Los Incas poseían gran conocimiento del firmamento, de las constelaciones y de la Vía Láctea, y una propia y única concepción única del universo, a pesar de ser una antigua sociedad sin herramientas o instrumentos para estudiarlo.
Esta antigua civilización edificó su firmamento según sus principios. Algunas figuras de las constelaciones fueron trazadas por medio líneas imaginarias que asociaban una estrella reluciente con otra más proxima.
Los Incas, dado lo extenso de su territorio, arribaron a tener un conocimiento gran cantidad adelantado de la bóveda celeste, que utilizaron para sus actividades públicas y religiosas. Conocemos que las Pléyades poseían un concepto especial para ellos, dado que su primera aparición encima del horizonte oriental se usaba como mención para el calendario.
Los Incas conocían la revolución sinódica de los mundos, Construyeron un calendario Lunar para las fiestas religiosas y uno solar para la agricultura. Utilizaron elementos alrededor de las villas para hacer astronomía observacional.
“La concepción Inca del tiempo y su calendario estaba vinculado con su astronomía. Cada sociedad tiene su propia figura del firmamento, allí donde los europeos admiten ver un escorpión los campesinos de hoy ven un arado. La Osa Mayor de los occidentales era para los quechuas una Collca o gran almacén de granos. Algunas figuras de las constelaciones fueron trazadas por medio líneas imaginarias que asociaban una estrella reluciente con otra más proxima. Este es el procedimiento de ‘estrella a estrella’, como el que además emplean los europeos; pero además los Incas sabían ver los espacios interestelares, las grandes manchas oscuras del firmamento. La astronomía Inca estaba más avanzada que la de los occidentales.
Los Incas organizaron su mapa astronómico en función del Mayu, Gran río celeste (La Vía Láctea). Entre los principales personajes del firmamento andino está la chakana (Cruz del Sur), una constelación conocida en todo el Perú desde tiempos muy viejos.
Una figura dominante era la llama: un enorme cosmos interestelar oscuro, cerca de ella estaba la perdiz y el zorro. Entretanto en el otro lado se observan la figura de la serpiente y el sapo”.
Constelaciones Incas: la luz y la oscuridad
Al mirar los astros los Incas dieron cuenta de múltiples constelaciones, animales y cosas que pertenecen a sus vidas diarias. Pensaron que Viracocha le había dado a cada animal o ave, una estrella correspondiente y que todos los entes vivos estarían protegidos. La agrupación de estas estrellas en constelaciones se volvió una práctica muy notable para la civilización Inca.
Los incas ordenaron las constelaciones en dos grupos:
El primero conformado por las agrupaciones de estrellas que al ser conectadas, creaban imágenes de animales, dioses, héroes y más. Estas constelaciones se consideraron como inanimadas. Ellos pensaban que la agrupación de estrellas conocida como Pléyades, influía concretamente encima del bienestar de los animales.
El segundo tipo de constelaciones estuvo conformado por las manchas oscuras de la Vía Láctea. Estas manchas oscuras fueron consideradas constelaciones animadas (animales vivos) y la Vía Láctea era considerada un enorme rio astral, que era recorrido por los espíritus que terminaban su recorrido en la Tierra. Los Incas fueron una de las escasas culturas antiguas que fue capaz de identificar constelaciones sin la presencia de estrellas.
Estas son algunas de las constelaciones de animales identificadas por los Incas:
- Mach’acuay – la Serpiente
- Hanp’atu – el sapo
- Yutu – la perdiz
- Urcuchillay – la llama
- Atoq – Zorro
El culto de la sociedad Inca a las constelaciones, y el conocimiento de su importancia en el ciclo agrícola, contribuyó al pueblo Inca a sobrevivir a la conquista española y la era colonial.
Los Incas daban abundante importancia a las constelaciones y estaban muy interesados en la medición del tiempo para fines agrícolas. Poseían sus propias constelaciones, entre las cuales se sobresalen la Cruz del Sur y el Centauro.
La Vía Láctea era «el gran Rio o Mayu», una corriente reluciente cuyas zonas oscuras resaltaban nitidamente sobre las zonas vecinas, llenas de estrellas. Para ellos las Vía Láctea era oscurecida por sacos de carbón. La astronomía además jugueteó un papel muy notable para la edificación de sus metrópolis.
Creencia Inca: Todo está conectado
El culto Inca a los astros y constelaciones oscuras, nos enseña que esta sociedad creyó que todo alrededor de ellos estaba conectado. El firmamento poseía un concepto muy especial para el día a día de esta civilización. Y por si no lo sabía la maravilla de Machu Picchu está conectada profundamente a los astros. Los investigaciones arqueológicos y etnológicos recientes, confirman que Machu Picchu fue un sitio divino ceremonial, un centro de experimentación agrícola, y un observatorio astronómico.
En el presente gran cantidad de expertos realizan trabajo de campo en comunidades rurales andinas donde aun se pueden ver las constelaciones que los viejos incas contemplaron siglos anteriormente.
Sin duda, nuestros antepasados eran simplemente asombrosas.