Identificado como uno de los cuatro signos más potentes, el Signo de Voor fue un signo o mudra utilizado por los viejos sumerios para invocar a sus divinidades, sobre todo a Ishtar, conocida además con el nombre de Inanna, deidad mamá asociada además con la guerra, la sexualidad y la prostitución, de hecho, se pensaban que esta deidad era la cortesana de todos las deidades sumerios; esta deidad era representada con una estrella de ocho puntas y más tarde fue adoptada por diferentes religiones como es el suceso de Isis, deidad mamá y de la maternidad en Egipto; Artemisa, deidad de la caza en Grecia; y Diana, deidad virgen de la caza en Roma. Todas ellas eran diosas que en algún instante estuvieron vinculadas con la luna, que a su vez significa fertilidad y, llegado un lugar en la edad media, la fertilidad resultado de la sexualidad empezó a ser vista como pecaminosa; no es raro por lo tanto que la luna pronto se convirtiera en cuernos y además que “el diablo” tenga cuernos.
A la llegada del cristianismo, la mayor parte de las religiones paganas empezaron a ser vinculadas con el mal y las deidades y diosas viejos tuvieron que dar paso a un único y omnipotente dios, convirtiéndose demasiados de ellos en demonios; el suceso de Ishtar y el Signo de Voor no es la excepción, así que no es de extrañar que el antiguo culto a esta deidad y el mudra para invocarla comenzara a ser relacionado con “el maligno”.
Hoy en dia el Signo de Voor es interpretado como Yo te amo Satanás o Yo te amo Lucifer; uno de los primeros en retomarlo fue el escritor H. P. Lovecraft en El Necronomicón, el grimorio ficticio más conocido de la cronica de la literatura, escrito aparentemente por el loco árabe Abdud Alhazred y donde se decía que era utilizado para invocar a los muertos.
El mudra en cuestión se figura con la mano izquierda (la mano que desde antaño se relaciona con la luna, a su vez con la fertilidad-sexualidad, maldad) con los dedos medio y anular doblados hacia la palma de la mano, formando así un cuerno. Se estima que los que forman esta señal, lo que están haciendo en verdad es abrir y/o cerrar portales dando paso a fuerzas malignas que, al no conocer controlarlas, se pueden apoderar fácilmente de nuestros pensamientos y voluntad y iniciar a manipularnos. Razón por la cual los que admiten en el poder de este signo, advierten que el uso del mismo sólo debe hacerlo las personas verdaderamente preparadas para lidiar con diferentes fuerzas.
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