Varios zonas en el planeta son considerados malditos por sus residentes o vecinos. En este suceso se trata de una isla maldita y se llama Bla Jungfrun. ¡Acompáñame a conocerla! La isla de Bla Jungfrun se encuentra en el Mar Báltico, en el estrecho de Kalmar y pertenece a Suecia. igualmente se la conoce como Blakulla, y Blakulla o Blokula es el nombre que recibe el prado en el que el diablo celebra sus aquelarres el Jueves Santo. La isla no está poblada y sus únicos residentes son unos pájaros llamados “arao aliblanco”, los conejos y los murciélagos.
Bla Jungfrun llamada tambien Blakulla es una isla sueca del mar Baltico que se encuentra en el estrecho de Kalmar, entre las provincias de Smaland y Oland. Administrativamente pertenece al municipio de Oskarshamn. Tiene un area de 0.7 km2 y se eleva a 86 metros s.n.m.
Desde 1926 es uno de los parques internacionales de Suecia. Como parque nacional aqui hay limitaciones. Por ejemplo, no se permite hacer un fuego o pasar la noche en la isla. Se compone de roca desnuda y en partes, de bosques de frondas densas. El arao ali blanco es un pájaro característico. Hay varias cuevas y un laberinto de piedra antigua.
La isla de Bla Jungfrun se encuentra en el Mar Báltico, en el estrecho de Kalmar y pertenece a Suecia. igualmente se la conoce como Blakulla, y Blakulla o Blokula es el nombre que recibe el prado en el que el diablo celebra sus aquelarres el Jueves Santo. La isla no está poblada y sus únicos residentes son unos pájaros llamados «arao aliblanco», los conejos y los murciélagos.
El nombre de Bla Jungfrun, que quiere decir «Virgen Azul», según la tradición se lo pusieron los marineros para congraciarse con los espíritus malignos que habitaban en la isla. Lo hombres del mar evitaban desembarcar en ella pues pensaban firmemente que estaba maldita, ya que el diablo poseía su casa en ella.
Se explicaban sucesos de hombres que se adentraron en la montaña y jamás volvieron o lo hicieron con la memoria perdida y la mente trastornada. La isla de solamente 0’7 km2 tiene varias cuevas, cosa que contribuía a aumentar el miedo de los marinos. La creencia más extendida es que las brujas llegaban a la isla volando desde todos los zonas para cumplir sus obligaciones con el maligno y pasar con él el Jueves Santo, que era su día de descanso.
Una de las rarezas de la isla es un inmenso laberinto de piedras, compuesto por quince círculos, del que se desconoce tanto su origen como su finalidad. Sobre él pesa una maldición: la persona que retire una de las piedras que forman el entramado laberíntico, será víctima de la mala suerte incluso que la devuelva a su lugar. La ciudad de Oskarshamn, a la que pertenece administrativamente la isla, recibe cada año piedras que fueron sustraídas y que suelen ir acompañadas de cartas en las que se explican las desgracias que sufrieron los «ladrones». En 2004 un ferry transportó a la Bla Jungfrun 160 piedras robadas que habían sido devueltas.
La actualidad, la isla es uno de los parques nacionales suecos más famosos. Eso sí, no se puede encender fuego en ella, ni pasar la noche en la isla… ¿De qué tienen miedo?
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