Las Experiencias Cercanas a la Muerte: el retorno del Más Allá
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Uno de los misterios que más han fascinado al ser humano durante siglos son las llamadas Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM), que son sensaciones físicas y espirituales en figura de visiones, percepciones fuera del cuerpo, pensamientos acelerados o noción alterada del tiempo. Aunque son percepciones conscientes, no dejan de ser un enigma inclusive para los propios investigadores, como ha quedado comprobado en Oslo, en el último Congreso de la Academia Europea de Neurología.
Los expertos del Hospital de Copenhague, del Centro de Investigación de Accidentes Cerebrovasculares de Berlín y de la Universidad de Trondheim, en Noruega, recogieron de 35 naciones unos 289 testimonios sobre ECM. Son experiencias que se produjeron como consecuencia de muertes súbitas como infartos, accidentes de tránsito, ahogamientos o ataques bélicos, por ejemplo. Las personas que los experimentaron relatan sensaciones extracorpóreas, alucinaciones, pensamientos acelerados, destellos luminosos al final de un túnel, cantos angelicales y distorsión del tiempo.
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Según el ensayo, las ECMs afectan a casi el 10% de las personas, un porcentaje superior al que arrojaban las investigaciones realizadas con anterioridad. Entre ellos, una doncella de 37 años cuenta que durante el parto sintió que acababa de morir e iba al firmamento y otra de 32, que estuvo a punto de ahogarse en el mar cuando era niña, asegura que incluso puede recordar aquella inverosimil sensación de paz absoluta. Sucesos parecidas han despertado a lo largo del tiempo el interés de filósofos, religiosos, psicólogos, médicos y tambien esotéricos.
La neurociencia actual no dispone de explicación satisfactoria alguna para un fenómeno que desafía sus principios, ya que según éstos las ECMs no deberían producirse. No es posible la existencia de experiencia cognoscitiva o perceptiva alguna, ya que el estado de muerte clínica se define, precisamente, por la ausencia de actividad cerebral.
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La Vida Después de la Muerte
Raymond Moody es considerado como una autoridad mundial en la investigación de las experiencias cercanas a la muerte (ECM); una tarea a la que le ha dedicado gran parte de su vida. Alcanzó el reconocimiento mundial a principios de los 70 al publicar los resultados de su investigación sobre personas resucitadas, es decir, sobre aquellos que, habiendo sido declarados clínicamente muertos, habían vuelto inexplicablemente a la vida. Lo más resaltante fue revelar que eran demasiados quienes habían vivido semejante trance. Una encuesta de Gallup declaró que sólo en los Estados Unidos, más de ocho millones de personas aseguraban haber muerto y resucitado. «Vida después de la vida», el texto en el que el doctor Moody presentaba los resultados de su investigación, vendió más de 15 millones de copias y reabrió el debate sobre la supervivencia de la conciencia, pero hubo además voces que se alzaron contra lo que demasiados empezaban a considerar una evidencia irrefutable de que la vida no terminaba con la muerte.
Raymond Moody, psiquiatra forense y doctor en filosofía. Cortesía: abc.es
Su ensayo sobre centenares de experiencias cercanas a la muerte (ECM) prueba que estas siguen un patrón. La gente dice que abandona su cuerpo, que lo ven desde arriba, que va por una especie de pasillo, llega a una luz reluciente, en la que siente compasión y amor absolutos, que amigos y familiares que han muerto la esperan, y tiene un recuerdo panorámico en el que ve toda su vida; y todo eso sucede al mismo tiempo y de figura instantánea. Y actualmente conocemos que esa pauta además la han seguido personas al atencion de moribundos.
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El doctor Moody asevera que además se localizó con sucesos de experiencias negativas, pero el inconveniente era que son más difíciles de investigar porque no son muy frecuentes. Efectivamente, una encuesta de Gallup sobre las ECM realizada en 1982 lo confirma: de ocho millones de norteamericanos que declaraban haber tenido esta experiencia, solo para el 3% fue negativa, y todas variadas, así que no es posible establecer un patrón como en las positivas. asimismo, el que la sufre no está tan dispuesto a contarla.
Reconoce que quizás uno de los sucesos que más lo sobrecogió fue el de reluciente y adolescente maestro llamado Ritchie. Se graduó en física con solo 20 años, pero según sus propias palabras, señalaba todos sus logros universitarios y componentes, pero a la luz reluciente no le interesaba eso, solo si había aprendido a amar. Este una declaración le afectó demasiado.
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Entre las decenas de entrevistas realizadas, el doctor Moody nos revela un apunte interesante. Según sus investigaciones, todos los resucitados retornan mencionando que ya no pertenecen a ninguna religión. No admiten que ninguna iglesia tenga la contestación, sino que todas las grandes confesiones ven parte de la misma verdad.
La Evidencia del Firmamento
Es posible que quienes se incluso se mantengan escépticos a los investigaciones de Moody, pongan en tela de juicio la credibilidad de los entrevistados que fueron considerados en la investigación. en cambio, el neurocirujano de la Universidad de Harvard, Eben Alexander, sorprendió a todos en el 2012 al publicar su propia experiencia en un texto titulado «Proof of Heaven: A Neurosurgeon’s Journey into the Afterlife» (La evidencia del firmamento: el viaje de un neurocirujano a la vida después de la muerte).
He estado sumido en un hondo coma durante una semana en el que viajé a otra dimensión del cosmos; una dimensión que jamás pude llegar a soñar que existiese”.
Así arranca el doctor Alexander, su relato en primera persona sobre la vida después de la muerte, una experiencia que le ha hecho creer en la vida eterna.
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Las tesis de Alexander provocaron una intensa polémica en Estados Unidos después de que la revista Newsweek publicara varios extractos del texto. El neurocirujano asegura que anteriormente de vivir esta experiencia había estado gran cantidad alejado de la Iglesia y no afirmaba en la vida más allá de la muerte, pero actualmente dice contar con la evidencia irrefutable de que estaba equivocado. Precisamente, el debate abierto alrededor al relato del médico norteamericano se concentra en si una experiencia personal puede ser una evidencia científica o no. Para el mayor investigador mundial en estos temas, el psiquiatra y filósofo Raymond Moody, no hay duda: «El doctor Eben Alexander es la evidencia viviente de que hay vida después de la muerte. Es el suceso más asombroso sobre experiencias cercanas a la muerte que he escuchado desde hace más de cuatro décadas estudiando estos fenómenos».
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El doctor Alexander cuenta su «visita al firmamento» con lujo de detalles, «una aventura que empezó en un lugar espacial, más alto que las nubes. Allí había criaturas muy distintos a las que hay en la tierra, pájaros y ángeles que, sencillamente, eran formas superiores».
Alexander compara los fuertes sonidos que emitían estas criaturas con unos cantos gloriosos, que después entendió como gritos de alegría.
Su viaje al más allá se produjo al lado de una doncella a modo de un ángel de la guarda rodeada de millones de mariposas, que le repitió tres mensajes concretos en un idioma desconocido pero entendible para el neurocirujano en aquellos instantes: «Sois amados y respetados, os querremos para siempre», «no tienes nada que temer» y «no hay nada por lo que puedas hacer el mal». Esta doncella además le prometió que le enseñaría gran cantidad cosas de ese nuevo planeta, pero que inevitablemente debía volver a la tierra.
Estas experiencias suelen cambiar por completo la filosofía de vida de sus protagonistas. Alexander asegura que anteriormente era muy escéptico con las experiencias cercanas a la muerte, pero después se convenció que son una realidad. Durante toda su carrera de más de 30 años fue defensor de el plan que el cerebro genera conciencia y que vivimos en un cosmos desprovisto de cualquier tipo de emoción. en cambio, la maravillosa experiencia cambió todas sus creencias y hipotesis, y está dispuesto a pasar el resto de su vida investigando la autentica naturaleza de la conciencia. Una postura que cada vez adoptan más expertos médicos.
El Plan Aware
En el 2008 la Universidad de Southampton (Reino Unido), inició el primer ensayo a gran escala de las llamadas «experiencias cercanas a la muerte» denominado Plan Aware. El ensayo que se prolongó durante cuatro años ha analizado 2.060 sucesos de muerte clínica por paro cardiaco, ha comprobado que, en varios de estos sucesos, los recuerdos de conciencia visual compatibles con las experiencias extracorpóreas, aquellas en las que se tiene la sensación de estar flotando fuera del propio cuerpo, pueden encajar con situaciones o hechos autenticos.
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Según los investigadores, sus resultados avalan que estas experiencias requieren de una investigación seria y sin prejuicios para entender con claridad todo el proceso.
Sam Parnia, líder del ensayo, asevera:
Contrariamente a lo que se estima, la muerte no es un instante determinado sino un proceso potencialmente reversible, que ocurre después de cualquier dolencia o incidente grave hace que el corazón, los pulmones y el cerebro dejen de funcionar”.
Debido a este plan de investigación, que ha ido más allá de los limitados investigaciones investigadores sobre este asunto, hemos podido conocer que el 39% de los pacientes analizados que sobrevivieron a un paro cardíaco y que fueron sometidos a entrevistas posteriores, narraban tener una percepción de conciencia durante el suceso, pero no tenían ningún recuerdo determinado de lo ocurrido. Esto «sugiere que más gente tendría actividad mental inicialmente (en esa circunstancia), pero que no lo recuerdan tras su recuperación», explica Parnia.
En una de las verificaciones realizadas por los investigadores, desvelaron que, en todos los pacientes con estas experiencias, la conciencia pareció darse durante un período de tres minutos tras haber cesado los latidos del corazón, a pesar de que se entiende que el cerebro deja normalmente de funcionar tras 20 ó 30 segundos después de haberse producido el paro cardíaco.
La contestación científica del plan AWARE a un asunto tan controvertido, que ha sido tachado habitualmente de paranormal o espiritual, ha sido posible debido a una sofisticada tecnología de examen del cerebro y la conciencia del ser humano durante el proceso de parada cardiorrespiratoria. De la misma figura, los expertos además analizaron la capacidad tanto de «ver» como de «oír» durante el estado de muerte clínica, al igual que realizaron tests psicológicos y técnicas de registro de la actividad cerebral.
El ensayo del Plan Aware concluye:
Los temas relativos a la experiencia de la muerte parecen abarcar más de lo que ha sido comprendido incluso actualmente, o lo que ha sido descrito como Experiencia Proxima a la Muerte”.
En varios sucesos de ataque cardíaco, los recuerdos visuales compatibles con las llamadas experiencias extracorporales corresponderían con hechos autenticos.
Un alto porcentaje de personas pueden haber tenido experiencias de muerte lúcida, pero no lo recuerdan después debido a los efectos del daño cerebral o el efecto de los sedantes en los circuitos de memoria.
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Los términos científicamente imprecisos ampliamente usados incluso tales como ECM o experiencias extracorporales pueden ser insuficientes para explicar la experiencia real de la muerte. Investigaciones futuros deberán centrarse en el ataque cardíaco, que es biológicamente equivalente a la muerte, más que los estados médicos de dolencias que a los que a veces se hace mención como «cercanos a la muerte».
Un 39% de los pacientes que sobrevivieron al ataque cardíaco y que estaban en circunstancias de participar en entrevistas estructuradas describían una percepción de conciencia, pero no tenían ningún recuerdo explícito de los hechos.
El 46% de los que informaron de una percepción de conciencia, experimentaron un amplio rango de recuerdos mentales relacionados con la muerte que no fueron compatibles con el término normalmente usado para las ECM. Estos incluyen experiencias persecutorias intimidantes. Sólo un 9% tuvo experiencias compatibles con las ECM y 2% mostraron una conciencia compatible con experiencias extracorporales con recuerdos explícitos de «ver» y «oír» sucesos.
Un suceso fue validado utilizando estímulo auditivo durante el ataque cardíaco. El Dr. Parnia determinó:
Esto es significativo, dado que e veces se ha aceptado que las experiencias vinculadas con la muerte son alucinaciones o ilusiones, ocurriendo inclusive anteriormente de la detención del corazón o después de que el corazón hubiera sido reanimado con éxito, pero no una experiencia correspondiente a hechos autenticos cuando el corazón no estaba latiendo.
En este suceso, la consciencia parece ocurrir durante el lapso de tres minutos durante el cual no había latido. Es paradójico, puesto que el cerebro deja de funcionar entre 20 y 30 segundos después de que se pare el corazón y no la actividad cerebral no vuelve incluso que el corazón ha sido reanimado. Por otra parte, los recuerdos detallados de la percepción visual en este suceso fueron consistentes con acontecimientos verificados”.
En consecuencia, si bien no ha sido posible comprobar fehacientemente la realidad de las experiencias y menciones de consciencia de los pacientes debido a la muy baja incidencia (2 por ciento) de recuerdo explícito de consciencia visual o de experiencias extracorpóreas, tampoco fue posible descartarlos, y se necesita más investigaciones en esta área. Es indiscutible que, los recuerdos que rodean a la muerte merecen actualmente una investigación genuina más amplia y sin prejuicios.
El Vuelta de Papá
Jane Dawson, una doncella de 49 años, de Largs, North Ayrshire, está casada y tiene tres hijos, 31, 29 y 16, cuenta la experiencia que tuvo después de regresar de la muerte.
Tuvo una experiencia muy profunda en el otro planeta durante el nacimiento traumático de su hijo menor que cambió totalmente el curso de su vida. Su padre, Jim, que había muerto de cáncer de pulmón tres meses anteriormente, a los 69, ‘apareció’ al final de su parto. Fue una experiencia demasiado más intensa por el hecho de que la última vez que lo vio, dos horas anteriormente de su fallecimiento, le manifestó que estaba embarazada y le pidió que cuidara de su hijo desde «ahí arriba».
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El parto se prolongó durante horas y Jane estaba a punto de parir. De repente, ella sintió que la energía de su padre llenó la habitación. Asevera que es complicado de aclarar, pero reconoció su alma o su esencia. Jane le manifestó muy emocionada a las enfermeras que su padre estaba en la habitación, mientras que ellas miraron a su alrededor sin ver a nadie más.
Instantes después, nació su hijo.
Me hizo pensar que mi padre debía haber ‘escuchado’ lo que le pedí en su lecho de muerte a él en algún nivel, a pesar de haber estado inconsciente. Él había elegido contestar apoyándonos a través del viaje más complicado de mi bebé: el de entrar en el planeta”.
Una vez que tuvo el bebé, volvió a casa. Y días más tarde contactó con un médium, que le manifestó que su padre aun estaba allí con ellos.
Noté señales de que mi padre estaba allí. En una ocasión, estaba sola en la casa con mi bebé cuando lo puse en su sillita del coche sobre la mesa, fui a la cocina a rastrear algo y volví y vi que la sillita estaba girada, como si alguien hubiese querido voltearlo para verle la rostro al niño. Supe inmediatamente que era papá”.
Estas experiencias cambiaron completamente su sistema de creencias:
Pasé de ser escéptica con estos temas a creer de repente que alguna figura de existencia continúa después de la muerte”.
El Firmamento es Real
Colton es un niño de 13 años, formal, muy serio y algo tímido. Sus padres afirman que llevan la vida de «una familia normal» a pesar de los viajes que supone ser los autores de un texto publicado en 27 naciones y que lleva vendidos más de nueve millones de ejemplares en todo el planeta. La cronica que allí se cuenta bien lo vale, aunque sea solo por su sugerente título: «El firmamento es real».
Cuando Colton poseía apenas cuatro años, enfermó de peritonitis. La infección llegó a ser de tal magnitud que los médicos temieron por su vida. Mientras le operaban de urgencia en el Centro Médico Regional Great Plains en North Platte, este niño vio cómo su alma se desprendía de su cuerpo, y pudo ver el firmamento. Allí se localizó con su hermana que no había llegado a nacer, con su bisabuelo Pop, fallecido hacía más de treinta años en un incidente de tráfico y además con Jesús, San Juan el Bautista y María.
Colton Burpo al lado a sus padres, Sonja y Todd. Cortesía abc.es
Durante meses y años, Colton fue contando en cuentagotas aquella extraordinaria experiencia a sus padres; siempre con grandes dosis de naturalidad y, como cualquier niño, sin ningún tipo de prejuicio.
Papá, Jesús utilizó al doctor O’Holleran para que le ayudara a repararme. Jesús además me manifestó que debía ser bueno”.
Al comienzo su padre -pastor protestante de una iglesia local- creyó que los catequistas de la parroquia lo estaban adoctrinando. en cambio, el niño no paraba de explicar situaciones que era increible que hubiera podido ver. Por ejemplo, no poseía cómo conocer que su mamá había soportado un aborto espontáneo a los dos meses de su primer embarazo.
El firmamento, según Colton, está lleno de ángeles y de un vasto arco iris, además de demasiados animales. Jesús está sentado a la derecha de Dios y no tiene alas. «Es una impresion de inmensa paz», recuerda aun.
Pese a todo pronóstico, ser declarante del firmamento no le ha cambiado la vida a este estudiante de Secundaria, amante de la música. «Cuando me ocurrió aquello era muy adolescente, no había demasiado que cambiar», comenta.
Abrumado por la polémica generada por su publicación, Colton se resiste a dejar de ser un sencillo niño. «No soy especial, diferentes además han vivido lo que yo he vivido. Dios sencillamente quiere que comparta con los demás que el firmamento hay». Y por eso el texto lleva ese título.
asimismo de poner la cronica por escrito, los Burpo decidieron compartir su experiencia con otra gente que ha pasado por la misma situación en Estados Unidos.
Hemos vivido instantes memorables que refuerzan nuestra creencia en lo que Dios nos estaba enseñando encima del firmamento. Conocemos indudablemente que Jesús hará por cada uno de nosotros lo que hizo por Colton. Nos llevará al firmamento a encontrarnos con nuestros entes queridos. Eso nos trae mucha paz”.
Historias Oscuras de ECM
Tanto los expertos como las propias personas que pasaron por una ECM coinciden en que estas se diferencian de las alucinaciones en el cambio real y radical en relación con el planeta: el convencimiento de que quienes la experimentaron tienen una misión que cumplir en este planeta. Este sentimiento se acentúa en las personas que han vivido ECM negativas, ya que consideran que se trata de un castigo impuesto por una fuerza superior y del que tienen oportunidad de redimirse.
«Descenso Al Infierno De Los Condenados», Peter Paul Rubens. Cortesía: vice.com
El pastor estadounidense John W. Price ha estado estudiando experiencias cercanas a la muerte desde 1969. Por aquel por lo tanto estaba cumpliendo el servicio militar y conoció a un soldado que acababa de regresar de Vietnam y que le contó lo demasiado que disfrutaba matar adversarios. Un día, el soldado recibió una herida mortal en un tiroteo. En su delirio —o en su ECM—, aseguraba estar en un lugar infernal y malvado en el que vio las caras de todos los niños y mujeres que habían sido asesinados. Desde aquel episodio, el pastor ha entrevistado a diferentes 300 personas, 21 de las cuales afirmaron haber vivido experiencias negativas.
Price explica:
Anteriormente era gran cantidad escéptico respecto a la existencia del infierno”.
Actualmente asegura que lo tiene claro, y que nuestro comportamiento en la Tierra determinará adónde iremos en la otra vida.
El reverendo John Price, creador del texto «Revealing Heaven: the Christian Case for Near». Cortesía: epicenter.org
El pastor Price cuenta la cronica de un narcotraficante adinerado de Houston, que había enganchado a gran cantidad personas a la droga, arruinándoles la vida. Lo arrestaron e ingresaron en prisión. Allí consiguió un cuchillo y se hizo el harakiri. Cuando el pastor lo conoció, estaba muy traumatizado y le manifestó que había estado en un lugar demoníaco habitado por criaturas, monstruos comparable a tiranosaurios. Uno de ellos le abrió el vientre mientras que otro se lo empezaba a coser. Cuando terminaba, repetían el proceso una y otra vez, en un bucle infinito de dolor.
De repente, las criaturas se detuvieron y dieron un paso atrás, aterrorizadas. Otro monstruo apareció y le manifestó: «has hecho daño a mucha gente, por lo que voy a abrirte las entrañas por toda la eternidad», y a continuación se esfumó. El narcotraficante creyó que se trataba de Dios, si bien Price asegura que era el Diablo.
La cronica guarda claras similitudes con el mito de Sísifo y el sufrimiento eterno y repetido. La autora Evelyne Elsaesser-Valarino señala que en este una declaración resulta interesante la noción del tiempo:
A diferencia de las ECM positivas, en las que el tiempo parece no existir, las negativas conllevan casi siempre un sufrimiento interminable”.
Evelyne Elsaesser-Valarino. Cortesía: evelyn-elsaesser.com
Ella además compartió un suceso similar, que le había contado un compañero:
¡Empecé a bajar! Todo estaba oscuro y había gente gritando, fuego. Todo el planeta quería beber (…) Era algo más que un túnel, era un pasaje enorme. Yo bajaba flotando… Vi mucha gente gritando… diría que había por lo menos un millón. Eran personas miserables y con demasiado odio en su interior que no dejaban de decir que querían beber. No había ni una gota de agua… De repente lo vi, frente a mí, con unos pequeños cuernos, y lo reconocí en seguida: ¡era el mismísimo Diablo!”.
El siguiente es el una declaración de Fanny, que ha vivido una experiencia positiva y otra negativa. Ella asegura que estuvo en el Purgatorio:
Había hombres y mujeres de todas las edades de pie, agachados y dando vueltas. Varios murmuraban cosas. Una densa oscuridad surgía desde las profundidades y lo inundaba todo con un aura que podía sentir. Vi a personas engullirse a sí mismas, personas atrapadas en su propia miseria. Sentían a los demás, pero estaban atrapados en la oscuridad”.
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