La cuarta dimensión, o la posibilidad de escapar de los límites de nuestra percepción.


EL CIENTÍFICO RUSO NIKOLAI MOROZOV ESBOZÓ UNA INTERESANTE TEORÍA CIENTÍFICO-ESOTÉRICA QUE HABLA DE UNA CUARTA DIMENSIÓN.

Hay asimismo en la naturaleza una fuerza demasiado más energica, siquiera sea en otra figura que el vapor, y por medio de la cual, un solo hombre que pudiera apoderarse de ella y supiera dirigirla, trastornaría y cambiaría la faz del planeta. Esta fuerza era conocida por los viejos, y consiste en un agente universal cuya ley suprema es el equilibrio y cura dirección tiende inmediatamente al gran arcano de la magia trascendental.

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La cuarta dimensión, o la posibilidad de escapar de los límites de nuestra percepción.En una de sus cartas redactadas en Siberia en sus años de madurez intelectual, dirigida a sus camaradas de exilio, Morozov desarrollaría los esbozos de una interesante hipotesis científico-esotérica, la cual hablaría de una cuarta dimensión, más allá de las primeras tres, en las cuales habitamos la inmensa y normal mayoría de entes humanos y animales de la Tierra.

En verdad Morozov no sería el primer escritor que hablara sobre la cuarta dimensión. Algunas décadas atrás C. H. Hinton, un físico alemán, quien se diera a la tarea de conjugar las ciencias duras como la física, las matemáticas y la geometría con el espiritismo y varios ideas esotéricos, publicó una serie de artículos al respecto. Puede decirse que en verdad Hinton fue el primero en introducir en los lectores el concepto de cuarta dimensión. Más tarde el psicólogo ruso Piotr Demianovich Ouspensky abordaría en más de una ocasión el concepto de cuarta dimensión para realizar mención y investigar los estrechos límites de la percepción humana.

Morozov utiliza el procedimiento de analogías creado por Hinton. Décadas después además lo emplearía el físico judío Albert Einstein al soñar qué pasaría con el concepto de tiempo si pudiese ser observado a velocidades difíciles de concebir como a las que viaja la luz, del mismo modo que Ouspensky, creando con el mismo procedimiento modelos mentales que permitiesen explicar hipotéticamente las dimensiones superiores posibles de la percepción.

El procedimiento por analogías consiste en generar mundos imaginarios o modelos ficticios, los cuales sirven como referentes para investigar las dimensiones del cosmos y el tiempo que se localizan fuera del alcance de la percepción humana. Posteriormente se comparan los modelos unos con diferentes y se infieren diferentes conclusiones a partir de ello, creando escalas y categorías con las cuales terminan jerarquizándose y ordenándose dichos modelos. Es factible desarrollar toda una hipotesis científica con bastantes bases y sustentos tan sólo a partir de este procedimiento psicológico. Así realizan labores incluso varios físicos cuánticos y psicólogos cognitivos modernos en el presente, elaborando mundos mentales y construyendo experimentos psicológicos cuya comprobación tan sólo sucede en sus mentes. A pesar de su sencillez inicial, los resultados de este tipo de trabajos consiguen ser aplicados a la más avanzada tecnología y a los más diferentes campos del conocimiento, produciendo creaciones que poseen gran cantidad repercusión en la vida moderna.

Así, utilizando modelos geométricos mentales para establecer analogías nos encontraríamos con que las tres primeras dimensiones, en las cuales vivimos la mayor parte de los entes humanos de acuerdo con Hinton, Morozov y Ouspensky, poseerían las siguientes propiedades.

Primera dimensión: Habitada por entes lineales, cuya psique se encuentra restringida unicamente a líneas. Su pensamiento sería equivalente a poco más que el tamaño de puntos, como el suceso de varios insectos y organismos primitivos.Segunda dimensión: Planos. La percepción de los entes que viven en ella se encontraría limitada sólo a percibir planos, paredes, incapaces incluso de ver figuras de dimensiones más complejas que líneas y planos. No tienen la capacidad de sobresalir perceptualmente las figuras de su fondo. Varios insectos y mamíferos se localizan en ella.Tercera dimensión: La dimensión de los cuerpos. Es en la que habitamos los entes humanos; hay un mayor dominio del cosmos, con la capacidad de ver la diferencia entre figura y fondo. Los entes de las primeras dos dimensiones son incapaces de acceder a esta dimensión.

Morozov llegaría a la conclusión de que la percepción humana en verdad es exageradamente limitada, ubicándose tan sólo un nivel dimensional por encima de la de los insectos y los mamíferos.

Aunque ilusamente atribuimos a nuestros sentidos y pensamiento poderes imaginarios y sin límites, en verdad y con la auxilio del lenguaje humano y la lengua, tan sólo podemos llegar a la distinción de las figuras de su contexto, creando como resultado de nuestras categorías mentales y lingüísticas complejas hipotesis para explicarnos e soñar el planeta que nos rodea, pero al cual en verdad somos incapaces de acceder. Como el ciego que conoce el planeta a penas a tientas, con la punta de su bastón, y de ahí procede a inventarse historias y hipotesis sobre de cómo es.

Es curioso cómo precisamente un prisionero político en la Rusia zarista de finales del siglo XIX a partir de su encierro pudiese realizar volar su pensamiento y esforzarse por concebir en qué consistiría la cuarta dimensión, a la cual no tenemos acceso los entes humanos debido a nuestros limitados aparatos sensoriales y al poco uso que le damos a diferentes funciones de nuestro cerebro, las cuales se localizan en desuso o en franco proceso de corrupción debido a nuestro pobre estilo de vida, a la carencia de estímulos propicios y de una preparación adecuada.

Al intentar dar el salto hacia la cuarta dimensión, desafortunadamente, la formación como investigador duro de Morozov le impidió ir más allá de apuntar que aquella era la dimensión en la que habitaban los espíritus. Incluso ahí llegó y posteriormente se dedicó a escribir novelas, cuentos y tratados en donde reflexionaba sobre diferentes temas distintos.

Algunas décadas después, el adolescente psicólogo Piotr Ouspensky encontraría en sus viajes como reportero algunas de las cartas y libros publicados en el exilio por Morozov. se comenta que intentó contactarlo, luego de que el físico cumpliera sus 23 años de condena y retornara a su hogar en San Petersburgo con su familia, pero reveló que Morozov no concedía entrevistas y no recibía a reporteros bajo ningún motivo, dedicándose por completo a la investigación independiente, la redacción de sus libros y viviendo tan sólo de sus regalías como creador.

Ouspensky retomó el procedimiento de analogías trabajado por el escritor y empezó a proyectar la edificación de lo que sería un modelo mental de la cuarta dimensión, continuando el trabajo que Morozov dejó apenas esbozado décadas atrás.

Tras un par de años de reflexión, lectura y de aplicar diferentes experimentos psicológicos como hipnosis, yoga y meditación, llegaría a la conclusión de que la cuarta dimensión no estaba en otro lado más que en el interior del propio ser humano. Si éste deseaba en verdad ir más allá de los límites de su percepción y tener acceso al planeta superior siguiente, la cuarta dimensión, poseía que dejar de rastrear afuera y localizar la forma de penetrar en sí mismo cada vez más, conociéndose, retirando sus prejuicios y esquemas mentales viejos, purificando gradualmente su percepción de todas sus preconcepciones y juicios obsoletos.

Según Ouspensky, la cuarta dimensión, a la que tan complicado le es acceder al ser humano, es la dimensión del tiempo. ¿Qué ocurre cuando un individuo fallece, a dónde se traslada luego de morir?, eran cuestiones que se hacía Ouspensky luego de perder a varios de sus amigos y familiares en las grandes guerras de Rusia. Si no podemos conocer a dónde van los entes humanos luego de perecer, es porque al morir se trasladan inmediatamente más allá del tiempo. Son tragados por él. El tiempo es la categoría a la cual nos resulta tan complicado acceder y la dimensión siguiente a la que tendriamos que trascender, se contestó a sí mismo Ouspensky en sus fascinantes investigaciones. El tiempo es la cuarta dimensión.

Según el psicólogo y físico ruso, la cuarta dimensión, la del tiempo, sería circular. Por ello la sensación cíclica de que todo se repite, no sólo en la vida del ser humano sino además en la cronica humana, biológica, en la de los mundos, el Sol y el cosmos en general.

Ouspensky comprendió que el carácter circular del tiempo y de la cuarta dimensión poseía gran cantidad que ver con los símbolos de espirales y círculos trazados por los viejos magos, psicólogos y alquimistas de distintas épocas y creencias espirituales: la serpiente mordiéndose la cola (el misterioso uróboros que tanto fascinara a egipcios, griegos y chinos), el eterno retorno, el Tao, las espirales descritas y trazadas por sabios viejos de todo el planeta, etc. Quizá los pensadores, filósofos y médicos más viejos consiguieron intuir que lo que había más allá de nuestros sentidos era circular y con figura de espiral, no pudiendo ser hallado en lugar alguno más que al interior de nosotros mismos.

Años después, tras publicar el resultado de sus investigaciones en su conocido texto Tertium Organum, Ouspensky se vio obligado a abandonar San Petersburgo y Rusia, siendo actualmente él quien tendría que exiliarse.

Con la llegada de los comunistas, Rusia cambiaría su nombre por el de Unión Soviética y San Petersburgo por otro nombre horrible: Petrogrado.

Desde su exilio en Inglaterra, Ouspensky se enteraría de que los bolcheviques harían de Morozov un héroe por haberse rebelado varias décadas atrás a la autoridad del zar, a quien los comunistas asesinaran al lado con la familia imperial luego de su triunfo en la Revolución de Octubre.

Por su parte, Nikolai Morozov los dejaría hablar, no importándole muy el progreso ni los “avances” sociales, buscando tan sólo que le dejaran escribir en paz en su domicilio, viviendo con su familia y sobreviviendo unicamente de las regalías producidas por sus libros.

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Por Alejandro