La creencia de que nuestras almas o espíritus son reencarnados en diferentes vidas en tiempos distintos se remonta por lo menos a 3.000 años. En las antiguas creencias de la India, Grecia, y los druidas celtas ya hablaban de esta creencia tentadora, que nuestro alma no se limitan a las siete, ocho o nueve décadas de la vida en la Tierra.
¿Y tú qué crees? ¿Has pensado alguna vez en que has tenido en una vida o vidas pasadas, crecer, trabajar, amar y sufrir en papeles muy distintos a la que estás viviendo? Si pensamos fríamente, es muy posible que fuéramos de una cultura distinto o de otra clase socio-económica. Aquellos que admiten en vidas pasadas sugieren que podríamos tener indicios sobre lo que fuimos en nuestras vidas pasadas como los diferentes aspectos complejos que conforman nuestra personalidad física, emocional, intelectual y psicológica actual, además de que en varios sucesos son capaces de recordar quienes fueron.
Este es el suceso de un niño pequeño apodado como “Sam”, donde en un nueva ensayo ha concluido de que hay evidencias convincentes de que él es la reencarnación de su abuelo. Sam poseía 18 meses de edad cuando su padre le estaba cambiando el pañal, cuando el propio Sam le manifestó a su padre:
“Cuando yo poseía tu edad, acostumbraba cambiarte tu pañal”.
Evidencias irrefutables de vidas pasadas
El Dr. Jim B. Tucker del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, dio a conocer la cronica de Sam en un vídeo publicado en el sitio web de la universidad. El Dr. Tucker, quien ha estudiado más de 2.500 sucesos de niños que recuerdan sus vidas pasadas, explicó que Sam hizo algunas declaraciones sorprendentes mientras miraba un viejo álbum de fotografías familiar.
Un buen día el padre localizó un viejo álbum de fotografías familiar mientras realzaba una limpieza a fondo del hogar. Según explicaron los padres de Sam, el pequeño jamás había observado una imagen de su abuelo. Sam abrió el álbum de imagenes y empezó a mirar todas las fotografías, cuando señaló una foto de un coche, y manifestó:
“Ese es mi coche”.
Los padres se sorprendieron al ver que estaba señalando el primer coche de su abuelo, uno que había sido muy notable en la vida de este. Pero la mamá de Sam era escéptica, y jamás había creído en el concepto de la reencarnación. Por lo tanto ella lo puso a evidencia, le enseñó una imagen de su abuelo cuando era un niño con diferentes niños de la misma edad. Sam señaló a su abuelo y le manifestó: “No lo soy”. Ella le corrigió y manifestó que señaló a su abuelo: “No, ese soy yo”, contestó.
Pero inclusive con esta evidencia irrefutable, la mamá de Sam continuaba sin creerse que su hijo fuera la reencarnación del abuelo, por lo que preguntó si recordaba algo de su vida pasada. Por lo tanto el pequeño Sam le manifestó que alguien “transformó a su hermana en un pez”. La mamá sorprendida le pregunto a Sam de que estaba hablando y el pequeño le manifestó: “Los hombre malos”.
Sorprendentemente, Sam estaba hablando de la hermana del abuelo que había sido asesinada y su cadáver fue arrojado a un lago. El padre de Sam manifestó que el muchacho no conocía esa cronica, ya que no se hablaba jamás de ese trágico episodio en la familia.
Aunque no podemos obviar las declaraciones de los más escépticos como el Dr. Michael Shermer, editor de la revista Skeptic, quien preguntó al Dr. Tucker cómo sabía que el suceso de Sam no estaba manipulado. El Dr. Shermer manifestó que el suceso de Sam y el de miles de sucesos parecidas se basan en simples anécdotas contadas por los padres, y los sucesos a veces puede llegar a distorsionarse cuando lo explica un padre emocionado, además de que los padres pueden influir en los niños de diversas maneras.
A estas declaraciones, el Dr. Tucker afirmó que investigó a la familia y no localizó ninguna correlación entre esta actitud y lo que el niño explicaba. Para probar la existencia de la reencarnación, el Dr. Tucker señala que varios niños han dado informaciones detalladas de los zonas en que vivían en vidas previos. Las recientes investigaciones sostienen que las personas que habían muerto hace poco, las vidas de esas personas se ajustan a las descripciones dadas por los niños.
Para finalizar, el Dr. Tucker manifestó que para él la evidencia concluyente de que Sam era la reencarnación de su abuelo era que la imagen que señalo el pequeño no habría sido capaz de decir cuál de los chicos de la foto era el abuelo al ver diferentes imagenes del abuelo. Como hemos podido comprobar, este suceso es otra evidencia irrefutable de la existencia de vidas pasadas, y como hay una gran controversia sobre este asunto en el mismo seno del comunidad científica.
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