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La extraña desaparición de Valentich
Frederick Valentich
“Melbourne, esa insolita aeronave está de nuevo suspendida sobre mí. Está suspendida, no es una aeronave, repito, no es una aeronave” y después… el silencio. Estas fueron las últimas palabras de Frederick Valentich el 21 de octubre de 1978 cuando volaba con su avioneta Cessna 182L entre las localidades de Moorabbin y la Isla del Soberano, al sur de Australia.
Esas fueron además las últimas palabras que Steve Robey, controlador aéreo, escuchó por parte de Valentich, a quien llevaba siguiendo desde hace rato desde su base. Esta noticia corrió como la pólvora y la prensa australiana ya empezó a hablar de insolitos avistamientos ovni, avivando la polémica sobre estos insolitos aparatos voladores.
Fue uno de los sucesos ovni con más repercusión de finales de los años 70 y tuvo una gran repercusión mediática en todo el planeta. Un ufólogo, Jean Sider, reconoció que Valentich era un vasto aficionado a la ufología y que, según palabras de su padre, el adolescente aseguraba haberlos observado en distintos ocasiones, pero no podía ni confirmar ni desmentir que el objeto que él se localizó fuera un ovni.

Se llegó a decir que la avioneta pudo haber volado de figura invertida y ver algún flash o reflejo por la refracción del sol en el mar, pero el propio padre manifestó que era increible, que su hijo era todo un profesional de la aviación y se hubiera dado cuenta de lo que estaba viendo.
Estas fueron las palabras del padre pero contrastaban directamente con testimonios de diferentes personas que afirmaron que era un novato a los mandos de un avión y no poseía nada más que 150 horas de vuelo y un año de permiso para volar, pero no poseía permiso para volar de noche y menos con circunstancias meteorológicas adversas.

asimismo agregaron que suspendió por dos veces el acceso a la Fuerza Aérea Australiana y llegó a suspender gran cantidad de las asignaturas que poseía en el curso para piloto de aerolínea que estaba haciendo. igualmente había estado implicado en varios sucesos aéreos por sobrevolar cosmos aéreo restringido y por volar a ciegas entre las nubes; testimonios que dejaban a Valentich como un auténtico desastre con alas.
Se aseguró que Valentich dio dos versiones distintos sobre su viaje, en una que iba a recoger a unos amigos y en otra que iba a comprar cangrejos y no anunció al aeropuerto de destino de su posible llegada. Seguramente salió a rastrear ovnis y por alguna razón no volvió.

La teoría más plausible es la de que pudo sufrir algo que ocurre sobre todo a los pilotos inexpertos, la ilusión del horizonte falso, algo que ocurre cuando no hay buena visibilidad. Una formación de nubes hace que parezca que hay inclinación, horizonte muy poco evidente, pocas o ninguna luz en tierra y estrellas, causando una percepción errónea de que el avión no está alineado de figura correcta con el horizonte, aunque el indicador de horizonte virtual del propio avión esté correcto.

Esto pudo hacer que Valentich intentase nivelar el aparato en relación a esa ilusión de horizonte, haciendo que el avión entrara en pérdida y comenzase a descender en barrena haciendo un tonel, sin posibilidad de controlarlo. El avión se estrellaría y hubiera sido el fin de la cronica.
Esa es la hipotesis más plausible de todas las que se dieron tras la desaparición de este adolescente piloto, pero actualmente nos queda la duda de si verdaderamente localizó los ovnis que había ido a rastrear y pudo haber sido llevado a algún lugar. Seguramente tardaremos demasiado o casi seguro que jamás podremos conocer lo que le pasó a este piloto, que con su suceso, ha hecho que el expediente del enigma sea cada vez más grande.

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Por Sandra