Astrónomo sugiere que sondas extraterrestres podrían estar ocultas en asteroides y observándonos

¿Hay sondas extraterrestres en asteroides cerca de la Tierra que pueden haber estado observando el mundo durante más tiempo que los humanos?

Una nueva hipotesis que invita a la reflexión, aunque suena poco probable, de que los asteroides «compañeros» cercanos a la Tierra pueden contener sondas robóticas antiguas o incluso operativas, enviadas desde civilizaciones lejanas, según sostiene el Dr. James Benford de Microwave Sciences en Lafayette, California, cuyo artículo «Looking for Lurkers: Co-Orbiters as SETI Observables», se publica esta semana en The Astronomical Journal.

Anteriormente de descartarlo como una locura, considere que Benford piensa que al denegar la presencia de sondas extraterrestres y arqueología alienigena en rocas que e veces están cerca de la Tierra nos llevaría a una conclusión profunda: no hay nadie allí y nosotros estamos verdaderamente solos.

Incluso la fecha no se ha aclarado qué es este objeto enigmatico fotografiado en el cometa 67P

¿Qué son los objetos coorbitales?

En este contexto, un coorbital es un asteroide que gira alrededor del Sol en el mismo o similar camino orbital a la Tierra. Los objetos coorbitales se acercan a la Tierra muy de cerca cada año a una separación demasiado más corta que cualquier otra cosa que no sea la Luna.

En consecuencia, los coorbitales podrían ser un vasto lugar para ver la Tierra. No solo son el sitio ideal para que hipotéticas sondas extraterrestres se oculten, sino que además serían propicias para anclarse allí y acceder a la energía solar. Seguramente podrían permanecer por demasiados miles de años.

Enigmatico objeto posado en la superficie del asteroide Eros. Para NASA solo sería una roca. ¿Podría ser una sonda?

¿Qué son los «lurkers»?

Según Benford, un lurker (acechador, en español) es una sonda de observación oculta, desconocida e inadvertida, y podrían haber sido enviados a ver la Tierra hace demasiado tiempo.

Benford manifestó en un comunicado de prensa:

Pueden contestar a una señal intencional y pueden no hacerlo, dependiendo de motivaciones alienigenas desconocidas. Los acechadores quizá sean robóticos, como nuestras propias sondas Voyager y New Horizons”.

Las sondas espaciales Voyagers 1 y 2 (lanzadas a fines de la década de 1970 y las más alejadas de la Tierra) y New Horizons (lanzadas en 2006 y la más rápida hechas por el hombre) han llegado demasiado más lejos que las afueras de nuestro propio sistema solar.

Ilustración de la nave espacial estadounidense Voyager 1 que ha sobrevivido al cosmos durante veinte años y ha recorrido más de nueve mil millones de kilómetros. Crédito: Time Life Pictures / NASA / The LIFE Picture Collection / Getty Images

evidentemente, además hay un límite en cuanto a la duración de cualquier sonda espacial alienigena enviada para investigar la Tierra.

Benford manifestó:

Quizás las sondas estén escuchándonos y esperando que los encontremos. Pueden permanecer en silencio y sencillamente informar a donde quiera que se comuniquen”.

Benford sugiere que si encontramos tal «acechador» podríamos sencillamente fotografiarlo y enviarle un mensaje sencillamente para decir «te vemos» y despertar la sonda de su estado pasivo.

El plan se inspira libremente en el concepto de usar una sonda Bracewell para permitir que se comuniquen civilizaciones muy separadas.

¿Qué tan loca es esta hipotesis?

Aunque esta hipotesis podría catalogarse como poco probable, Benford estima que el proceso de búsqueda de naves alienigenas reliquias en el patio cósmico de la Tierra es fundamental para que comprendamos la posibilidad de inteligencia alienigena en nuestra galaxia.

Benford manifestó:

Si no encontramos nada allí, esto nos da un resultado hondo: nadie ha venido a mirar la vida de la Tierra, que ha sido indiscutible en nuestra atmósfera en líneas espectrales sobre distancias interestelares durante más de mil millones de años”.

Los astrónomos usan la luz para identificar átomos, moléculas y elementos presentes en un mundo.

Benford argumenta que si no encontramos nada en los objetos coorbitales alrededor de la Tierra, por lo tanto las posibilidades de que haya civilizaciones extraterrestres más avanzadas en cualquier lugar de nuestra galaxia se vuelven más remotas.

Detalle de la ubicación del enigmatico objeto en el cometa 67P. ¿Podría tratarse de un lurkers?

¿Qué es 2016 HO3?

Entre 36 y 91 metros de circunferencia, y además conocido como «Compañero constante de la Tierra» por la NASA, 2016 HO3 es el cuasi satélite más pequeño, más cercano y más estable conocido de la Tierra. Desvelado el 27 de abril de 2016 por el telescopio de reconocimiento de asteroides Pan-STARRS 1 en Haleakala, Hawaii, 2016 HO3 recorre la Tierra cada año durante la órbita del Sol. Ha sido estable durante al menos 100 años y lo seguirá siendo durante centenares de años. en cambio, 2016 HO3 siempre está al menos a 14 millones de kilómetros de separación, por lo que jamás es una amenaza para la Tierra.

Benford estima que tendriamos que investigar los objetos coorbitales tanto en el espectro electromagnético de las microondas como de la luz, y además utilizando el radar planetario.

El asteroide 2016 HO3 tiene una órbita alrededor del Sol que lo mantiene como un compañero constante de la Tierra. Crédito: NASA / JPL-Caltech

Plan de China para visitar 2016 HO3

Llegar a 2016HO3 desde la órbita de la Tierra requiere relativamente poca propulsión de cohetes, por lo que no sorprende que la China National Space Administration (CNSA) haya anunciado planes para enviar una sonda. Una misión robótica que devolvería muestras podría lanzarse en 2024.

La búsqueda de vida alienigena se concentra hoy en dia en exoplanetas distantes. Es un pensamiento aleccionador que los asteroides en nuestro propio patio celestial pueden haber albergado sondas extraterrestres enviadas para investigar la Tierra hace miles de años por civilizaciones alienigenas.

Por lo tanto lo que podemos hacer actualmente es ir en la búsqueda de estos posible artilugios. en cambio, si verdaderamente existen, debemos tener demasiado atencion en decidir o no establecer comunicación o contacto. F.T.

El ensayo investigador ha sido publicado en The Astronomical Journal.

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