Encuentro con el hombre-rana
Loveland, Ohio, E.E.U.U. Una noche de Marzo de 1972 dos agentes de policía salieron a dominar la carretera. Circulaban poco a poco, ya que la calzada incluso poseía remanentes de hielo. De repente, algo apareció ante el coche. Los agentes pensaron que era un perro grande porque iba a cuatro patas. Cuando la criatura se vio iluminada, se incorporó y enseñó su verdadero aspecto a los policías: se trataba de un ser de entre 1 metro y 1’50 metros con una apariencia casi humano, exceptuando su piel de color gris y de aspecto áspero.
El encuentro con ese ser dejó a los agentes sin palabras, pero lo que más les aterrorizó fue su cara. Sus facciones eran, sin lugar a dudas, las de un reptil o un anfibio. Poseía los ojos muy grandes, con el final algo rasgado y carecía de labios.
La criatura huyó despavorida y se ocultó bajo las aguas del río Little Miami, dejando a los agentes en estado de shock tras lo que habían presenciado.
¿Habían observado verdaderamente a un hombre-rana?
Al día siguiente, los dos hombres salieron a comprobar si el híbrido había dejado algún rastro o si había sido producto de su imaginación. Sus temores se confirmaron al localizar las huellas de la inquietante criatura.
La cronica no acabó aquí. Unos días más tarde, otro policía se localizó a plena luz del día con “la criatura”. El agente en cuestión conducía calmadamente por las carreteras adyacentes al río Little Miami, cuando vio el cuerpo de lo que aparentaba un perro tirado en la cuneta. El hombre salió del coche y se dispuso a retirar el cadáver del pobre animal, pero lo que localizó no era ningún tipo de can, sino “el hombre rana“. La visión de aquel ser inerte, medio hombre medio reptil, le heló la sangre. De repente, la criatura despertó. Miró al policía con sus ojos de anfibio y huyó despavorido hacia el río. El agente, abrumado por el miedo, disparó al ser, pero erró el tiro.
Tiempo después, varios vecinos de Loveland afirmaron haberse topado con el hombre-rana, pero, igual que apareció misteriosamente, se esfumó sin dejar rastro. No quedó otra opción que cerrar el suceso sin localizar una explicación lógica.
El hombre-rana y la tribu de los “shawnee”
Es curioso revelar la presencia del hombre-rana en leyendas tan antiguas como las de los Shawnee – una tribu india que antiguamente poblaba la zona de Loveland (Ohio) y, según parece, los alrededores del Río Little Miami-.
Los Shawnee cuentan la cronica del “shawnahooc” o “Demonio de Río“, que surgió del río Little Miami. Según la tradición, un asociación de shawnees estaba de caza cuando, de repente, cerca de la orilla del río, avistaron una enorme criatura parecida a un lagarto o a una rana. Los indios dispararon flechas a la criatura, aterrorizados. en cambio, la “bestia” no sufrió ningún daño. Lo único que hizo fue erguirse, igual que un humano, mirarles desafiante y sumergirse en el río.
Los shawnee enviaron un asociación con los mejores cazadores para eliminar al monstruo, pero éste jamás volvió a aparecer. Varios interpretaron que se trataba de un demonio que, al observarse perseguido por los shawnee, decidió desvanecerse. Diferentes pensaron que era un alma que protegía el río y el valle.
No se volvió a conocer del “shawnahooc” o hombre-rana incluso el encuentro, anteriormente mencionado, de los agentes de policía de Loveland.
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