Las leyendas sobre brujas y aquelarres han perseguido a Trasmoz (Zaragoza) a lo largo de los siglos. Ubicado en las faldas del Moncayo, a escasos kilómetros del Monasterio Cisterciense de Veruela, este pequeño municipio zaragozano –con a penas 70 residentes– ha estado siempre rodeado de un halo de enigma. Lo cierto es que hoy en dia es el singular pueblo condenado y excomulgado de España y solo el Papa podría poner fin a esta situación que vive la villa desde hace centenares de años.
Corría el siglo XIII cuando la población fue excomulgada. Por aquel por lo tanto Trasmoz era como una isla laica rodeada de todos las villas que pertenecían al Monasterio de Veruela. Según cuentan las leyendas, la actividad de las brujas estaba en aquellos años en su máximo apogeo y, entre los muros de su castillo, los aquelarres y todo tipo de actos paganos eran una constante.
Lo que sí está contrastado es que Trasmoz –hoy en dia con apenas 80 vecinos empadronados– impedía que el Monasterio de Veruela impusiese un control absoluto sobre la region como sí ocurría con el resto de poblaciones de los alrededores. Era independiente, por ejemplo, en el uso del agua, ya que la Corona le había otorgado una serie de derechos que le situaban en una posición más ventajosa que al resto de municipios. asimismo, hay quien señala que en su Castillo lo que verdaderamente se hacía era acuñar monedas falsas que minaban los ingresos de Veruela. Y fue este compendio de razones las que llevaron a excomulgar al municipio por orden papal.
Demasiados años después, ya en el siglo XVI, en particular en 1511, el Abad del Monasterio de Veruela decidió propagar por el municipio de Trasmoz una maldición convirtiéndolo en el singular pueblo condenado conocido de toda España. A la entrada de la villa, una cruz con un velo negro, dejaba constancia de la maldición, en la que participaron todos los monjes del Monasterio con la lectura del salmo 108 del texto de los salmos.
«Danos tu auxilio contra el adversario, porque es inútil el socorro de los hombres; Con Dios alcanzaremos la victoria, y él aplastará a nuestros adversarios». Un salmo que se usaba para maldecir a los adversarios y con el que quedó maldecido el señor de Trasmoz, sus descendientes y todo una población. No hay otro lugar en España en el que se haya realizado un ritual de estas propiedades.
Un filón turístico
Y condenado y excomulgado ha llegado Trasmoz incluso nuestros días, ya que incluso el instante ningún Papa ha levantado la maldición ni la excomunión. Incluso así, poco o nada afecta esta situación al día a día del municipio. Y es que se celebran actos religiosos con total normalidad y se han mantenido las creencias religiosas a lo largo de la cronica.
Es más, son estas historias las que cada año llevan a miles de turistas a visitar esta población zaragozana, que ha hecho de sus brujas y sus leyendas todo un filón para el turismo. Cuentacon un museo dedicado a la brujería y cada año, con la llegada del verano, se celebra una feria dedicada a las brujas, la magia y las plantas medicinales que atrae a centenares de visitantes al pueblo.
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