Las grandes olas ovni de la antigua Unión Soviética
En 1946, los primeros rumores informaron las observaciones de objetos insolitos en figura de placa invertida.
Los testimonios vinieron de observadores altamente entrenados, como aquellos pilotos que durante sus vuelos se percataron objetos misteriosos en figura de misteriosas bolas de fuego.
Estos objetos además fueron observados por aquellas personas sin ninguna destreza de observación particular, como simples agricultores o ciudadanos habituales.
Los testimonios vinieron de observadores altamente entrenados, como aquellos pilotos que durante sus vuelos se percataron objetos misteriosos en figura de misteriosas bolas de fuego.
Estos objetos además fueron observados por aquellas personas sin ninguna destreza de observación particular, como simples agricultores o ciudadanos habituales.
Todos ellos informaron las inverosimiles velocidades y aceleraciones explosivas de estos insolitos objetos y que ningún motor de origen humano podría haberse desarrollado en ese período en concreto, ni los aviones comerciales habituales o los aviones experimentales soviéticos. Fue el Dr. Felix Zigel quien inauguró el período moderno de la ufología rusa, más de un año anteriormente de la fecha normalmente mencionada del 4 de junio de 1947, cuando Kenneth Arnold mencionó por primera vez los clásicos platillos voladores. Las observaciones de estos objetos se refieren a casi todos los naciones del planeta, con la excepción de la URSS, donde fue menos fácil cuantificar estos fenómenos aéreos.
Según una encuesta realizada en ese instante por Gallup en los Estados Unidos , el 90% de las observaciones no fueron señaladas a los investigadores.
Cabe apuntar que en la URSS, solo esos insolitos fenómenos aéreos reportados por pilotos civiles y militares fueron recolectados por razones de ensayo, descartando todos los demás sucesos.
Parece que hubo una gran ola de ovnis en la segunda mitad de la década de 1950, parecido a la de julio de 1949.
Durante esta ola, las baterías costeras del Pacico se observaron obligadas a abrir fuego contra un objeto muy reluciente, y esto el 25 de julio de 1957.
Según lo informado en ese instante por las agencias de noticias Reuter y Tass, el intento de derribar el objeto volador fue absolutamente vano.
A fines de la década de 1950, los informes y rumores de supuestos desembarcos de ovnis, particularmente en Kazajstán y Uzbekistán, se hicieron cada vez más difíciles de silenciar. Al mismo tiempo, circulaban misteriosas historias de «pequeños hombres verdes» y «residentes de las marismas».
En algunas áreas remotas de la antigua Unión Soviética, se observaron inusuales objetos voladores estacionados en los techos de algunas viviendas.
LD Artsimivitch, el hombre acusado de boicotear las tareas del Comité Stoliarov, recibió el encargo de desprestigiar esta nueva mística y poner fin a los insolitos rumores que seguían circulando entre los habitantes de la zona.
Repitió las tácticas que tuvieron tanto éxito 7 años anteriormente a través de la publicación en periódicos locales de una serie de artículos en los que denunció a la prensa estadounidense de estar en el origen de estas extravagancias aéreas por razones de propaganda y sensacionalismo puro.
En 1966, la Unión Soviética experimentó una segunda gran ola de ovnis, al mismo tiempo que ocurrió en los Estados Unidos, donde se extendió un fuerte pánico. Al año siguiente, fue particularmente activo en relación a los avistamientos masivos, y a principios de 1968, el Soviet Weekly publicó un artículo que decía que el año anterior, en la parte sur del país, se informaron más de 200 Sucesos de avistamientos de ovnis.
En el número publicado en marzo de 1968 por el Boletín de Información Soviética publicado en Rumania, «Aurora», Vasily Kuprevichi, presidente de la Academia de Ciencias de Bielorrusia, escribió un informe en el que afirmó que, en su provincia de origen, el número de Los avistamientos parecían aumentar progresivamente y no solo para aquellos objetos observados a sencillo vista, sino además para arrojar los detectados por radares, telescopios o capturados en fotografias accidentalmente por declarantes ocasionales.
Mientras tanto, en la edición de «Smena» de abril de 1967, Zigel leyó que las observaciones hechas por los pilotos rusos eran increíblemente idénticas a las reportadas en Occidente. igualmente anunció que, como técnico en el Laboratorio Central de Aerología, pudo detectar objetos voladores no identificados en las pantallas de radar.
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