Un reciente ensayo avisa que el virus de la rabia podría mutar, ya sea de forma natural o artificial, en una dolencia «apocalíptica» que convierte a los humanos en «zombis» hiper-agresivos.
Lo asevera una noticia difundido por Giuseppe Lippi, de la Universidad de Verona y Gianfranco Cervellin, del Hospital Universitario de Parma con el título de “Updates on Rabies virus disease: is evolution toward ‘Zombie virus’ a tangible threat?«
Si bien la rabia no provocará ningún apocalipsis zombi en el presente, el escrito de los doctores italianos sostiene que sería teóricamente factible, por medio ingeniería de virus natural o artificial, producir una cepa viral de la rabia que pudiera transmitirse de humano a humano.
Es más, afirman que sería factible que el virus pueda modificarse para incubar más veloz y tener una «neurotoxicidad mejorada» al igual que «una predisposición a desarrollar comportamientos altamente agresivos«, como la imagen tradicional que poseemos de los zombis que no es, precisamente, la de los conocidos de Haití
La rabia es producida por un virus denominado Rabies Lyssavirus, que pertenece a la familia Rhabdoviridae. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), para los naciones predominantemente en desarrollo, mas o menos el 99% de los sucesos son causados por la mordedura de los perros. Diferentes mamíferos infectados pueden trasmitirla: murciélagos, zorrillos, zorros, mapaches y lobos. La saliva infectada de estos animales puede entrar al torrente sanguíneo hacia el sistema nervioso central, donde localiza y daña preferentemente las neuronas del tronco encefálico, el tálamo, los ganglios basales y la médula espinal.
Es en este punto donde la dolencia puede evolucionar hacia dos seres clínicas diferentes: la rabia encefalítica (es decir, «furiosa») que supone la gran mayoría de los sucesos y la paralítica, en un 20 o 30% de los sucesos.
La rabia encefalítica se parece en su sintomatología al comportamientos de los zombis
Dado que el primer subtipo se caracteriza por fiebre, hiperactividad, hidrofobia, hipersalivación, deterioro de la conciencia, espasmos fóbicos o inspiratorios, estimulación autonómica, irritabilidad y conductas agresivas… diríamos que los pacientes con rabia encefalítica recuerdan la imagen tradicional de los «Zombis», resalta el ensayo.
El ensayo, pues, explora varios aspectos clave de cómo la rabia, que vinculada a la zombificación a través del aumento de la agresividad el contagio por medio mordeduras, podría transformarse en una dolencia que acabaría con el planeta y provocaría la destrucción total de la especie humana.
Actualmente se considera que la incidencia y la mortalidad de la dolencia de la rabia en todo el planeta es de 0,175 por cada 100.000 residentes. La incidencia es mayor en África y el sudeste asiático, casi el doble en hombres que en mujeres, con un pico más alto en la niñez. Tal y como anuncia la OMS, la rabia es mortal una vez que se presentan los síntomas.
“Debemos pensar de forma innovadora –dicen los investigadores– en que las plagas apocalípticas del virus de la rabia mutado pueden observarse como una amenaza imaginable para la sociedad.» El ejemplo del coronavirus es un hecho.
En 2011, el Centro para el Control de Dolencias de EE.UU, creó una novela gráfica y una sucesión de carteles y publicaciones que destacaban cómo manejarían un factible brote de zombis. Un plan irónico para aclarar al público cómo se prepara el CCE ante cualquier epidemia a gran nivel.
Ese mismo año, diversos oficiales subalternos de un proyecto de adiestramiento del Departamento de Defensa elaboraron un plan táctico sobre cómo un gobierno lidiaría con una amenaza zombi activa. ninguna persona imaginaba que en 2020 tendrían que ponerlos en marcha. Ver para creer.