Cuando hablamos de Agharti, hemos de visualizar una gran ciudad subterránea terminal que es una rama de una red de túneles subterráneos y suboceánicos… La mayor parte de estos viejos túneles tienen cerrada actualmente su entrada… Las pocas entradas que quedan abiertas en la superficie se localizan en el Tibet, Siberia, Africa, América del Norte y del Sur y en las islas remotas que fueron en un tiempo cimas montañosas de la Atlántida.»
«Los lamas tibetanos son de la opinión que en América viven en cuevas de gran dimensión los supervivientes de una apocalipsis que asoló a la Atlántida, y que estas cavernas están conectadas por medio de túneles con las del continente de Asia. Admiten además, que estas cavernas están iluminadas por una luminiscencia verde que auxilio a la vida vegetal
subterránea y prolonga la vida humana.»
«Nadie debe subestimar la importancia, el valor, la existencia de estos túneles, sobre todo de los que siguen abiertos para la utilización de quienes conocen su destino… Por ellos los esquimales viajaron desde Asia a Alaska y Canadá. Afirmaron no haber utilizado el método superficial de inmigración tal como lo desearían los historiadores»
Ya he hablado en otra ocasión de los sucesos que acabaron con el continente de Mu-Lemuria, continuemos aquí donde lo deje por lo tanto. Como ya indicamos en la entrada anterior este asunto es increible de contrastar y las fuentes e veces son contradictorias o poco fiables. otros expertos sin duda sacarán conclusiones distintos a las aquí expresadas sobre estos mismos temas espero, en cambio, que al menos algo de la información aquí incluida pueda resultar de utilidad.
Por ejemplo como argumento en esta noticia he establecido una distinción entre Shambhala y Agharta que no todos los investigaciones comparten. Según demasiados Agharta es el nombre de la zona general donde se encuentra la ciudad de Shambhala y, dependiendo de la interpretación, priman el lado más luminoso o más oscuro en su descripción. Sin poder asegurarlo al 100%, pero en base a los testimonios de los distintos visitantes que han narrado sus experiencias en estas regiones, mi sensación en cambio es la que expreso en esta noticia: que se trata de dos zonas no sólo distintos si no además enfrentados. En concluyente en tu campaña, dependiendo del tono y la situación, puedes elegir convertir Shambhala y Agartha en un sólo lugar paradisíaco o cargar las tintas en su parte más oscuro o, como hago yo, mantener ambas localizaciones separadas pero estrechamente vinculadas.
La Meseta de Tsang
Según las Tabletas de Zanthu un asociación de sacerdotes y sabios supervivientes de la destrucción de mencionado continente (supuestamente alrededor al 160 000 a.c.) se refugiaron en un lugar conocido como la «Meseta de Tsang», donde alzaron una ciudad-santuario, oculta y recluida. Allí vivieron en paz durante un extenso, e indeterminado, lapso de tiempo, lejos de su antigua gloria e ignorados por el resto de la sociedad.
Desde el descubrimiento de las Tabletas por parte de Harold Hadley Copeland en 1913 (en una desastrosa expedición de la que fue el singular superviviente), la mayoría de los estudiosos han desechado estos textos. Entre diferentes cosas por la incapacidad de Copeland, que en 1918 fue recluído en un sanatorio mental, de localizar exactamente el sitio del hallazgo. en cambio aquellos que le han querido dar alguna credibilidad han situado esta “meseta de Tsang” en el Tibet o en Mongolia exterior; es decir en un área aislada, escasamente conocida por los occidentales y de clima extremo. Los defensores de la opción del Tibet argumentan que el nombre “Tsang” pervive en el de una de las regiones tradicionales del país mientras que diferentes argumentan que la descripción geográfica se corresponde más al Gobi que al Himalaya . Diferentes opinan que el sitio es parte o se confunde con la mítica región de Leng (quizás además Ling, el mítico reino del soberano Gesar).
Guerra interna y escisión
Pero volvamos a la cronica de estos supervivientes, tal y como se puede deducir de diversas fuentes chinas, hindúes y tibetanas. Según transcurrían los años, y despues los siglos, un cisma surgió en el corazón de los residentes de Tsang, surgiendo dos facciones irreconciliables.
Una parte del pueblo había renunciado definitivamente a las ciencias oscuras de sus antepasados, incluyendo la adoración de seres de los Mitos. Estos fueron llamados, posteriormente, los seguidores del camino de la “Mano Derecha”. Retomaron la búsqueda de una vía ascética y meditativa de iluminación espiritual. Se asevera que debido a estas técnicas accedieron a modernos estados de conciencia y despertaron capacidades desconocidas.
Otra parte de los residentes de Tsang, en cambio, continuaron orgullosos (o retomaron) las antiguas técnicas, las deidades inhumanas y la tecnología arcana de Mu, llevándolas a extremos jamás pensados por estos, posteriormente serían llamados en ocasiones seguidores de la “Mano Izquierda”.
En un comienzo las discrepancias entre estas dos sectas o corrientes filosóficas eran menores y ambos grupos pudieron convivir en paz; sobre todo por qué los seguidores del camino de la Mano Derecha evitaban el enfrentamiento. Pero esta situación no podía durar eternamente. Tras una cruenta pero breve guerra interna ambos bandos se encontraron enrocados en una situación sin solución, al borde de la autodestrucción. De algún modo se llegó a un acuerdo, ambos grupos abandonaron la Meseta de Tsang para fundar dos ciudades-reinos separados en el que cada uno podría seguir su propio camino: la idílica Shambhala y la subterránea Agharta.
Como todo lo que rodea a esta cronica tanto su veracidad como la fecha de esta división es complicado de precisar, pero en base a los textos místicos hindúes y budistas que hablan, de figura casi siempre indirecta, sobre ella. De figura convencional suele dársele la misma fecha que al comienzo de la actual Era de la Oscuridad, o Kali Yuga, unos 3 200 años anteriormente de la era.


Shambhala (además Sambala, Shambala,…)
Aunque este es el nombre más normal para referirse a esta comunidad en las creencias hindues, en sánscrito significa «lugar de paz», existen demasiados diferentes. igualmente es llamadoShangri-La (la significa paso de montaña, el concepto de Shangri es desconocido) por los budistas tibetanos y Olmolungring entre los seguidores de la antiquísima religión bon, mientras que en las leyendas chinas es Chang. igualmente quizás pueda identificarse con el valle de Ergenekon de las villas turquicos, que la colocan en los montes Altäi y no en el Tibet. Desconocemos si alguno de estos nombres son los que los propios residentes dan a la ciudad, o si usan alguna otra denominación.
Aunque rodeada de altas montañas siempre nevadas, la zona de Shambhala está dotada de un clima sorprendentemente cálido y benigno gracias al Corazón de Shambhala; éste según las descripciones es una gema de grandes dimensiones, las descripciones varían entre los treinta centímetros y casi un metro de circunferencia, y figura irregular que parece brillar desde su interior y tambien emitir un tono musical (según una descripción lo que se escucha es la pronunciación del mantra Ôm) se comenta que las radiaciones benéficas de la gema, al igual que la vida pacífica y contemplativa, además afirman una gran longevidad a los residentes del valle, que pueden llegar a vivir más de doscientos años. Algunas leyendas cuentan que los yetis o abominables son los guardianes de los caminos a Shangri-La, pero no nos atrevemos a asegurar nada en este sentido.
A lo largo de los siglos Shambhala ha servido de refugio a los perseguidos y ha atraído a los buscadores de la sabiduría de cualquier religión y etnia. Más ocasionalmente individuos concretos,cuya presencia se entiende necesaria en Shambhala por el bien del planeta, son atraídos o inclusive secuestrados para traerlos al valle, sea cual sea su región de nacimiento. Todos ellos han sido acogidos libremente como hermanos, sin distinción entre ellos y los viejos residentes. Por eso queda muy poco de la original herencia muviana; la mayoría tienen comparten los rasgos físicos de los tibetanos, chinos o mongoles que viven en la zona.

Según el texto del Kalachakra Tantra un soberano de Shambhala llamado Suchandra pidió a Buda ( tengamos en cuenta, para cuestiones cronológicas, que el Buda histórico vivió alrededor al final del siglo VI a.c.) que le enseñara el camino de la Iluminación. Así él, y 96 de sus vasallos, recibieron la iniciación en una una práctica mistica que recibe el nombre de Kalachakra (en sánscrito «rueda del tiempo). Según la misma leyenda durante siglos esta enseñanza habría permanecido limitada a Shambhala pero alrededor al 1050 a.c., el soberano de Shambhala Rigdan Tagpa, o Manjushrí Kírti, decidió compartir su conocimiento con el exterior y enviar maestros de esta práctica a individuos selectos. igualmente se dice que, en una era futura de oscuridad, los soberanos de Shambhala enviaran sus fuerzas al planeta exterior para traer una nueva Edad Dorada.
en cambio, y al lado a evidentes similitudes con el budismo, además hay elementos religiosos completamente ajenos y que guardan paralelismos con formas religiosas más primitivas como el bon y diferentes de tipo animista. en cambio los viejos divinidades de sus antepasados muvianos, Zoth-Ommog, Ghatanothoa, Ythogtha y los demás, han sido totalmente dejados de lado.
Shambhala contiene una enorme biblioteca, donde pueden encontrarse una serie de antiquísimas inscripciones: la llamada Biblioteca de Piedra (que se supone contienen el texto original del conocido como Texto de Dyzan). Pero además obras modernas en multitud de idiomas, orientales y occidentales; estos versan principalmente sobre filosofía, arte y música. Estas obras modernos son traídas regularmente a la ciudad por agentes de Shambhala, que viajan por todo el planeta para recoger y seleccionar las obras más representativas de cada campo.

Aproximadamente la mitad de los residentes del valle son monjes lamas, que residen en el enorme palacio-lamasería (que demasiados comparan con el Potala de Lasha) dedicados a la meditación, a crear mandalas, y diferentes formas de arte religioso, y a profundizar en los misterios místicos del cosmos. Cualquiera de ellos puede transformarse en lama si lo desea, demasiados lo hacen a una edad avanzada tras una vida de trabajo, pero demasiados diferentes viven y mueren como simples campesinos o artesanos. Se estima que el líder de esta comunidad, y única autoridad del valle, el Gran Lama, como el Dalai Lama o el Panchen Lama, es un tulku, es ser iluminado reencarnado para ayudar a guiar a diferentes hacia la iluminación.
El resto de residentes trabaja como artesanos y campesinos con una economía muy sencillo, no usan moneda y el bien de la comunidad determina la distribución de bienes. A lo largo de los siglos la ciudad ha acumulado, en figura de donaciones normalmente, grandes tesoros en joyas y oro que, sin valor para los residentes de la ciudad, e veces resulta útil para conseguir bienes del exterior.
Shambhala y su Gran lama son además el centro y corazón de la Logia Blanca, una dispersa organización dedicada a luchar contra los servidores de la enemiga ciudad de Agharta. Los agentes de la Logia Blanca realizan labores de figura sutil en diferentes zonas del globo, la mayoría reuniendo información y ayudando al prójimo. Aunque, en general, las enseñanzas de Shambhala reprueban la violencia en demasiadas ocasiones la lucha contra la oscuridad debe realizarse con sus mismas armas. Tal podría ser el suceso del justiciero conocido como La Sombra, que según varios sería uno de estos agentes de la Logia Blanca.

Agharta (además Agartha, Agarthi,…)
El reverso oscuro de Shambhala es la ciudad subterránea de Agharta. Rene Guenon asevera que el nombre significa en Sanscrito «región sagrada». La gente de la esta ciudad, se ha mantenido demasiado más cerrada a los humanos del exterior, a los que desprecian. Los rasgos monstruosos, reptilianos o simiescos según las fuentes, heredados de los residentes no humanos de Mu, varios inclusive tienen piel escamosa u ojos con pupila vertical, pero se les distingue nitidamente de los hombres serpiente «puros».
Se dividen en castas estrictamente cerradas, determinadas por el nacimiento y la herencia, en que la más elevada, los Lamas Negros o goros, gobiernan de figura absoluta y despótica sobre las demás. En la posición más alta se sienta el inmortal Soberano de Agharta, que e veces se da a si mismo el título de Soberano del Planeta y en ocasiones recibe el nombre de Yue-Laou («el anciano de la Luz de la Luna»). Al menos un texto identifica, o al menos relaciona, al Soberano de Agharta con el Indescriptible Gran Sacerdote, que mora en Leng y por tanto con seres totalmente inhumanas.
En el nivel más bajo de esa estructura social se localizan los dropas: esclavos, achaparrados y deformes, con inteligencias limitadas (sobre todo en el terreno de la creatividad) pero fuerza y tenacidad sorprendentes. Estos dropas hacen los trabajos más extenuantes pero menos complicados, incluyendo el mantenimiento de grandes máquinas, cuya comprensión se les escapa completamente. Varios goros deploran la dependencia de esta casta inferior y temen que si estos se rebelaran y dejaran de trabajar la ciudad podría derrumbarse, ya que la proporción numérica entre unos y diferentes es cada vez más favorable a los esclavos. Varios admiten que estos dropas están relacionados remotamente con la villa Tcho-Tcho, con los que comparten ciertos rasgos, aunque diferentes confirman que son productos de experimentos por parte de los Lamas Negros. Diferentes grafías utilizadas son: drop-ka, dzopa
Los Lamas Negros usan tratamientos alquímico-médicos, muy agresivos, para asegurarse unas vidas de siglos, pero con terribles costes en dolor y sufrimiento. Según envejecen adquieren una apariencia apergaminado y reseco, acentuando los rasgos monstruosos que demasiados tienen, tornándose similares a momias vivientes. Por eso cuando aparecen ante gentes del planeta exterior los goros suelen hacerlo velados y ocultos en sus amplias túnicas negras, con altos sombreros cilíndricos.

La barrera entre la magia y la tecnología es difusas en Agharta, por ejemplo tienen grandes máquinas que proporcionan calor, iluminación y protección a la ciudad, pero su funcionamiento se basa en principios que un investigador occidental calificaría, fácilmente, de sobrenaturales. Estas máquinas son capaces de realizar cambios fundamentales en la materia, transformando un elemento en otro o alterando totalmente sus propiedades. De la misma figura pueden modificar organismos vivios, incluyendo virus y bacterias que usan para crear plagas con las que azotar el planeta exterior. en cambio demasiados de los conocimientos viejos se han perdido y gran cantidad máquinas siguen funcionando sin que nadie entienda totalmente los principios que manejan.
Aunque es complicado afirmarlo con total seguridad, es posible que los Lamas Negros de Agharta sean los Maestros Desconocidos de la organización criminal conocida como Si-Fan, y que además sean ellos los no menos misteriosos líderes (“inmortales que viven en las montañas de China”) del culto de Cthulhu. Lo que es innegable que sus agentes se han hallado infiltrados en gran cantidad organizaciones criminales y al lado a los señores de la guerra más ambiciosos de Oriente a lo largo de los siglos.
Una leyenda conocida entre las tribus de Mongolia dice que fueron ellos, por ejemplo, los que forjaron la mítica espada de Gengis Khan (que según otra leyenda reaparecerá para unir a las villas de oriente de nuevo) y quienes alimentaron su ambición que le llevó a transformarse en el mayor Conquistador de oriente. Diferentes admiten que incluso guardan la corona del Khan, una declaración del pacto de este con los Divinidades Exteriores.
Han sido diferentes los intentos de hacerse con los misterios de Agharta. El infame Doctor Nikola consiguió llegar incluso la misma ciudad en busca de sus misterios pero fue expulsado sin haber conseguido hacerse con ellos y ganándose el odio eterno de diversas sociedades secretas orientales.
Localización e teoría.
La localización exacta de ambas ciudades es un asunto que ha dado lugar a controversias profundas.
Una tradición tibetana dice que Agharta se encuentra al sur de Lasha mientras que Shambhala se encuentra al norte. A mediados del siglo XVII, los sacerdotes portugueses Estevâo Cacella y Joâo Cabral, los primeros occidentales que nos dan noticia de la existencia de la ciudad que transcriben como Xembhala, además colocan la ciudad hacia el norte del Tibet.
El ocultista francés Alexandre Saint-Yves d’Alveydre afirmaba haber entrado en contacto telepático con enviados de Agharta, ciudad que situaba en una serie de cavernas bajo el Himalaya. En sus libros ayudó a popularizar esta noción en occidente, al igual que la de que era la sede de un gobierno sinárquico incognito del planeta. En era más nueva el viajero ruso Ferdinand Ossendowsky dice haber oído historias sobre una entrada a Agarthi (sic.) en la zona del lago Nogan Kul, en Mongolia. Diferentes fuentes colocan una u otra de las ciudades en lugares dispersos del desierto del Gobi, la zona del Altai o los montes Tien Shan.
Un puñado de autores modernos han defendido que ambas ciudades se localizan en verdad en la proximidad de la zonas ártica o antártica. Por otra parte, y sobre todo en el suceso de Agharta, son demasiados los que colocan la ciudad en el supuesto interior de un modelo de Tierra Hueca y por tanto accesible desde túneles situados en zonas muy remotos entre sí.
Es posible inclusive que Shambhala y Agharta, como varios sospechan, no sean zonas físicos situados plenamente en nuestro planeta. Se encontraría en planos distintos, como la Tierra del Sueño, lo gran cantidad cercanos como para poder llegar a ellos por medios físicos (en circunstancias muy concretas). Por ello sería posible llegar a ellas desde caminos muy distintos, inclusive que un mismo acceso llevase en determinados instantes a una u otra de las ciudades ya que la ruta física es sólo parte del camino. Otra posibilidad intrigante, defendida en privado por un físico y místico que no ha querido que divulguemos aquí su nombre, asevera que ambas ciudades son en verdad versiones divergentes de un mismo lugar, un paralelo retorcido una de la otra que proceden de universos distintos y que sólo raramente pueden interactuar con nuestro planeta.
Shambhala, Agharta y la política
Durante los años 30 el mito y la leyenda de Shambhala/Agharta estaba muy vivo y tuvo inclusive sus manifestaciones en el terreno de la política; normalmente vinculado con la promesa de dominar el corazón de Asia, una zona considerada de fenomenal interés estratégico para el control del planeta.
Parte de esta popularidad fue la interpretación por la Teosofía de estas leyendas. Madame Blavatsky se refería e veces a sus Maestros Misterios y a la Logia Blanca como inspiradora de este movimiento. En textos de diferentes autores posteriores a 1900, se asevera que este lugar es la residencia de Sanat Kumara un «ser avanzado» (en diferentes términos, quizás, una deidad) que gobierna la Tierra y a la sociedad y, además, dirige de la Gran Logia Blanca, por tanto fuente de la teosofía. Sanat Kumara aparece originalmente en los textos jainistas y en varios textos hinduistas y en sanscrito su nombre quiere decir «eterna juventud». Según textos teosóficos posteriores se trataría de uno de los Señores del Fuego, que habrían descendido desde Venus para ayudar a los residentes de la tierra hace millones de años.

Otro causa de popularidad, al menos en Estados Unidos, fue la aparición de la novelaLost Horizon, un éxito de ventas que fue adaptado al cine y que transformó Shangri-La en un lugar normal de la cultura popular.
El Panchem Lama, el principal rival por el poder del Dalai Lama en el Tibet, se proclamaba a sí mismo heredero del reino de Shambhala (o Agartha) y afirmaba contar con profecías que hablaban de la formación de un enorme imperio pan-budista gobernado por él, desde Mongolia al Tibet, con la auxilio de este reino incognito. Varios expertos han apuntado a las profecías encima del futuro imperio asiatico de Tsan-Chan (que varios han traducido como «Cruel Brujería») que «florecerá en el año 5000 de nuestra era». Diferentes en cambio lo relacionan con el imperio Han que según varios futurólogos y profetas dominará el planeta alrededor al 2419 A.D.
Nicolas Roerich, un polémico pintor y místico ruso-americano, llevó a cabo varias expediciones al Asia Central, con la intención declarada de localizar este reino místico benigno. Para ello contó, sorprendentemente, con el apoyo de influyentes personalidades tanto en Estados Unidos, incluyendo el ministro de agricultura y futuro vicepresidente Henry A. Wallace, como en la Union Sovietica.
Los bolcheviques, continuando una tendencia ya iniciada por los zares, alimentó durante un tiempo esas creencias apocalípticas, para su provecho, en la zona centroasiatica como figura de anular o redirigir movimientos nacionalistas. Algunas fuentes afirman que el criptógrafo y alto cargo de la policía secreta Gleb Bokii llegó a organizar su propia búsqueda de Shambhala (aparentemente sin éxito) utilizando agentes de origen centroasiatico, camuflados como peregrinos budistas, para introducirse en el cerrado Tibet.
Pero en general el mito del Soberano del Planeta escondido en Agharta/Shambhala fue más popular entre los círculos de extrema derecha y los cenáculos ocultistas relacionados. Repetidamente se le confiere a la figura el papel de guardián de una tradición esotérica antimoderna y, por ello, antidemocrática. La visión de una sociedad de castas en que el conflicto entre clases sociales, y por tanto el peligro del comunismo, es frenado por enseñanzas místicas que predican un comienzo de sumisión y aceptación del karma parecían fascinar a demasiados fascistas, nacional socialistas y «revolucionarios de derechas» del planeta en los años 20-30.

La creencia de varios nazis, entre ellos principalmente el Reichführer-SS Himmler, en supuestos reinos y misterios «arios» perdidos en la zona tiene una profunda conexión con las leyendas sobre Shambhala/Agharta. Diferentes libros sobre nazismo esotérico confirman que en 1926 enviados de la Sociedad Tule consiguieron forjar un pacto con el soberano de Agharta. Según estos un “lama” de alta jerarquia, y varios acólitos menores, fueron enviado a Berlín para colaborar con la Sociedad. Allí este individuo, conocido solamente como “El Hombre de los Guantes Verdes”, utilizó sus capacidades para ayudar al meteórico ascenso de un oscuro partido político extremista, estrechamente vinculado a la Tule: el partido Nazi. La expedición de la SS en 1938 al Tibet se percibe por lo tanto, entre diferentes motivos, como una figura de afianzar estos contactos. Iguales fuentes además cuentan que, acaba ya la guerra, se localizó en un campo de concentración alemán (difieren sobre en cual) los cadáveres ejecutados de un asociación de lo que parecían tibetanos, a veces añaden el especifica de que parecían estar en posiciones propias de un ritual, que podrían corresponder a esta camarilla de acolitos. No conocemos, de ser así, que motivó la pérdida de confianza del régimen en estos “asesores” y su reclusión en un campo.

Pero fueron los japoneses quien más utilizaron el mito del «Soberano del Planeta» en su campaña propagandística en Asia, presentándose como el ejército salvador destinado a unir a los budistas de Asia y librarlos del dominio de los “bárbaros” extranjeros, europeos y norteamericanos. Diferentes agentes de la Sociedad del Dragón Negro estuvieron activos en el área durante los años 30: está documentado, por ejemplo, como en 1939 se envió a un agente al Tibet, Jinzô Nomoto, que durante año y medio recogió información y estableció contactos en la zona. No hay que olvidar que, de figura contradictoria, hay autores que confirman que la misma Sociedad del Dragón Negro, y su antecesora el Océano Negro, no era más que una fachada de otra sociedad demasiado más antigua, los Dragones Verdes, dirigidos precisamente desde Agharta (sobre este asunto profundizaré en una entrada futura)Aunque su existencia es considerada un mito por la mayoría de universitarios, cualquier indicio de que no es así sería de gran interés para cualquier universidad que se precie y seguramente movilizaría a los servicios misterios de medio planeta