Piedras prefabricadas, no colosales bloques de piedras extraídas de canteras distantes y transportadas por los egipcios a la llanura de Giza para edificar las pirámides. Esta teoría se remonta a 1990 cuando apareció en el mercado un texto titulado «Las pirámides, un enigma resuelto» en el que su creador, el Dr. Joseph Davidovits, presentó una hipotesis innovadora para aclarar el gran inconveniente en el antiguo Egipto: el transporte y la elevación tantos millones de pesados ​​bloques de piedra.

Según Davidovits, las piedras no eran naturales, jamás se extraían de las canteras, pero se producían con una especie de hormigón, en la práctica serían piedras prefabricadas. Las piedras con las que se construirían las pirámides fueron prefabricadas en el sitio por los mismos egipcios al mismo tiempo: “Esta hipotesis se comparó con la antigua hipotesis de Jean Philippe Lauer, que apoyaba la teoría de que la edificación de la Gran Pirámide fue hecha por una sola rampa con la que subieron las piedras, cambiando posteriormente el ángulo de la pendiente (hipotesis ya descartada). El 13 de octubre de 1984, Davidovits solicitó autorización de la Oficina de Antigüedades de Egipto para analizar el contenido de las piedras de la Gran Pirámide. La contestación llegó el mismo año y fue absurda: «No aceptamos su propósito de analizar las piedras de las pirámides, la esfinge y las canteras». A pesar de la negativa, Davidovits empezó a investigar, recopilar datos, obtener evidencia y producir bastante documentación para terminar creando su portentoso texto, escrito con la experta Dra. Margie Morris, asistente del Instituto. de Ciencias Aplicadas a la arqueología de la Universidad de Miami.

Al presentar datos históricos y arqueológicos, en apoyo de su tesis de piedras prefabricadas, se observaron fotografías infimos realizadas en muestras de rocas de la Gran Pirámide, donde se vió la presencia de componentes imposibles en el interior de un conglomerado aparentemente rocoso de las canteras de Tura o Mokatan, que datan de hace 2000 años. Sorprendentemente, se localizó un cabello humano de 20 cm de largo en el interior del conglomerado, más burbujas de aire, remanentes de hilos y fibras textiles y tambien un clavo, todo parte del aglomerado de piedra. Con esta observación, el «punto de vista particular» de Davidovits ha sido comprobado por evidencia concluyente, que nadie ha podido aclarar. Después de 10 años de investigación, Davidovits no poseía dudas, los constructores de las pirámides no eran albañiles, sino químicos.

No solo la estela del hambre (es una epigrafía escrita en jeroglíficos ubicada en la isla de Sehel en el Nilo, cerca de Asuán, Egipto, que habla de un período de siete años de sequía) en la que los elementos se explican en detalle necesario para la preparación de piedras prefabricadas, pero otra evidencia parece indicar que este conocimiento solo era conocido por un asociación selecto de personas que transmitían la fórmula secreta a aquellos que tenían que continuar el trabajo. Este hecho al parecer comprobado por la llamada Estela de Irtysen, realizada con imágenes de piedra caliza y catalogada en el Museo del Louvre con el número C-14, Irtysen fue jefe de los artesanos, escriba y escultor bajo el reinado de Nebhepetre Montouhotep, gobernante de la 11a dinastía. (2033-1982 a. C.). La transcripción de sus jeroglíficos fue realizada por eminentes egiptólogos como Masero (1877),

En la transcripción de los jeroglíficos de la estela de Irtysen, se hacen revelaciones ilustrativas: “Conozco las partes que pertenecen a la técnica de fundición, el nombre, el peso de los ingredientes según su receta exacta, la fabricación del molde, para que cada trozo vaya a su hogar. «. De estos textos conocemos que la fórmula de la manipulación y el uso de la piedra, como las técnicas de su posicionamiento o transporte, eran secretas y lo siguen siendo la actualidad, ya que no hay referencias escritas en papiros o en representaciones gráficas que lo mencionen. Solo ceremonias mágicas como el levantamiento de obeliscos con una cuerda, que el faraón realiza en el santuario de Edfu, para desanimar a los ingenieros y arquitectos viejos y modernos. en alguna ocasión la realidad se confunde con la leyenda y ¿quién sabe si la leyenda no contiene una realidad?

Sospecho que las deidades egipcios primordiales que dieron conocimiento, si su conocimiento e información eran válidos, en verdad no hay, porque los resultados de su aplicación son muy tangibles y no los han representado. ¿Quiénes eran estos divinidades que dieron fórmulas precisas para realizar piedras prefabricadas y edificar pirámides y monumentos?