La figura más sencillo de localizar vida inteligente en otro mundo es mirarla con un telescopio. Si fuera factible registrar la luz en el rango característico de las fuentes artificiales, es posible que se refiera a metrópolis y construcciones de una civilización extraterrestre.
Uno de los posibles candidatos para la búsqueda de vida alienigena es Proxima b. Este exoplaneta orbita Proxima Centauri, una enana roja a 4,24 años luz de la Tierra. La resolución de los telescopios espaciales modernos, inclusive a esa separación, no es bastante, señala el portal Universe Today.
Simultáneamente, se está preparando para su lanzamiento el más poderoso Telescopio Espacial James Webb (JWST); está previsto que se ponga en órbita mas tarde del 31 de octubre de 2021.
Eliza Tabor de la Universidad de Stanford y Abraham Loeb de Harvard decidieron usar un modelo matemático para probar si JWST podía ver la luz de una civilización supuesta en Proxima b.
Sus cálculos mostraron que si la iluminación del lado nocturno del exoplaneta alcanza un nivel del 5% de la luz natural del día, por lo tanto JWST podrá definir el origen artificial de la luz con una posibilidad del 85%.
A modo de comparación, en la etapa actual del desarrollo humano, esta cifra es solo del 0,001%. Desde la órbita de Proxima b, la luz de las metrópolis terrestres no es posible diferenciar con un aparato de esta clase.
Los telescopios más potentes de la cercana generación, programados para ser lanzados en órbita para 2035, pueden resultar más efectivos para localizar posibles culturas alienigenas.
Los cálculos del astrónomo Thomas Beatty de la Universidad de Arizona exponen que los prometedores telescopios espaciales LUVOIR y HabEx pueden, teóricamente, ver las luces de la civilización extraterrestre a una separación de hasta 10 parsecs.
El parsec es una unidad de largo utilizada para calcular las grandes distancias a los objetos astronómicos fuera del Sistema Solar, mas o menos igual a 3,26 años luz o 30,9 billones de kilómetros (19,2 billones de millas).