Una civilización podría haber modificado objetos coorbitales para mantener una vigilancia encima del mundo Tierra y la sociedad. Investigadores del SETI han propuesto enviar misiones a investigar esta posibilidad.
Imaginen por un instante esto: hace millones de años una civilización avanzada detecta firmas de misteriosas formas de vida en un mundo azul y verde, no tan lejos de su hogar en la Vía Láctea. Pretende enviar señales para establecer contacto, en cambio nadie de ese planeta desconocido contesta. Lejos de desalentarse, estos curiosos exploradores de la galaxia tratan algo distinto: envían sonda robóticas a pequeñas rocas espaciales que orbitan cerca del mundo habitable, solo para mantenerlo bajo vigilancia y estudiarlo.
Si esta cronica fue autentica en algún instante de los 4.500 millones de años de la Tierra, tiene que haber dejado un registro arqueológico. Al menos esa es la expectativa que tiene una nueva propuesta para ir a revisar los llamados cuasisatélites o «coorbitales» en busca de tecnología alienigena.
«Básicamente, los coorbitales son objetos espaciales que orbitan el Sol a aproximadamente la misma separación que lo hace nuestro mundo, están muy cerca», explica el físico James Benford, investigador independiente del SETI y creador del artículo con la propuesta publicado en The Astronomical Journal.
Tecnofirmas
En los últimos tiempos, el SETI ha cambiado su enfoque y se interesó en rastrear además «tecnofirmas», es decir, cualquier señal de tecnología en el cosmos que no haya sido creada por humanos.
Las sondas y los coorbitales serían un vasto ejemplo. «Poco se sabe sobre los coorbitales», señala Benford. «El primero fue desvelado en 1997, y la mayoría de los conocidos —cerca de 15— fueron encontrados después del año 2010. Se mueven cerca de la Tierra en misteriosas configuraciones, algunas en figura de herradura o renacuajo, a medida que hacen su viaje alrededor del Sol».
Tres configuraciones habituales del Sol, la Tierra y sus coorbitales.
El coorbital o cuasisatélite más cercano es conocido como 2016 HO3, y se ubica a unas 38 veces la separación Tierra-Luna, y parece estar bloqueado en una configuración estable con la Tierra que durará siglos, de acuerdo a la NASA.
«Si los coorbitales se apegan a nuestro mundo por largos periodos de tiempo, por lo tanto son un lugar excelente para que los extraterrestres y sus sondas instalen dispositivos de vigilancia», sentencia Benford.
Spyware alienigena
La estrella más proxima a la Tierra además del Sol es Alfa Centauri, a 4.37 años luz. Pero aproximadamente cada medio millón de años, esta estrella acorta su separación en 1 año luz.
2016 HO3 es seguramente nuestro cuasi-satélite más estable. Tiene una órbita alrededor del Sol que lo mantiene como un constante compañero de la Tierra.
«Esto significa que centenares o miles de estrellas (y sus posibles mundos habitados) se han acercado a nuestro planeta durante su larga cronica. En tales ocasiones pueden haber aprovechado a enviar sondas y observado cómo la vida se desarrollaba en la Tierra, desde la fotosíntesis de bacterias incluso los dinosaurios, si tuvieron suerte», especula el investigador del SETI.
«De lo que hablo es en esencia de arqueología alienigena», añade.
En décadas previos se ha propuesto que el conocido como «monolito de Phobos», en una de las lunas de Marte, podría ser la tecnofirma de una supuesta civilización que habitó Marte.
El artículo publicado además asevera que la Luna es otra buena candidata donde una civilización avanzada puede haber instalado su spyware. igualmente, apunta algunas desventajas, como que la noche lunar dura dos semanas y la oscuridad impediría a los dispositivos cargarse con el Sol. Pero incluso así, y porque no puede descartarse que haya algo por el estilo allí, se propone hacer una búsqueda minuciosa de tecnofirmas en las imágenes de alta resolución del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA.
Benford sugiere que ver los coorbitales con telescopios ópticos y de radio, al igual que disparar señales en su dirección, podría servir si los dispositivos incluso siguen activos vigilando nuestro planeta. asimismo enviar pequeñas sondas a los coorbitales sería relativamente económico y fácil. De hecho, la agencia espacial China anunció este año sus planes para enviar una a 2016 HO3.
«Rastrear señales de diferentes inteligencias cercanas a la Tierra es informativo, inclusive si la búsqueda resulta infructuosa. Que no hayamos detectado señales en los últimos 50 años no significa nada, dada la enorme línea temporal de la Tierra. Una falta de evidencia en centenares, millones o inclusive miles de millones de años ya resultaría más raro. Sería una gran sorpresa si no encontramos nada», concluye Benford.
Fuente: Live Science.
(function(d) var params = ; params.bvwidgetid = «ntv_1910798» + params.cb; d.getElementById(«ntv_1910798»).id = params.bvwidgetid; var qs = Object.keys(params).reduce(function(a, k) a.push(k + ‘=’ + encodeURIComponent(params[k])); return a,[]).join(String.fromCharCode(38)); var s = d.createElement(‘script’); s.type=’text/javascript’;s.async=true; var p = ‘https:’ == document.location.protocol ? ‘https’ : ‘http’; s.src = p + «://bvadtgs.scdn1.secure.raxcdn.com/bidvertiser/tags/active/bdvws.js?» + qs; d.getElementById(params.bvwidgetid).appendChild(s);
)(document);
La entrada Los extraterrestres podrían estar espiándonos desde rocas espaciales en la misma órbita que la Tierra se publicó primero en Mundo oculto.