
El ensayo, publicado en Nature Communications, acaba con la imagen de la Antártida como un páramo helado, ya que evidencia que bajo su superficie se esconden lagos interconectados que podrían sostener vida y aclarar viejos cambios climáticos. La investigación, subvencionada por la Fundación Nacional de Ciencias, proporciona evidencia convincente de que los lagos subterráneos y sedimentos de salmuera saturada pueden apoyar ecosistemas microbianos en el subsuelo. Los resultados permiten a los investigadores aprender mejor cómo la Antártida ha respondido al cambio climático a través del tiempo y entender la dinámica de los glaciares, según el maestro de Microbiología Jill Mikucki, uno de los autores del ensayo. «Se puede cambiar la apariencia de pensar sobre de los márgenes costeros de la Antártida —explica—. Conocemos que hay sedimento saturado significativo por debajo de la superficie que quizá se está filtrando en el océano y que afecta a la productividad de las cosas que alimentan las redes del océano. Auxilio a entender el flujo de nutrientes y cómo podría afectar a la salud del ecosistema».
Microbios en circunstancias extremas
Los expertos admiten que las salmueras recién descubiertas albergan comunidades microbianas parecidas en la profunda agua subterránea fría y oscura. Las salmueras pueden dar una idea de cómo los microbios sobreviven en circunstancias tan extremas y servir de base para la futura exploración de un hábitat subsuperficial en Marte.

Debido a un helicóptero que consintió cubrir mayores extensiones del terreno, Mikucki y el equipo interdisciplinario internacional usaron el sensor aéreo para tomar diversas imágenes del subsuelo de uno de los desiertos más fríos y secos del planeta, los valles secos de McMurdo en la Antártida. Los resultados demostraron que las salmueras forman extensos acuíferos debajo de los glaciares y lagos y en los suelos permanentemente congelados. La tecnología de sensores de a bordo fue desarrollada en la Universidad de Aarhus en Dinamarca y se utilizó en la Antártida por primera vez durante este ensayo. El equipo además voló con el sensor encima del glaciar Taylor, uno de los más estudiados en el planeta y que tiene una característica única conocida como Blood Falls (Cataratas de Sangre), donde salmuera rica en hierro del subsuelo se libera en la parte delantera del glaciar. La catarata es conocida por albergar una comunidad microbiana activa donde los organismos usan compuestos de hierro y azufre para la energía y el crecimiento, y en el proceso de facilitar la erosión de las rocas.
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