El olor de los ángeles, demonios, espíritus y fantasmas.

Los olores distintivos, inusuales, fuera de lugar, ocupan un rol habitual en casi todos losfenómenos paranormales.

Los fantasmas y espíritus de personas humanas, por ejemplo, emiten un olor similar al producido por el humo; más tenue, en varios sucesos, o verdaderamente fuerte, si el emisor es un ente de considerable poder de manifestación.

Son escasos los sucesos de fantasmas que emiten una fragancia a flores. Uno de los ejemplos más conocidos es el de Dolley Madison, esposa del cuarto presidente de los Estados Unidos, James Madison, cuya presencia aún hoy emite un fuerte olor a lilas en Madison House, Washington.

Otro espíritu conocido que cultiva el hábito deemitir aromas a flores es la Dama del Jazmín(Jasmine Lady)fantasma de una doncelladesconocida que fue asesinada por su marido en el Hotel Mineral Springs. Su presencia siempre es precedida por el olor a jazmines, esencia que —se dice— era la que usaba en vida.

La leyenda sostiene que esta enigmatica doncella y su marido llegaron al hotel para disfrutar de sus aguas termales. Durante su estadía la doncella conoció a otro huésped, se enamoró perdidamente y mantuvo con él un fulminante romance. Como su marido estaba hospedado en el mismo hotel, la doncella usaba unperfume de jazmín para informarle a su amante de que podían observarse durante la noche.

Los olores ocasionados por los fantasmassuelen ser súbitos y muy breves. Aparecen y desaparecen casi en el acto, y solo ocurren en sitios específicos.

Actualmente bien, los olores desagradables tampoco son infrecuentes en apariciones más bien funestas. Los espíritus no humanos del plano astral desprenden un fuerte hedor a putrefacción, en varios sucesos, o a vegetales en estado de descomposición. Estos últimos normalmente se relacionan con fenómenos de tipo poltergeist.

Por otra parte, los ángeles emiten un olor muy distintivo, en particular los ángeles guardianes.

Demasiados consideran que, al igual que losdemonios, los ángeles usan el olor para trasmitir un mensaje a los humanos. No hablamos aquí de mensajes que puedan ser fácilmente traducible en palabras, sino un mensaje erigido por emociones que solo el receptor es capaz de identificar e interpretar.

Recordemos que nuestro cerebro examina losaromas en la misma área en donde se procesan los pensamientos intuitivos y aquello que sabemos como «emociones» —el sistema límbico—; de modo que las fraganciasson una especie de detonador, tanto de emociones como de recuerdos, con lo cual pueden provocar en nosotros un amplio abanico de sensaciones muy específicas.

La experta Doreen Virtue sostiene en su creación: Cómo conectarse con los arcángeles, que los ángeles tienen una especie de código basado en fragancias para comunicarse con nosotros.

El aroma a flores, sobre todo a rosas, es el más empleado por los ángeles de todas las jerarquías.

Aaron Leitch, en su texto El lenguaje angelical: historia y mitos sobre la lengua de los ángeles, explica que los ángeles usan el olor a rosasdebido a que esta flor posee una energía y una vibración más alta que las demás, con lo cual se transforma en el vehículo primario de comunicación para entes que comparten esa elevada vibración.

¿Qué significa oler a rosas?

Bueno, si creemos en los ángeles podemos seguir la explicación de Doreen Virtue, esta vez vertida en el texto: Cómo escuchar a tu ángel de la guarda, donde especula que el olor a rosas proviene de nuestro ángel de la guarda, y que el concepto del mensaje tiene que ver con el valor, el coraje, en diferentes palabras: aliento para enfrentar una situación difícil.

en cambio, el olor de los ángeles posee un amplio rango de interpretación inclusive para un mismo individuo.

Los que admiten en esta posibilidad sostienen que el ángel de la guarda puede enviar fragancias que nos recuerden particularmente a una persona, a un instante de nuestras vidas, agradable o no; con el propósito de que lo examinemos en relación a los que nos está ocurriendo hoy en dia.

En la mayoría de los sucesos, el olor enviado por los ángeles nos recuerda a una persona en particular.

Pero hay aromas que, lejos de recordarnos a alguien, evocan zonas especiales en nuestra memoria: el hogar, el mar, las montañas, inclusive el aroma a ciertos árboles, detonan en nosotros toda clase de sensaciones. Aquellos que admiten verdaderamente en los ángeles, explican que este tipo de mensajes pueden servirnos para trabajar sobre algo inconcluso en nuestras vidas.

Por extraño que parezca, los ángeles también son capaces de emitir el olor a ciertas comidas que disparan en nuestro cerebro todo tipo de recuerdos. No es el olor en sí lo que importa del mensaje, sino lo que provoca en nuestra memoria.

John Dee, por ejemplo, que estudió a fondo elEnoquiano: la lengua de los ángeles, asevera que cada fragancia emitida por los ángeles posee un concepto propio para cada uno, aunque de hecho posean rasgos en común:

Incienso: iluminación espiritual.
Rosas: valor, coraje, comodidad.
Uvas: gratitud.
Menta: pureza.
Canela: paz.
Picea: alegría.

Aquellos que deseen profundizar en este complejo pero alucinante idioma
de los ángeles
 pueden consultar un interesante texto titulado: Diccionario enoquiano: los ángeles caídos de John Dee y El libro de Enoc.

Los demonios, por otra parte, también son grandes emisores de olores, en este suceso, nitidamente desagradables.

En varios tratados demonológicos, por ejemplo: Daemonolatriae y De Praestigiis Daemonum et Incantationibus ac Venificiis, se sostiene que el olor es la mejor forma de identificar la presencia de un demonio. Los exorcistas medievales eran considerados como verdaderos sabuesos capaces de seguir el rastro de los demonios en una aldea en particular siguiendo su olor.

Otro libro prohibido, el De Daemonialitate et Incubis et Succubis, conjetura que los Íncubos y Súcubos emiten una especie de vapor afrodisíaco capaz de despertar en nosotros una pasión descontrolada. Pasado el pecaminoso instante de fervor, ese mismoolor se transforma en un fétido vaho a sudor.

De la démonomanie des sorciers y el conocidoMalleus Maleficarum, por otra parte, aclaran que inclusive las brujas emiten un diabólico olor a aguas pútridas, estancadas, y en ciertos sucesos a excremento. No es que este hedor proceda naturalmente de ellas, sino que lo usan para enmascarar el olor a azufre que queda impregnado en ellas durante los sabbats y aquelarres.

Los demonios propiamente dichos, es decir, las presencias demoníacas, huelen a azufre. El hedor es tan fuerte que quien lo huele siente como si el interior de sus fosas nasales se estuviera quemando.

Para finalizar este repaso odorífero del más allá, diremos que Michaël Ranft, creador de uno de los libros malditos más extraños de todos los tiempos, el De Masticatione Mortuorum in Tumulis; algo así como «de la masticación de los muertos en sus sepulturas», asevera que inclusive los vampiros y los no muertos en general emiten un hedor singular, cuyo rastro se impregna en los sitios que frecuentan durante la noche.

Este hedor putrescente, sobrecogedor —aclara el sabio—, suele ser confundido con el olor a gases de procedencia más bien intestinal; pedos, en diferentes palabras.

Por Marcos