cuarenta y tres años. A estos informes se los conoce como «lecturas».
Estas lecturas constituyen uno de los registros más grandes e imponentes de percepción psíquica que haya llegado a emanar de un único individuo. Un desglose cercano de las lecturas, conforme con el tópico cubierto por el título, señala que próxima del sesenta por ciento son diagnósticos físicos, veinte por ciento «lecturas de vida», y el veinte por ciento puede agruparse bajo el encabezado de «diferentes». Esta categoría de diferentes, incluye lecturas sobre tópicos comerciales, temas mentales y espirituales, interpretación de sueños y una gran diversidad de «asuntos misceláneos». De las catorce mil lecturas que Cayce dejó como una declaración de su excepcional poder, 2.500 son lectura de vida, múltiples de las cuales tratan de la reencarnación de individualidades consultantes, por medio de la historia. A las 2.500 lecturas debemos restarle 700, correspondientes a la visión del vidente sobre Atlántida, englobando un período de veinte años, que van de 1924 a 1944. A desigualdad de los ocultistas, »que presentaban un cuadro difícil de la Atlántida y de el pensamiento humano», Cayce, centró sus lecturas en la historia de sus individuos, y de su desarrollo personal.
Las lecturas de Cayce sobre la Atlántida, tuvieron un hondo impacto en la sociedad popular. Hasta el día de su fallecimiento el poderoso vidente norteamericano, aseveró a sus íntimos, le era factible penetrar en los planetas tenues del éter, donde manifestó poder contemplar sucesos muy antiguos, con los cuales lograba sintonizar.
En La Crónica del Akasha y su Interpretación, Cayce manifestó:
“Se puede decir que la Crónica Akasha es el Destino en la entrada de un alma a la materialidad. Las crónicas hechas por la actividad de la energía utilizada, dejan su huella en la onda etérica que registra entre el tiempo y el cosmos lo que se quiere poner en él, en cuestión de lo que estimula y produce. Así, este cuerpo por medio de donde viene los datos, dado que está en concordancia o sintonía, por medio el sometimiento de la conciencia a la materialidad, se transforma en el canal a lo largo del cual se pueden leer tales crónicas. La interpretación de las crónicas depende, por tanto, de lo buen lector que sea el cuerpo o de lo bien que esté en sintonía con las diferentes experiencias por las que ha pasado la entidad que busca, o las crónicas que ha hecho esa alma. Por tanto, es posible leer mucho más en una historia detallado de una experiencia por la que han pasado ambas almas que de ambientes que no han sido participes de esa alma que así interpreta las tareas.
Las apreciaciones de estas (crónicas) pueden variar mucho, y esto depende de las fases en las que se desarrolle el abordaje. De la misma forma que, en las experiencias componentes, las seres que evalúan un suceso o suceso se observan obligadas a dar su versión conforme a la reacción a su ideal – y a los empujados por la meta del individuo que así los evalúa. Al dar las apreciaciones de las crónicas de esta entidad, múltiples cosas en la crónica surgen en símbolos.
Todo el cuerpo emite aquellas vibraciones con las que él, el cuerpo, se controla en lo mental, en lo físico, y esta radiación se denomina aura. Los médiums o un psíquico en ciertas fases de los fenómenos psíquicos obtienen sus impresiones de tal radiación. En cuestión de las experiencias en la tierra, estas han sido múltiples y muy variadas. Para bastantes de ellos ni siquiera es bueno darse a conocer a uno mismo, y por eso han sido borrados del texto de sus recuerdos, al igual que Él la borra del texto de la memoria de Dios, si se aman los unos a los diferentes, si distribuyes a tu prójimo, sí, a tus hermanas en todos los caminos de la experiencia ese amor del cual eres capaz en ti mismo. Porque a quien le ha amado mucho se le puede dar mucho.
En el tiempo y el cosmos están escritos los pensamientos, acciones, actividades de un ente – en relación con su alrededor, su influencia hereditaria; como se aborda – ya sea el juicio extraído de o conforme con cuál es el ideal de la entidad. Por tanto, como a veces se le ha denominado, la crónica es el texto de la memoria de Dios; y cada entidad, cada alma – como las tareas de un día de un ente en el planeta material – hace algo bueno o malo o indiferente (memoria), conforme con la aplicación de la entidad de la entidad a ella que es la figura ideal para el uso del tiempo, oportunidad y expresión de lo que cada alma penetra en una manifestación material”.
Hasta Aquí.
Conclusión
La dualidad ciencia versus misticismo sigue cruzando estos sucesos que se adentran en el espinoso campo paranormal.
Hay la convicción que los Registros Akáshicos no son más que invenciones modernas, puras supercherías new age, nacidas al calor de místicos y sensitivos. en cambio, son bastantes los testigos evidenciando esta realidad, por actualmente improbable.