La dogmática de la Iglesia Católica está fundada en la interpretación de cuatro evangelios, considerados como oficiales por el Vaticano, son los textos de Juan, Marcos, Mateo y Lucas, los cuales ocupan cerca de cien páginas. Pero hay cincuenta evangelios en total, unas 4.000 páginas, que nos hablan de diferentes facetas de la figura de Jesús, y a los que no se les concede la misma importancia y credibilidad que a los cuatro preferentes. ¿Por qué unos valen y diferentes no?
Entre los siglos II y III, las historias y relatos sobre la figura de Jesús eran muy abundantes entre los fieles a la nueva religión. En ellos se abordaban gran cantidad partes de la vida del mesías que han sido veladas (o ignoradas en el mejor de los sucesos), como su relación sentimental y carnal con María Magdalena o sus implicaciones en la política de la época, luchando a favor de la independencia de su pueblo, y tambien encontramos a un Jesús versado en las creencias esotéricas de la época.
En este contexto, tenemos a la emergente Iglesia a la cabeza del movimiento cristiano. Los por lo tanto dirigentes de la Iglesia decidieron celebrar el Concilio de Nicea, en el año 325, con la supuesta intención de separar los textos “inspirados” (canónicos) de los “no inspirados” (apócrifos). En verdad se trataba sencillamente de seleccionar los que más se adaptasen a las necesidades de la Iglesia, para poder mantener el control ideológico sobre los fieles.
En cuanto al modo de selección de los evangelios, hay varias versiones de como pudo producirse, algunas más creíbles que diferentes:-En primer lugar, se cuenta que los obispos pusieron sobre un altar los 50 textos y rogaron a Dios que les mostrase por medio una señal, cuales de aquellos textos eran los válidos. Tras unos segundos, 46 de los textos cayeron al suelo, quedando encima del altar los cuatro evangelios canónicos.
-Otra versión nos habla de una paloma que entró en la sala del concilio, a través de un cristal pero sin dañarlo siquiera, y que fue posándose sobre los hombros de los presentes para decirles al oído cuales eran los textos acertados.
-Una tercera cronica (la más creíble) nos cuenta que los cuatro textos (los reconocidos) fueron colocados sobre un altar, y le fue pedido a Dios que les dijera si alguno de aquellos libros era contrario a su voluntad, al no producirse señal alguna, los cuatro fueron dados por válidos desde el comienzo.
Debido a esta selección de textos, los cristianos han tenido una visión parcial, muy fragmentada, de la vida, personalidad, emociones y aspiraciones de Jesús de Nazaret. Curiosamente, si todos los evangelios fueran tomados en cuenta, el mismo concepto de Iglesia carecería de sentido, así como la existencia del Vaticano, ya que Jesús nos enseñó a rastrear a Dios en el interior de cada uno de nosotros.
Sólo en 4 de los 50 evangelios se nos dice que Jesús quisiera fundar una iglesia. ¿Adivinan cuales son?
¿Qué son los evangelios apócrifos?
Los evangelios apócrifos o extracanónicos son los escritos surgidos en los primeros siglos del cristianismo alrededor a la figura deJesús de Nazaret que no fueron incluidos ni aceptados en el canon del Tanaj judío hebreo-arameo, de la Biblia israelita Septuagintagriega, así como tampoco de ninguna de las diferentes Biblias usadas por distintos grupos de cristianos como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana e Iglesias protestantes. Entre esos escritos se localizan los Manuscritos de Nag Hammadi.
El término apócrifo (griego: από ‘lejos’, κρυφος ‘escondido’; latín: apócryphus), que originalmente significaba “ocultar lejos”, y despues fue derivando en “escondido, obscuro”, ha sido utilizado a través de los tiempos para realizar mención a algunas colecciones de textos y de escritos religiosos sagrados surgidos y emanados en contextos judíos o cristianos. Con él se califican una cantidad de libros que las Iglesias cristianas de los primeros siglos no reconocieron como parte de la Sagrada Redacción, pero que se presentan con nombres o características que los hacen aparecer como si fueran libros canónicos.
Cuestión distinta es la de si un determinado escrito, figura o no parte de la Biblia, de si se entiende o no un texto inspirado. Cuando un determinado escrito o texto merece ser considerado como formando parte de la Biblia, se dice que es “canónico”. El canon consiste en un elenco de los escritos bíblicos. Católicos, cristianos no católicos y judíos tienen distintos cánones. Cuando el carácter canónico de un escrito es reconocido tardíamente se dice que es “deuterocanónico”. En ocasiones un texto puede ser simultáneamente apócrifo y no canónico. Tal sucede con el Evangelio de Santo Tomás. Ni Santo Tomás es verdaderamente su creador, ni se entiende que forme parte de la biblia. Cuestiones diferentes son las de si El Texto de la Sabiduría fue o no escrito por Salomón y la de si figura o no figura parte de la Biblia.
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